Jeanine Añez, gloria y caída

Traicionada por los grupos que la empoderaron en la presidencia de Bolivia juró al cargo el 12 de noviembre de 2019 en un acto enrarecido por la efervescencia que vivió el país después de las elecciones de octubre de 2019.

Jeanine Añez contó que no podía llegar a La Paz, la sede de Gobierno donde vivió años en su calidad de asambleísta, cuando le comunicaron que era la salida para despejar el vacío de poder planteado por la renuncia de Evo Morales. Ocupaba la segunda presidencia de la Cámara alta y en esa condición, aunque la carta magna no establece tal figura, por línea sucesoria hasta hoy cuestionada, se hizo cargo de la presidencia con la misión de pacificar el país y convocar a elecciones generales.

Finalmente, Añez llegó a La Paz donde la esperó un gran recibimiento. Todos los líderes políticos que habían jugado un papel clave en la crisis previa la recibieron en uno de los hangares del aeropuerto de El Alto y de allí la caravana se trasladó al Congreso que ya se había envuelto en las sombras de la tarde. Mientras tanto varios juristas se habían puesto a estudiar la Constitución para darle forma legal a la transición y permitir su juramento al primer cargo del país, el que se produjo finalmente la noche del 12 de noviembre. A eso de las 20:00 hrs de ese día la beniana juró como presidenta de Bolivia. Muchos ese mismo día dijeron fatídicamente que se trató de una autoproclamación que podría tener consecuencias futuras. No se equivocaron. A pesar de haberse argumentado motivos constitucionales para su elección, alteró el encargo para el cual había sido elegida. Corrió diciembre, paso enero, llegó febrero y Añez estaba más aferrada al cargo que a cumplir el mandato. En esos cuatro meses tenía tiempo de sobra de convocar a elecciones, pero ella lo tomó como un precalentamiento sin una real intensión de organizar el proceso prontamente que es lo que debía haber hecho

En marzo el panorama boliviano comenzó a complicarse por la pandemia del nuevo coronavirus y entonces ella se embarcó de lleno en una gestión que todos –los más cercanos colaboradores y aliados- se apresuraron en calificar de prometedora y la alentaron a seguir disfrutando la presidencia olvidándose de los motivos por los que la habían empozado en el puesto número uno de mando del país.

Meses más tarde decidió ella misma alejada del mandato por el que asumió la presidencia postularse como candidata a las elecciones que se celebrarían después de varios cambios de fechas finalmente en octubre de 2020. Su acompañante de fórmula Samuel Doria Medina y sus aliados varios alcaldes entre ellos el de La Paz, Luis Revilla y una larga lista de los acomodados de última hora.

A última hora decidió saltarse de la postulación al ver que sus chances eran mínimas y para evitar la dispersión del voto para enfrentar al MAS. Luego de entregar la presidencia al ganador de ese proceso, meses después en marzo de 2021 fue detenida por una orden de la Fiscalía por los presuntos delitos de “sedición, terrorismo y conspiración”, debido a su participación en los hechos de 2019.

Añez guarda desde entonces reclusión en la cárcel de mujeres de Miraflores en La Paz.