Evo mantiene tensa relación con la prensa independiente

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“Pollos de granja”, “vuvuzelas”, “agentes de inteligencia” o del imperio, “cobardes” y “narcotraficante” son algunos adjetivos con los  que el presidente Evo Morales calificó a los periodistas desde que ingresó al poder en 2006.

En una década de gobierno, Morales mantuvo una relación “difícil y tensa”, según periodistas que evalúan la relación presidencial con los reporteros.

“La relación  entre el Presidente y los periodistas ha sido muy difícil, muy tensa desde el inicio”, aseguró el responsable de la web de El Deber, Carlos Morales, quien afirmó que el Primer Mandatario  afirmó varias veces que los medios  son   sus principales enemigos políticos.

Según Raúl Peñaranda, exdirector de Página Siete, asegura  que esa situación se explica porque el Gobierno pretende controlar a los diferentes medios y acallar a los periodistas independientes, por lo que ha aplicado diferentes   estrategias . “La más reciente  es haber controlado a los medios mediante la publicidad estatal y a través de amenazas de Impuestos Nacionales”, dijo.

“Los medios de comunicación son mi principal oposición”, repitió  con insistencia  Morales desde que llegó a Palacio de Gobierno hasta hoy.

El Jefe de Estado dijo una vez que el 80% de los medios  estaba en manos de los opositores, por lo que decidió cambiar esa situación . Peñaranda, en su libro Control Remoto, afirma que operan   medios oficialistas y paraestatales.

“La gran mayoría de los medios están aliados al Gobierno, reproducen sus lineamientos y discursos presidenciales, la línea  editorial va en ese orden”, afirma  la periodista de la agencia ANF, Jimena Mercado.

Esta   relación accidentada entre la prensa y el Jefe de Estado se da  porque “ellos (las autoridades del Gobierno) confunden a un periodista con un propagandista, cuando un periodista se debe a la sociedad”, explicó  el periodista y exdirector de radio ERBOL, Andrés Gómez.

Gómez y  Amalia Pando, otra destacada periodista,     fueron considerados por el Gobierno “enemigos” del denominado “proceso de cambio”, después de que denunciaran presuntos actos de corrupción previa  investigación. Para acallar estas denuncias, el  Gobierno decidió “asfixiar económicamente” a ERBOL, según denunció Pando en las últimas semanas que trabajó en esa emisora.

“Lo que le incomodaba al Gobierno era la prensa imparcial y de investigación, los cuestionamientos siempre le estorbaron”, afirma la periodista Roxana Lizárraga, a quien Evo insultó en 2006 porque ella trabajaba para  Unitel, medio considerado   de “ultraderecha”.

Los periodistas consultados coincidieron en que el Presidente -y quienes lo rodean- reacciona  con adjetivos , comparaciones o insultos  porque no le agrada que se cuestione públicamente los puntos negativos de su administración.

La declaración del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana,    de que algunos medios  desaparecerán, como La Prensa, porque  “tienen la osadía de mentirle al país” causó rechazo en las redes sociales, autodenominadas como libres de regulación masista.

Del hostigamiento verbal se pasó a la agresión física, pero no de la mano directa de Morales, sino de sus movimientos sociales, los que en reiteradas oportunidades agredieron a periodistas, camarógrafos y fotorreporteros de medios calificados “de oposición”.

Pese a que la relación entre los medios de comunicación y Morales sigue áspera, el Gobierno siempre negó una persecución, debido a que deja que se publique  en su contra y se respalda en que no hay periodistas encarcelados.

La relación de Morales y  la prensa internacional

La prensa internacional no se salvó de las interpelaciones del presidente Evo Morales. Desde periodistas chilenos, presentadores de televisión hasta corresponsales de medios del exterior fueron presa de las declaraciones del mandatario.

“El corresponsal de CNN (en Bolivia) es narcotraficante”, dijo Morales en su intervención en Venezuela, al recordar los tres años del deceso del presidente de ese país Hugo Chávez. La  cadena internacional rechazó la acusación de Morales porque su corresponsal es una mujer y calificó de peligrosas las declaraciones del gobernante boliviano.

El presentador y periodista de la misma cadena, Ismael Cala, no se salvó de Morales. “Cobarde, agente del imperio y prófugo de la Revolución Cubana”,  dijo Morales de Cala,  cuando el Jefe de Estado canceló horas antes una entrevista con CNN en agosto de 2013.

En mayo del año pasado, unos periodistas chilenos llegaron a La Paz con el objetivo de tener alguna declaración de Morales sobre el fallo de la CIJ en La Haya, pero grande fue su sorpresa cuando Evo les dijo: “Ustedes no son prensa chilena, son agentes de inteligencia de Chile”.

El colegio de periodistas de ese país rechazó las declaraciones del gobernante.

En septiembre de 2010, Evo intentó que  la corresponsal de  BBC Mundo y NTN 24 TV, Mery Vaca, respondiera sobre un comentario racista. “Aquí dice que soy un cruce de llama con Lucifer. ¿Eso es o no racismo?”, dijo Evo. Vaca se limitó a decir que no le correspondía a ella responder.