20 de octubre de 2019: A dos años de la movilización poselectoral en Bolivia

Capítulo I. De la UDP a la democracia pactada y el salto al unipartidismo del MAS
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Movilización poselectoral 2019 Bolivia

El 20 de octubre de 2019, hace exactamente dos años, Bolivia vivió uno de los periodos más descarnados de su historia política contemporánea. Dos semanas después de las elecciones generales convocadas para esa fecha, el presidente Evo Morales que había gobernado 14 años consecutivos -el mandato más largo de cualquier otro periodo presidencial- abandonó Bolivia acorralado por un movimiento cívico que se manifestó en los diferentes departamentos del país. En la edición de noviembre de ese mismo año, dat0s relató en siete capítulos el particular momento que se vivía en Bolivia a punto de estallar en una guerra civil.

 

Revista Dat0s. Edición 227

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Para explicar la movilización después del proceso electoral de octubre se hace necesario recorrer un poco a la historia para que se entienda el concepto de democracia que se ha convertido en el primer tema de discusión nacional. Similar en un contexto más amplio al que se vivió el año 78´ cuando Bolivia peleaba por la recuperación de la democracia. Entonces un grupo de mujeres mineras mantuvieron una huelga de hambre que originó un movimiento de descontento contra la dictadura militar que venía de gobernar siete años con las libertades conculcadas. Un primer argumento de análisis, por lo tanto, es el rechazo al esquema militar que se había extendido entonces con la ideología de Seguridad Nacional, que repercutió en todas las naciones del Cono Sur.

El método de la huelga de hambre dio pie a que el entonces presidente Hugo Banzer cediera la apertura electoral en la que, igual que ahora, se habló de un gigantesco fraude electoral que obligó al Gobierno militar a anular el proceso convocando a nuevas elecciones. Hasta el año 1982 el país se empantanó con otros dos procesos electorales en los que ninguna de las fuerzas políticas consiguió la mayoría parlamentaria obligando a retrasar el traspaso de mando a un nuevo presidente. La resistencia entonces creció fragmentada y grupos radicales de las FFAA encabezados por Luis García Mesa, perpetraron un golpe de Estado en julio de 1980 que descabezó a la oposición. Todo ese periodo estuvo marcado por una resistencia violenta de los cuadros políticos organizados.

Hernán Siles Zuazo (MNR-I), candidato de la Unidad Democrática Popular (UDP) -organización que congregó en su seno una base de partidos de izquierda y agrupaciones sociales y sindicales de mineros, fabriles, campesinos y otros sectores- empozado como presidente en 1982, tuvo que renunciar anticipadamente al cargo por la crisis económica durante su administración, por una inflación que sobrepasó la barrera de 20.000%. Este segundo factor, el económico, es fundamental para entender el actual movimiento. De acuerdo a analistas, el modelo económico productivo comunitario del Gobierno del MAS, ganó amplio apoyo entre los sectores menos favorecidos de la población, es decir el 70% del país.

Derrotado Siles Zuazo, en las elecciones de 1985, el voto fragmentado inauguró la democracia pactada en una inédita alianza entre el MNR de Paz Estenssoro y ADN de Hugo Banzer en 1985. Ese Gobierno frenó la hiperinflación con la Nueva Política Económica (NPE) y descabezó el movimiento popular. La democracia pactada sucesivamente se alternó el poder luego en las elecciones de 1989 cuando el ganador de esas elecciones, Gonzalo Sánchez de Lozada, fue desplazado por un acuerdo entre ADN de Banzer y el MIR de Jaime Paz, que de ser tercero en esas elecciones, asumió la presidencia hasta 1993, año en el que finalmente el MNR de Sánchez de Lozada ganó las elecciones con una mayoría importante, pero sin control de los órganos legislativos, en alianza con organizaciones pequeñas como el MBL que sustentaron esa administración. En esa gestión se aplicaron políticas sociales como la Participación Popular y medidas de ajuste económico como la Capitalización de las empresas públicas que pasaron a ser controladas por capitales extranjeros.

