
El cambio llegó a los Estados Unidos. Un inmigrante es elegido con el 50.4% de los votos alcalde de New York.
Como para ratificar los cambios que imperan en el mundo, un hecho destaca la magnitud de esa tendencia. Zohran Mamdani, el candidato demócrata de origen musulmán ha sido elegido por una mayoría arrasadora como alcalde de Nueva York. Mamdani que ha logrado encarnar en un tiempo récord tanto la esperanza de un cambio en los Estados Unidos de Donald Trump como la impugnación del poder establecido de su partido, hizo historia el martes. A sus 34 años, Mamdani se convierte en el primer socialista que regirá los destinos de la capital del capitalismo y en el primer alcalde musulmán de la ciudad que sufrió los ataques terroristas del 11-S.
Su triunfo cuenta con pocos precedentes en una urbe que ha elegido a 110 alcaldes antes que a él —solo un puñado de ellos, inmigrantes— y en la que casi nadie lo conocía hace solo un año. Entonces, era un miembro cualquiera de la Asamblea estatal de Albany. Desde ese discreto lugar, Mamdani viajó a toda velocidad rumbo a la fama global a lomos de un programa de izquierdas —sensato o populista, según se mire— basado en una apuesta por la asequibilidad que se confirmó este martes como irresistible para esos vecinos a los que cada día empuja un poco a poco más allá de sus límites la ciudad más poblada del país (8,8 millones de habitantes), que resulta ser también una de las más caras del mundo.
Pero este compás marca una tendencia de una sociedad en la que las cosas fluyen a una velocidad imposible de detener, son las sociedades liquidas a las que no parece darles lo mismo la cantidad de hipérboles cargadas de dogmatismo, en la que para abreviar se puede sugerir la anexión de un territorio, la declaratoria al ataque o la toma de un canal porque el efecto es visiblemente mucho más impactante de lo que parecen ser.












