¿Y ahora… la oposición qué?

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Nadie duda de los importantes cambios de Bolivia desde la reconquista de la democracia en el año 1982 y nadie duda tampoco, que el país cambió con profundidad aún mayor, a partir de la elección del MAS en los comicios generales del 2005, proceso que al cabo de casi una década, descoyuntó (por decirlo de alguna manera), a toda la oposición denominada tradicional, que más por culpa propia que ajena, tampoco permitió la integración de estructuras partidarias renovadas, líderes nuevos y formas distintas de hacer política más allá de la circunstancial coyuntura económica, sólidamente apuntalada en el decenio pasado. El merito en este caso podría ser la “nacionalización” que se presenta como sinónimo del auge, que la oposición machacona y tontamente apuntó como mala praxis cuando para la mayoría del electorado fue lo mejor que ha hecho el Gobierno de Evo.

 

Dos de cinco de los partidos opositores que se presentaron a las elecciones, han quedado virtualmente eliminados del quehacer político. Es posiblemente por este hecho que el presidente plantee que le gustaría que existan en Bolivia dos partidos y no más, se refiere claro al MAS y a un segundo que no le alcance los talones, lo que en buena lectura es ya un anticipó de partido único.

 

Samuel ha declarado que se convertirá en celoso guardían de los actos del Gobierno y es probable que con los 24% de votos esté en condiciones de hacerlo, pero ya salieron las malas voces de parte de sus aliados que antes de que las velas del TSE se apaguen, han anunciado que la alianza entre el presidenciable de UD y el Movimiento Demócrata Social del aún gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, ha sido conyuntural, es decir, que cada uno ahora velará por su futuro, lo que  mide el grado de mezquindad en las decisiones partidistas. “Hoy me convienes mañana no”, parecería ser el razonamiento. Los orientales dan a entender que políticamente hablando, continuarían su marcha solos o por lo menos liberados de cualquier compromiso con Unidad Nacional, contingencia nada favorable por supuesto, para encarar en el Parlamento, una bancada oficialista vigorosa y permanente en los siguientes cinco años.

 

Unidad Demócrata, que habiendo obtenido el segundo lugar en las elecciones, ahora cuenta con el mandato de más de un millón trescientos mil ciudadanos, para constituirse en el bastión de la oposición y desde ese puesto hará todo lo que se requiera para frenar cualquier iniciativa del Gobierno, que no respete de manera estricta y puntual la Constitución Política del Estado. Obviamente que aún resulta incierto si será capaz de ejercer ese importante papel con la debida eficacia, brío y robustez, en ausencia y/o desacuerdo de su socio oriental, siendo asimismo importante destacar, que el propio empresario, ha sido atacado virulentamente por supuestos delitos cometidos en la sociedad cementera capitalina “Fancesa”, cuyas acciones le fueron confiscadas por el MAS y que pese a la existencia de un avalúo técnico/judicial, efectuado por una empresa especializada internacional escogida por el mismo Gobierno, no logra el justo pago de cerca de cien millones de dólares desde hace más de cuatro años.

 

Queda para el recuento, analizar la campaña del Partido Demócrata Cristiano, a la cabeza de Jorge Tuto Quiroga y de la quechuista Tomasa Yarhui, que contra muchos pronósticos iniciales, se ubicaron en un tercer lugar, constituyéndose en lo que posiblemente devengue como el pilar de la oposición, en virtud a la firmeza de su candidato en la denuncia. Pero lo cierto es que ninguno en la oposición -incluidos Juan del Granado y Fernando Vargas- transcurrirán tranquilos, pues su actitud propositiva -improbable en las actuales circunstancias- podría ser más efectiva que volcando artillería pesada para que la construcción del Estado que propone Evo comience a sentir tropiezos y dificultades. Creo que nadie quiere eso y los bolivianos entendieron y por eso votaron por el MAS. La oposición deberá hacer una lectura clara de que seis de cada 10 bolivianos -lo que no es poco- votaron por la continuidad.

 

Su empeño por lo tanto será de acompañar la gestión con más inteligencia, sin estribillos gastados que la época electoral ya ha pasado y debe encararse desde ahora el desafió de prepararse para una nueva oportunidad. La oposición debe saber leer ese mensaje, si quiere avanzar en un plan elocuente y práctico. Pero como al parecer la mezquindad aflora de uno y otro lado, existen rumores de que cierta ególatra dirigencia del PDC, estaría reclamando la sigla al candidato Jorge Quiroga, alegando que se la prestaron sólo para efectos de las elecciones y que una vez concluidas, deberán devolverla al partido.

