Champagne anticipado

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Los dirigentes del Frente Amplio escuchan chistes y se entretienen con el discurso de Samuel.

Samuel Doria, José Antonio Quiroga, Rafael Quispe, Erik Morón y Jimena Costa. Qué le sugieren estos nombres. Son los candidatos del Frente Amplio en las primarias que definirán al  candidato presidencial de esa agrupación que se ha conformado para hacer frente al MAS en las elecciones de este año.

La elección es sui generis. El Comité electoral está conformado por Diego Ayo, Carlos Cordero, Jacinto Huanca, Susana Seleme, Miguel Serrano y el representante del Frente Amplio, Tommy Durán. O sea, en apariencia se trata de un acto en serio. Aunque sus rivales políticos no lo consideran de esa manera. Prefieren decir, para no enquistar enconos, que serán elecciones “a medias”. Observan: dicen que se iniciará un periodo de consulta a un universo de no más de 2.800 personas en las nueve capitales de departamento y en un número menor de provincias.

“Cualquier experto en levantamiento de sondeos diría que la muestra en esas condiciones es poco representativa”, afirman.

La única mujer que concurrirá al proceso, Jimena Costa, luce fi el a la causa. Ríe mientras el jefe de Unidad Nacional hace un par de bromas en el acto del lanzamiento de un nuevo producto para la construcción de la compañía de cemento. Samuel no le perdona a Daniel

Sánchez, presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia CEPB, su tan cercana relación con el Gobierno. El comentario desata risas en el salón. Varios dirigentes del

Frente Amplio comparten la broma. Los distraídos se hacen repetir en el oído. Tardan pero ríen igual. Costa, cabila y dice que participará como candidata en las primarias en representación de la mujer. Está convencida que la fórmula para combatir al MAS es un binomio de género: hombre – mujer. El (cualquiera, preferentemente Samuel) y ella.

Trasciende que el representante de los Ayllus y Markas enfrentado con el Gobierno, Rafael Quispe habría dicho de fuente bien informada que tuvo conversaciones con Juan del Granado, pero que decidió sumarse al Frente Amplio después de haber escuchado que el jefe del MSM “dará nomás sus votos al candidato del MAS”. Lo dice en una reunión ampliada de dirigentes de la agrupación. Unos lo toman a broma, los más se llevan las manos a la cabeza. Aseguran que todo se puede esperar del jefe sin miedo. El círculo se cierra en torno a esas palabras.

Las encuestas se han  convertido en un negocio

El sueño de muchos se convierte en la pesadilla de los demás. Este último mes los teléfonos han sonado sus alarmas planteando sorpresas. Más aun después de conocerse una “encuesta” en las que Evo acaricia más del 48% y los más cercanos competidores en la pugna electoral no llegan ni al 20%. A propósito de encuestas, un experto que prefiere mantener su nombre en reserva plantea dudas en torno sus resultados. “Es un problema de ética, -dice. Me preocupa la ligereza con que se asumen los datos en este país. No puedes hablar de Evo Morales haciendo una encuesta en las nueve ciudades capitales (más allá de que signifique el 60% del país) y calcular el margen de error en 2.05% con 2.250 casos; tampoco puedes hacer una pregunta dicotómica: ´aprueba o desaprueba la gestión del presidente´, en un país que culturalmente es una escala de grises”.

“El problema de las encuestas en los medios -continúa el experto-, es que han servido esencialmente con fines publicitarios. No interesa el dato ni el análisis, interesa la cifra que se acomoda mejor a los intereses de quien la promueve como herramienta de venta. Por lo general abarcan cientos de temas light para apoyar las ventas. Creo que tenemos que cambiar el concepto. Las encuestas tienen que dejar de ser un negocio para convertirse en fuente de información y conocimiento”.

Volviendo a las alianzas de unidad

Se habla de un acuerdo casi cerrado entre el líder del Movimiento Sin Miedo (MSM) Juan del Granado con el gobernador cruceño Rubén Costas jefe del Movimiento Social Demócrata (MSD). Ambos han estado abocados a trabajar una alianza Occidente – Oriente que merma en la posibilidad de alcanzar la ansiada unidad de la oposición para disputarle al binomio Evo – Álvaro los dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional. La última vez que el gobernador cruceño se reunió con Juan del Granado ha sido para demarcar la ruta y definir estrategias. Rubén Costas afirma que sí Samuel quiere integrarse al acuerdo debe prescindir de sus aliados movimientistas y de algunos nombres no deseables. En el análisis, Costas dice que el juntarse con el MNR es igual que hacer matrimonio con un cadáver. “No suma, más bien resta”, asegura.

Otro de sus cuestionamientos tiene que ver con afinidades regionales. Cuestiona la presencia del senador Germán Antelo aliado de Samuel. Costas dice que Doria Medina también debería vetar al senador si ambiciona integrarse al grupo.

Jimena Costa levanta su copa de champaña y brinda. “Disputaré en las primarias porque mi intención es abrir la participación de las mujeres”, mientras un grupo de seguidoras con las que se rodea asiente con la cabeza. Lo ideal en este cuadro que se arma pesado como el tren es ceder, pero nadie quiere dar un milímetro de su espacio. Todos están dispuestos a hacerlo en la charla menuda, pero cuando llegue la hora, la lógica política correrá sus propios tiempos. No prima el concepto de que nadie por ser más conocido que el otro es diferente a los demás, o que todos somos iguales, pero hay que conseguir a un diferente para enfrentar a Evo.

Hasta cerrar este primer capítulo nadie ha descubierto el secreto ni la forma mágica. Está por verse. Se habla del alcalde de La Paz, Luis Revilla como un positivo. Obligado por una serie de circunstancias y sin comprender el verdadero peso que decidió cargar en sus espaldas, la simbiosis parece desarticulada cuando se miden estaturas en la contienda. Juan abre juego con Costas.

Hay cartas integradas en este decantar de la oposición que se siguen midiendo por afectos y desafectos. Y muchas decisiones que se tomen en el transcurso de los siguientes meses no reducirán los riesgos que se corre al enfrentar a un animal político sobredimensionado por las facilidades que le otorga el ejercicio del poder.