El Gobierno del MNR cedió la presidencia a Banzer en el año 1997. La gestión gubernamental de Banzer Suárez fue interrumpida por una enfermedad terminal que lo obligó a renunciar a la presidencia en 2001. Banzer fue sustituido por su vicepresidente Jorge Tuto Quiroga que concluyó ese periodo en medio de un panorama electoral incierto. Los pactos de gobernabilidad estaban ingresando en un periodo de agotamiento pues no sirvieron para mejorar las condiciones de vida de las mayorías nacionales.

En las elecciones de 2002 acaba imponiéndose nuevamente el MNR de Sánchez de Lozada, en una alianza criticada con el MIR de Paz Zamora con quien acuerdan un nuevo acuerdo de gobernabilidad, que es derrocado apenas un año después por un movimiento popular en octubre de 2003 que culminó con la huida de Sanchez de Lozada a los Estados Unidos.

Revista dat0s. Edición 227

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El papel de la policía y las FFAA

Antes del derrocamiento del Gobierno de Sánchez de Lozada se había producido un enfrentamiento entre policías y militares en febrero de 2003. Durante esa crisis conocida como  “febrero negro”, la policía se sublevó por las malas condiciones económicas de la tropa. Atrincherados en el Grupo Especial de Seguridad (GES), próximo al Palacio Quemado, los uniformados policiales se enfrentaron a tiros contra los militares que protegían el palacio de Gobierno. En la acción murieron algunos efectivos militares, hecho que desató un enfrentamiento sangriento en inmediaciones de la plaza Murillo.

El presidente Sánchez de Lozada, ordenó una represión violenta contra los policías que derivó en un sangriento enfrentamiento, mientras turbas enardecidas fueron igualmente reprimidas por el Ejército que cerró filas para preservar el orden constitucional en defensa del Ejecutivo. Los mandos castrenses dirimieron el pleito un par de días después logrando retomar la calma.

Tras la crisis de “febrero negro”, queda abierta una grieta en la composición de las fuerzas políticas que respaldaban a Sánchez de Lozada. Para superar el clima de debilitamiento político del Gobierno, se suman al acuerdo MNR – MIR todas las fuerzas con presencia congresal, del que queda excluido el MAS que endurece su posición en un clima de inestabilidad social con medidas de protesta como el bloqueo de carreteras, una constante en ese periodo.

El ascenso del Movimiento al Socialismo

En octubre de 2003, los aliados del Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada se reunieron de emergencia frente al impacto de las movilizaciones que habían ganado las calles de la sede de Gobierno por el malestar creciente y la negativa de esa administración de convocar una Asamblea Constituyente. Evo Morales, que en las elecciones de 2002 obtuvo el 20% de los votos, ocupando el segundo lugar, crecía alentado por las federaciones de hoja de coca del Chapare que asumieron una férrea resistencia con el bloqueo de carreteras en esporádicas alianzas con otras organizaciones sociales. Debilitado el Gobierno de Sánchez de Lozada por el escenario adverso, se vio forzado a renunciar tras el estallido de una protesta en El Alto a la que se suman grupos de vecinos, mineros, campesinos y trabajadores.

El vicepresidente de Sánchez de Lozada, Carlos Mesa, se une a las protestas, rompe con el Gobierno indicando que él no se mancharía las manos con la muerte de 68 personas en las manifestaciones violentas que se registran en El Alto. Las protestas que duran una semana, culminaron con un acuerdo entre las organizaciones sociales encabezadas por Felipe Quispe Huanca y dirigentes populares que entronan a Mesa a la presidencia con una serie de condicionamientos que hacen imposible la gobernabilidad. Tanto así, que Mesa renunció en mayo de 2005 en medio de una aguda crisis política. Su Gobierno, en una salida sui generis, en lugar de entregar la presidencia al presidente del Senado Hormando Vaca Diez (+), entregó el mando al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodriguez, que al finalizar 2005 convocó anticipadamente a un nuevo proceso electoral.

Evo Morales, obtuvo una votación histórica con el respaldo del 50% de los votos y asumió la presidencia en 2006, hasta octubre de 2019. El 21 de febrero de 2016 (21F), sin embargo, un plebiscito convocado por el Gobierno para otra elección de Morales, votó contra la reelección del primer mandatario para las elecciones de 2019. Pero, invocando un artículo de la constitución sobre derechos humanos, el Gobierno del MAS desconoció el resultado y la Asamblea Legislativa votó por su reelección.