La granja de los animales 1

Hay preocupación por la danza de comisiones que se crean al calor de contratos para los que no se llama, como debía hacerse, a licitación pública. El avión presidencial ya ha dado mucho que hablar, pero ahora se ha concedido a tres empresas, la vía paralela desde La Paz a otro departamento y se habla de hasta 20 millones de dólares, en repartos. En Sucre, en presencia del presidente Morales se ha firmado un contrato de 40 millones de dólares, para un nuevo aeropuerto. Nadie sabe cómo se escogió la empresa, que requisitos se le han exigido, por qué no se llamó a licitación pública. Esto no es solamente precipitado y peligroso, sino que deja de lado la justa reivindicación planteada por Potosí, para que en las pampas de Lequesama, se haga un aeropuerto para las dos ciudades, ahorrando así millones de dólares. No se olvide que el pueblo potosino siente que pese a sus 19 días de paro total, no se han satisfecho sus demandas, entre ellas la del aeropuerto. Si hay ciudad que vive en el abandono es ésa, pues el gobernador nacido en Toro Toro, se va a su pueblo natal los fines de semana y se siente incómodo y repudiado en la Villa Imperial. El cargo le queda enorme y el gobierno no advierte que ése será otro foco de estallido en poco tiempo.

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Estos casos han convertido en nuevos ricos a funcionarios que jamás soñaron poseer tanto dinero del que tienen ahora. Lujosos autos y departamentos creen que han comprado la felicidad temporal de quienes reciben las jugosas comisiones de las empresas seleccionadas para trabajar en Bolivia saltando los procedimientos de licitación. Los nombres se multiplican y hablan por sí solos de la deformación del proceso de cambio. A propósito de esta metamorfosis, las calles del centro de La Paz se han convertido en una exposición a cual más de ellos manejan autos de lujo, pero sin conocer en lo mínimo las reglas de tránsito y comportamiento, ni que decir de respeto a los pobres transeúntes. La sede de Gobierno debe ser la ciudad con los más altos decibeles, peleas e insultos entre los flamantes propietarios de movilidades de lujo y los minibuses que son conducidos por migrantes del campo que llegan a la ciudad vendiendo sus pertenencias a cambio de una movilidad “chuta” su más preciada felicidad.

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El canciller Choquehuanca ha viajado a Moscú, con la historia de firmar créditos, que ojalá no sean militares, pues la Constitución nueva dice que somos país pacifista, pero los paraguayos están seriamente preocupados por nuestras compras bélicas, como se le hicieron notar recientemente al presidente Morales, en su visita a Asunción. En todo caso, el canciller es diestrísimo para viajar al exterior y cobrar viáticos de $us. 400 por día. El año pasado viajó 135 días, lo que da la bonita suma de 54 mil dólares, libres de polvo y paja, pues prefiere alojarse en los departamentos de sus empleados y no llegar a hoteles. No se sabe a quién se le ocurrió la peregrina idea de contratar al juez Garzón, para nuestro diferendo con Chile. Como Choquehuanca no lee nada y los asesores, tipo Solón, son pésimos en la cancillería, nadie se fijó que Garzón es penalista y que no tiene la menor idea de derecho internacional público y mucho menos de las negociaciones que nuestro país ha hecho con Chile a lo largo de un siglo. Era como contratar a un ginecólogo para operar un tumor cerebral. Han hecho quedar mal al presidente Morales, pues lo último que haría Chile es contratar a un jurista europeo, menospreciando a los nacidos en ese país. ¿Es qué Bolivia no tiene gentes calificadas en este campo y debe acudir vergonzosamente a un europeo, como hizo con el Gral. Kundt en la guerra del Chaco, con resultados catastróficos? A Kundt se le echó al año de su gestión, después de que sacrificara miles de vidas de soldaditos bolivianos en ataques frontales, a los fortines paraguayos.

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Mientras Tiwanaku, que era la joya del turismo en La Paz, se cae a pedazos y los comunarios se reparten ávidamente el precio de las entradas, importándoles un comino la preservación de monumentos y monolitos, el presidente Morales ha anunciado un museo de 30 millones de bolivianos sobre el proceso de cambio (y sobre él mismo, se supone), en Ori-noca, su pueblo natal, a 8 horas de distancia de Oruro. Suponemos que será a fondo perdido, pues es difícil que vayan allá, más de una docena de turistas por año, a menos que sean invitados oficiales.

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Han tenido que ser los dos personajes más resistidos del senado, los asambleístas Avalos y el polémico y reincidente Fidel Surco quienes presentaron la ley que ha impresionado a la opinión pública de perdón a los 100.000 autos “chutos” que se dice ya se han internado al país y por los que el Estado recaudará varios millones. Muy sonrientes ambos han dicho que la Asamblea tiene potestad para hacerlo sabiendo que se trata de una inmoralidad y una sinvergüenzura, pues por un lado el Estado se estaría empeñando en combatir al contrabando y por otro se da vía libre a estos autos viejos que siguen atiborrando nuestras calles como basura mecánica del primer mundo.

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El odio al padre es uno de los fenómenos más estudiados por el psicoanálisis a partir de Freud. El caso más emblemático y terrible, es el de Hitler, que odiaba a su progenitor y ese odio lo volcó después al pueblo judío y a todos los no arios, conduciendo a Alemania al descalabro de la Segunda Guerra Mundial y al sacrificio de 30 millones de muertos en Europa. Se han dado muchos otros casos como éste, de la transferencia del repudio al padre que después se convierte en venganza contra toda la sociedad.