Henry Kissinger que fue secretario de Estado de los Estados Unidos entre 1969 y 1977 en los gobiernos de Richard Nixon y Gerard Ford ha opinado sobre la guerra en Ucrania. Vale la pena conocer su opinión de quien ha sido considerado cerebro de la Operación Cóndor en América Latina con papel preponderante durante el golpe de Estado del dictador Augusto Pinochet en Chile.
Kissinger ha señalado que es posible que el presidente Vladímir Putin tenga dificultades para mantenerse en el poder si la guerra en Ucrania obliga a Rusia a abandonar la ofensiva militar y aceptar un acuerdo de paz con Europa. “Me gustaría una Rusia que reconozca que sus relaciones con Europa deben basarse en un acuerdo y una especie de consenso, y creo que esta guerra, si termina adecuadamente, podría conseguir que eso sea factible”, dijo Kissinger en una entrevista con John Micklethwait, editor de Bloomberg. Cuando se le preguntó si Putin podría sobrevivir en el poder si la guerra terminara en esos términos, Kissinger respondió: “Es improbable”.
Es improbable seguramente para quien tienen lazos con el mundo occidental. En su papel de secretario de Estado además de su envolvimiento en el golpe militar en Chile actuó muy cerca de la CIA apoyando gobiernos autoritarios en campañas de represión política y terrorismo de Estado que incluía operaciones de inteligencia. Tras su retirada de la política ha seguido opinando abiertamente sobre geopolítica y ha destinado millones de dólares en inversiones mal sucedidas en el caso del descomunal fraude de la compañía Theranos por la que su mentora Elizabeth Holmes ha sido condenada a 11 años de cárcel.
De cualquier forma, el diplomático dijo que es importante que, al terminar la guerra, Ucrania surja como una democracia sólida, y que es preferible evitar “la disolución de Rusia o la reducción de Rusia a una impotencia resentida” que amenace con avivar nuevas tensiones. Describió a Putin como una “figura tipo Dostoyevski acosada por ambivalencias y aspiraciones irrealizables”, que era muy capaz de ejercer el poder como líder y lo usó “en exceso” en relación con Ucrania.
La entrevista con Kissinger fue una retrospectiva de la vida y su carrera de Kissinger luego de cumplir hace poco los 100 años.
Putin ha recibido con frecuencia a Kissinger en Rusia durante su mandato de casi un cuarto de siglo en el Kremlin y, en una reunión de 2012, dijo que su relación se remontaba a mediados de la década de 1990, cuando él era primer vicepresidente del Gobierno de San Petersburgo. Kissinger dijo en su entrevista con Bloomberg que Putin era tanto el heredero de una perspectiva tradicional rusa como alguien que creció en las calles de Leningrado —ahora San Petersburgo—, donde más de la mitad de la población murió durante las dos guerras mundiales.
Putin “tradujo eso en no querer que el poder militar europeo estuviera al alcance de la mano de San Petersburgo y de las principales ciudades como Moscú”, y reaccionó “al borde de la irracionalidad” ante su expansión, dijo Kissinger.
Si bien EE.UU. y sus aliados hicieron bien en resistir el ataque de Rusia a Ucrania, es “cada vez más importante” que las partes del conflicto evalúen cómo quieren ponerle fin a través de la diplomacia, señaló Kissinger. Existe el riesgo de que las relaciones militares entre las potencias dominen el pensamiento geopolítico y conviertan la guerra en un conflicto global al atraer a países como China, agregó.
“Europa se volverá más estable, el mundo se volverá más estable, cuando Rusia acepte el hecho de que no puede conquistar Europa, pero tiene que seguir siendo parte de Europa por algún tipo de consenso como lo hacen otros Estados”, indicó.