Lenguaje clandestino

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Una investigación nos lleva a la penosa conclusión que cientos de bolivianos se valen de diferentes modos para internar todo tipo de mercadería de forma ilegal a través de la frontera. Un equipo de dat0s recorrió durante tres días la Zona Franca de Iquique (ZOFRI), que a pesar de los incentivos que brinda al viajero para adquirir bebidas, electrodomésticos, perfumes y toda clase de artículos, ha dejado paso libre a la actividad delincuencial del contrabando de motorizados. En la Avenida Circunvalación de Iquique es posible negociar la compra de vehículos nuevos y usados en la jerga ya famosa entre ellos. “Chuteros” y “gemelear”, además de otros modismos. En las mismas calles por donde recorrimos en Iquique es fácil encontrar camiones con matrícula boliviana, transportistas, mecánicos, ayudantes y “empresarios” que sin ningún escrúpulo se dan a la tarea de internar miles de vehículos en Bolivia. Se trata de un negocio regulado por la “buena fe” en las tablas de internación de las oficinas de la Aduana Nacional, pero que sigue provocando cuantiosas pérdidas entre vidas humanas e ingresos a la Nación.

En otro orden, la exposición del equipo de juristas que defienden a Bolivia en La Haya ha generado una especial atención. En Chile se advierte cierta inquietud por el resultado que se conocerá a mediados de este año. Una retrospectiva enfocada en el análisis de contenido de los medios chilenos que siguieron la cobertura de este trascendental hecho. En esta edición además encontrará información sobre los principales acontecimientos del mundo, la cultura y el mercado bursátil.