En la patria para un broche
Cada vez que paseo por las redes sociales me impresiona la forma como se insultan los “karas” y los “originarios”. Parecería que estamos en medio de un enfrentamiento. ¿En qué momento Bolivia comienza a convertirse en algo parecido a Juárez de México? Los insultos compiten con las palabras: corrupción y narcotraficante. ¿A ver quién gana?
Tal vez todo comenzó cuando perdieron los generales dictadores vende patrias y vinieron los demócratas que pusieron un precio más alto a la patria.
Entonces vino aquel que se inventó la economía informal, la política liberal y privatizó todo.
Entonces, las ONG-s comenzaron a llorar sobre los árboles frutales en el Chapare y estos se secaron. Los plátanos y las piñas no dieron fruto claro esta y se fueron a otras tierras más benignas. En su lugar comenzó a crecer la sagrada hoja y la conciencia nacional medioambiental comenzó a cobrar vida. Entonces algunos dejaron sus prestes y gritaron: “Patria o muerte carajo y la nueva era cobro pies”.
Después vino un santo vestido de sotana negra y en nombre de Dios y de los derechos humanos llamó a los iletrados para que formen filas y amontonen piedras por allá en la ruta inhóspita de Oruro a Potosí, las mujeres con guaguas se alegraron pensaron que las piedras muy pronto se convertirán en oro y plata y juntaron filas. La revolución comenzó.
Los pepinos de carnaval no tenían la más mínima idea “who the fuck is” el santo de sotana y su amigo jefe trucho de derechos humanos, entraron a la revolución pensando: “habrá algo para tomar y gratis”.
Al mismo tiempo el dueño de la licorería de la esquina tiró su terno de domingo se puso un aguayo sobre sus hombros y corrió a pescar en aguas turbias, pues su mamá le dijo: “hijo esta es tu oportunidad, avívate, aprovecha lo que puedes ya sabes que a todos les gusta tomar trago, algo bueno saldrá de esto”. Algo tardíos de reacción se levantaron los vaqueros del este para ver si por fin podrían lograr su madurez y su tan anhelada independencia. Contaron sus animales, sus plumas y sus mujeres y dijeron: “abran paso acá viene el amo y el dueño de la tierra”. Los pararon en seco pues les faltó madurez para engañar al pepino. Y después de pensar unos segundos abrazaron a su hermano de la fraternidad pepinal y marcharon todos juntos y felices hacia un futuro mejor y no paran hasta el día de hoy.
Si a los personajes mencionados arriba se les hubiera ocurrido la misma hazaña reformatoria en una isla caribeña, por ejemplo; los medios internacionales los llamarían “terroristas”.
Aquí viene el punto alto: ¿de dónde estos personajes tienen semejante hambre por LIBERTAD la misma hambre que tienen los personajes parecidos sirios, tunecinos, libios y otros?
El Tío Sam les embutió esta hambre. El mismo Tío Sam que pregona la teoría de que el terrorismo es la lucha por la democracia pero con otros medios. Por eso, el Tío Sam apoyó el caos en los Balcanes que destruyó Yugoslavia. Si Milosevic, el Tío Sam más auténtico de Los Balcanes, no hubiera perdido el control, (pues los diabéticos suelen salirse de sus cabales a veces) hoy tuviéramos todavía una Yugoslavia algo diferente. Por eso, justamente el Tío Sam apoyó a los “terroristas”. Entonces el nivel de azúcar en la sangre de Milosevic bajó a sus niveles relativamente normales y se puso de acuerdo con el entonces presidente de Croacia y los demócratas de ambos lados para limpiar sus territorios unos de otros. Y el territorio fue “ordenado”. El Tío Sam como todo un hombre de buenas costumbres y tradiciones, celebró su Victoria de Piro y puso atención en otros patios para repetir su fórmula ya sellada y legalizada apropiadamente. Ahora, Croacia étnicamente limpia muere de hambre; la Gran Serbia aumenta el número de sus desempleados y sus ollas comunes; Eslovenia europea va camino al abismo. Kosovo se ganó su sueño dorado y se convirtió en Republica, léase tierra de nadie. Tan de nadie que justamente estos días están preparándose para entregar sus empresas estrellas a manos de la Sra. Hillary Clinton como un broche de oro -regalo de navidad-. Hablando de mujeres: Dios me libre de aquellas que por falta de amor de un hombre se convierten en odiado ras de la humanidad.
Y por la casa ¿cómo andamos? El pepino, el vendedor de licor, el santo y el vaquero del este comienzan a preguntarse: ¿Cómo de pronto estamos tan parecidos a la ciudad Juárez? Solo los idiotas hoy en día pueden estar insultándose de “karas” y “originarios”, cuando la violencia está muy bien acomodada entre nosotros. ¿Para recuperar la libertad habría que matar al Tío? Recuerden nada más cuanta plata y poder tenían los lideres de Libia, Siria, Túnez y, sin embargo, el Tío los destruyó, colgó y envenenó. A sus hijos los mata todos los días y les roba sus recursos naturales sin pestañear. Algunos mueren de muerte violenta, otros lentamente envenenados por drogas, crímenes y de odio racial. ¡Qué más da! El Tío de todas maneras celebra su Victoria de Piro. Cada uno según sus características culturales, creencias y vicios heredados.
¿Por qué insisto tanto en estas historias de diferentes campos de batalla en distintos lugares del planeta? Porque me dan pena los que se matan entre sí en las redes sociales en vez de que se pongan a entrenar, entrenar y entrenar. Pronto se irán a las misiones de paz a Afganistán o mejor todavía ganarán el pan de cada día en un laboratorio de drogas. Pues hay que morir joven y bello como James Deán. Nunca preguntes qué puede hacer el Tío Sam por vos. Pregunta qué puedes hacer vos por el Tío Sam. Al parecer nos va muy bien en trabajar a su favor.
Inspirada por Vedrana Rudan