Todo lo que se dice no es

Ironías del destino de los presidenciales (a 19 días de las elecciones).

Varios factores adversos se juegan en esta elección marcada por el descomunal derroche de recursos en la “guerra sucia” que se ha instalado para alcanzar la presidencia. Hay varios casos en los que cuesta creer que para gobernar un país en crisis exista tanta plata y peleas. La descomunal iniciativa de uno de los patrocinadores de esta farsa viaja en el tiempo para justificar el derroche del que se quejan todos. Como es su plata allá él, pero genera sospechas de que esto no lo hace gratis.

***

Uno de los candidatos con el ceño fruncido se presentó en la embajada de EEUU (las redes lo presentan con el ojo en tinta), deja una carta para el Departamento de Estado con el tenor de sacar del frente a una incómoda mosca que merodea con sus encuestas para que no quede rastro de los masistas (que precisamente con estas actitudes no desaparecerán como él quisiera porque la gente detesta casi de la misma forma todo lo made in EEUU y a quienes siguen esa corriente).

***

A ver, en este cuadro de caos sinfín, los equipos de campaña de todos los concursantes a este desfile se reúnen en sus war room para discutir cómo se le hace más daño al otro. En una de esas interminables reuniones (te imaginas, si llegan a la presidencia desaparecerán de tus sonrientes ojos, abrazos y apretones de mano porque ya te habrán usado y succionado como Drácula); en uno de esos cuartos, decimos, semioscuros con sándwiches y Coca Cola, el del ojo en tinta no tiene mejor iniciativa de presentar a su gabinete de ministros. Ciudadanos meritorios, según él, dan rienda suelta a la estrategia “al que madruga Dios lo ayuda”, se hacen aplaudir por una barra de los mismos del que no será presidente.

***

Hay dos periodistas que se afilan los puñales cada mañana de quien da el primer zarpazo para acuchillar a los que quieran denigrar al enemigo. Para esta secuencia pornográfica usan los micrófonos de última generación. Luego se dedican a colocar etiquetas a sus invitados usando las frases de conveniencia, así como si nada. Ya en la noche con los litros de sangre que aun chorrean por la comisura de sus labios sedientos hacen un recuento del festín y creyendo que están en el Olimpo de los dioses, se dan el derecho a excusarse: “No lo decimos nosotros, lo dicen ellos”.

***

Ha caído bajo el nivel de los que simulan independencia. Todos (candidatos, dirigentes, los nominados a senadores y diputados, los que aún son asambleístas se prestan como ovejas y dan circo al pueblo); caen como moscas a la miel (hay muchos que no pueden desprenderse y se quedan atrapados como en las espirales que se colocan en los boliches de mala muerte para que se los pueda ver claramente). Así expuestos se dicen de todo, hay incluso algunos hechos los finos que invitan ir al WC a los que nada tienen que ver en la pelea. “La gente no odia tanto a los periodistas como quisiera”, afirma Milei en una reunión de libertarios en la que aparece haciendo alarde el “sexy” JP.