El retorno del soldado leal Juan Ramón Quintana

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Foto: El Deber

Cuando en el año 2017, dejo el ministerio de la Presidencia y fue como embajador a Cuba, los rumores en los pasillos de la política anunciaban que el hombre fuerte del gabinete de Evo Morales, había perdido la confianza del presidente; que había sido remitido a un exilio caribeño y ahí esperaría su jubilación. Pero errados los opositores como siempre, la alquimia dorada o su corta ausencia de las alfombras palaciegas lo fortalecieron. Muchos militantes del MAS, los más duchos en las lides de la política, apuntaron su salida como un desacierto. Decían que Evo requería un león cerca, haciendo una comparación a los fouché desencantados de todos los regímenes. Su apreciación unía cabos en torno a una especie de tributo: en los momentos difíciles de cualquier Gobierno necesitas un hombre fuerte. Alguien que ponga orden en las respuestas ante la prensa, donde desde su salida muchos cayeron en ingenuas contradicciones.  De la misma manera al interior de MAS, “en las pugnas internas que ocasionaron fracturas, faltó quien pusiera orden”, era lo que se escuchaba.

Su retorno al gabinete tiene diferentes lecturas. Ahora la misión del soldado leal del presidente es ganar las elecciones, las más difíciles que tendrá el oficialismo. El desgaste del Gobierno no es algo poco visible. La derrota del 21 F de 2016 se encuentra instalada en la gente. El haber forzado la reelección y otros aspectos ligados a la gestión de Gobierno, ponen cuesta arriba dicha tarea.

El cómo Quintana enfocará la dirección de campaña será la pauta de la agenda y el clima electoral que se vivirá en Bolivia el 2019. Circulan rumores itinerantes que hacen eco. Por ejemplo, se dice que Juan Ramón está empeñado en la reelección y que para eso habría pedido que además de su puesto en el gabinete, asuma el difícil reto de dirigir la campaña. Habrá que ver si tiene la capacidad de reinventar la propuesta del MAS, para recuperar el eslabón de la confianza pérdida. De aquellos que apoyaron en elecciones previas al 21 F.  Acordemos que el discurso indigenista, la Pachamama, la inclusión social y el discurso de la confrontación, entraron en una curva descendente que no pega en el votante. De la misma manera después de casi 14 años de Gobierno ya no se puede seguir echando la culpa al pasado.

Quizás el punto de partida para la elaboración de propuestas electorales sea revisar las metas del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016 – 2020, si el PIB proyectado para el 2020 de US$ 57.000 millones aun es factible.  Analizar los proyectos de industrialización realizados en YPFB, el Salar de Uyuni o el del ingenio de San Buenaventura y, por otra parte, ver la rentabilidad de todas estas obras. Habrá que preguntarse también qué pasó con todos los proyectos de energía hidroeléctrica administrados por ENDE que a la fecha no han redituado más kilovatios de los anunciados. Es el caso de Rositas, Miguillas, Ivirizú, entre otros.  Y dónde quedó el plan de ser el centro energético de Suramérica.

En el último año el Gobierno realizó un viraje y aceptó que el empresario privado no sea contrincante y que el trabajar de manera conjunta contribuye al crecimiento del país. La famosa Alianza Público Privados APP de la que hablamos en estas páginas. Este importante cambio que incluye la transmisión de nuevos conceptos de percibir el país, que se los palpa en Santa Cruz y que es llevado adelante por el mismísimo Evo secundado por Carlos Romero, podría ser el punto de quiebre hacia un discurso y propuesta inclusiva en la que se sientan integrados empresarios, clase media y alta; que son las que mayor rechazo tienes aparentemente al Gobierno.

Otra batalla que va perdiendo la actual administración es la del entramado de las redes sociales, que hoy en Bolivia llega a aproximadamente seis millones de personas en edad de votar.

En el tiempo actual, el activismo político ya no se realiza en las calles, pasó a ser un activismo digital y que a partir de la elección de Obama ha cambiado la manera de encarar cualquier tipo de campaña política. Celulares, tablets y computadoras permiten a millones de personas participar de discusiones y expresar su pensamiento, sin tener que trasladarse a mítines o decir lo que piensan. Son una valiosa herramienta para ganar adeptos de la noche a la mañana.

Por otro lado, la facilidad de crear noticias (verdaderas o falsas), no requiere más de unos minutos frente a un celular y algo de creatividad. Un ejemplo es lo que sucedió con el Lamborghini, donde se realizaron un sinfín de especulaciones y memes. El manejo de las redes sociales para fines políticos se convirtió en una ciencia de tácticas y estrategias; va más allá de poner un ejército de gente insultando o poniendo likes. Ya no se trata de una guerra de quién tiene más seguidores. Es la generación de contenidos, la selección de targets, analizar tendencias y los múltiples usos de las plataformas digitales.

El retorno de Juan Ramon Quintana y Luis Arce, los ministros más notables que tuvo Evo Morales a lo largo de sus 13 años de Gobierno, muestra la necesidad de contar con sus mejores soldados para una de las batallas más difíciles que enfrente el Movimiento Al Socialismo MAS desde que se instaló en el palacio hace 14 años.