I Bolivia: La falta de liderazgos y las pugnas peligrosas al interior del MAS

Escenas de enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden se han vuelto recurrentes en América Latina al comenzar 2023. En Bolivia la detención del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho generó sospechas de que el operativo fue organizado por agentes infiltrados de Venezuela o Cuba, hasta se dijo que podrían ser elemento iraní. El rumor alimentó todo tipo de conjeturas sobre la presencia grupos armados de los gobiernos de esos países en la actual administración.

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El operativo de la detención de Camacho –ejecutado por un grupo de élite de la policía boliviana- y su posterior traslado a La Paz fue un típico operativo antidroga. La escena de encapuchados armados, el helicóptero en el que fue traslado a Chimoré, en la boscosa región del Chapare donde según autoridades del anterior Gobierno han crecido en los últimos dos años más de 31.000 hectáreas de coca ilegal que se desvían al narcotráfico. Un territorio dominado por el comercio ilegal donde ejerce autoridad el expresidente de Bolivia a su vez presidente inamovible de las seis federaciones de la coca.

La detención del gobernador de Santa Cruz se ejecutó en un momento en el que el jefe de Estado Luis Arce y el jefe del MAS Evo Morales han prácticamente roto su relación política, situación que ha derivado en ataques verbales de purgas y amenazas de expulsión de los traidores del proceso de cambio. Morales ha iniciado una truculenta campaña de desprestigio contra Arce que incluye denuncias sobre la protección que ejerce el Gobierno al narcotráfico, acuerdos con la DEA norteamericana y otras denuncias que pasan por facilitar el ingreso de precursores, permitir el crecimiento de las plantaciones de hoja de coca, hasta la cristalización de la droga. Denuncias que están llevando a Bolivia a convertirse en un narco Estado. Una pelea de fondo entre el jefe de Estado y el del MAS de imprevisibles consecuencias.

El arresto de Camacho derivó en violentos enfrentamientos en Santa Cruz, la quema del edificio de la Fiscalía departamental, atentados contra la propiedad privada y la sede de la federación de campesinos, un centenar de detenidos, heridos y un muerto que fue declarado héroe departamental. Santa Cruz, considerado el motor de la economía en Bolivia, decidió protestar por la detención de su primera autoridad política con el bloqueo de carreteras para evitar que la producción de alimentos se distribuya al resto del país. La medida resultó insostenible y el Comité Pro Santa Cruz tuvo que suspenderla.

Santa Cruz, se ha convertido en el epicentro de la oposición contra el Gobierno de Arce Catacora. La tesis que defienden sus organizaciones empresariales de que sin Santa Cruz Bolivia no se abastece de alimentos por su poderío productivo en el agro fue una bocanada de aire tibio ya que a la larga se ha demostrado que el resto de Bolivia puede abastecerse de productos sin la dependencia del oriente boliviano.

Entretanto, LF Camacho permanece detenido en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro. Nadie cree que el gobernador sea puesto en libertad. El juez le negó en la primera audiencia una acción de libertad directa. El Gobierno se empeña en mostrar los ambientes donde el gobernador está detenido, una habitación aparentemente cómoda y la posta sanitaria de la prisión adecuada para que reciba un delicado tratamiento de la enfermedad autoinmune que lo aqueja.

Se cruzan a todo esto, hechos insólitos: una vigilia en inmediaciones a la cárcel, encabezada por las organizaciones sociales que respaldan al Gobierno para evitar la fuga de Camacho, que lo único que ha conseguido es el repudio generalizado de la población. Son grupos de “ponchos rojos” que buscan amedrentar cavando zanjas y taponeando las rutas de acceso a la prisión. Un espectáculo poco menos que dantesco y hasta oprobioso.

Otro dato curioso es la incursión en política de uno de los hijos del gobernador detenido. Será él quien leerá una carta escrita por su padre en el Cabildo Nacional programado por la oposición para este 25. A falta de liderazgos la oposición en el departamento de Santa Cruz no ha tenido mejor idea que poner al frente a un muchacho de no más de 20 años como interlocutor del movimiento cívico opositor. Lo que dice de la falta de liderazgos en Bolivia.

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