 

El Partido Demócrata Cristiano, (cuyo jefe tradicional falleció hace muy poco tiempo) y circunstancialmente a la cabeza de Jorge Tuto Quiroga, ha asumido su función opositora, iniciándola con contundentes y fuertes denuncias contra el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por su desesperado afán funcional de concluir el balotaje de primera votación, con los dos tercios de sufragios a favor del MAS-IPSP, objetivo espurio que de lograrse en los hechos, seguramente marcará el inicio de una durísima etapa de enfrentamientos con el Gobierno, lejana de esa tasa de leche avizorada por los empresarios de los grandes negocios y de la teoría del “Vivir Bien”, inquietos por los resultados que deberían llegar rápidamente, como directa consecuencia de su ahora decidido apoyo al “proceso de cambio” liderado por Evo.

 

La oposición mañana

Como afirmáramos en otra edición de “dat0s”, el Movimiento sin Miedo (MSM) del ex alcalde paceño Juan del Granado, tocó efectivamente su punto más bajo en la reciente elección, ya sea debido a la terquedad de presentarse con sigla y candidatura propia o ya sea por su desmembramiento repentino con sectores endemoniados por su claro ver de la política que esta vez resultó equivocado. Ya se ha comenzado a hablar de la desintegración que deviene después de las derrotas aplastantes. ¿Qué será de Luis Revilla? ¿Qué pasará en La Paz su reducto vital? ¿Cuál será la estrategia para encarar las elecciones a alcalde? ¿Habrá llegado el partido de Juan al ocaso de su existencia y requiera irreversiblemente, una seria recomposición o fusión con otra agrupación política de mayor peso, personalidad y presencia? El MSM es más preguntas que certezas.

 

Sea cual fuere el epílogo del MSM, su jefe ya anunció que se retirará inmediatamente del cargo para dejar lugar a otros dirigentes, refiriéndose probablemente a Luís Revilla, cuyo futuro político después de la derrota ha quedado seriamente afectado, aunque astuto ya sacó a relucir Solidaridad y Libertad SOL, su agrupación con la que pretende exfoliar el horizonte electoral; será primero local y luego escrutará el nacional. El gobernador cruceño, Rubén Costa dijo que lo primero que hizo buscando fortalecer la oposición antes de las elecciones pasadas fue buscar aproximaciones con Luis Revilla.  Su prueba de fuego será la cita electoral de marzo del 2015, para alcaldes y gobernadores.

 

En relación al “Partido Verde” del dirigente campesino devenido en novísimo político, Fernando Vargas, el TIPNIS (Territorio Indígena, Parque Nacional Isiboro Secure), la reserva natural nortina y rica reserva amazónica de Bolivia, queda medio anónima e invisible en el devenir de la expresión del voto, quiere decir que ocupa en el cerebro muy poco interés a la hora de identificarlo.

 

¿La Bolivia de partido único?

Un conocido analista político decía recientemente, que la oposición es fuerte en un país, cuanto más fuerte sea la crisis que atraviesa. La actual crisis boliviana, es considerada llevadera y vivible por cuanto sus actuales problemas en los frentes de los trabajadores de la minería cooperativa y privada, del transporte, de los jubilados, de los maestros de escuela, de los gremiales, etc., se consideran de simple solución en el corto plazo, no ameritando por consiguiente, otra oposición que no sea la protesta callejera, la marcha, el bloqueo y la huelga, en todo caso de duración previsible y ampliamente permitidas por la “democracia participativa” agrupada en los movimientos sociales aupados desde las propias esferas del Gobierno.

 

A condición de que la propiedad y el control de los grandes medios de producción de bienes y servicios, continúe en manos del Estado afirman ciertos analistas- la desideologización de los partidos políticos pro socialistas en su vehemente y casi exclusivo deseo de alcanzar y perpetuarse en el Gobierno,  juega asimismo un importante rol en el proceso “uniformizador” de estas agrupaciones a lo largo de esa trayectoria de empoderamiento, en la que ya poco o nada importa la ideología si se considera -afirman- que todos buscan el mismo fin, es decir: “…el bienestar de las grandes mayorías nacionales…”.

 

Desde la tribuna del presidente electo, se ha lanzado la recomendación de contar con un solo partido de oposición en las mencionadas elecciones de marzo del próximo año para Gobernadores y Alcaldes, ejercicio que por su alta complejidad emergente de la presencia de cientos de candidatos, pondrá a dura prueba a un seguramente nuevo y esperemos que más capacitado e idóneo Tribunal Supremo Electoral, que reemplace íntegramente al actual grupo de aficionados cuya manifiesta incapacidad quedará marcada en los anales de la democracia boliviana, de manera similar a la mentada y tristemente famosa “Banda de los Cuatro”.

 

Ayer

En artículo anterior, opinábamos que las especialísimas circunstancias prevalecientes en Santa Cruz hasta la fecha de las elecciones recién concluidas, habían dado lugar “…a la iniciación de una nueva etapa en el comportamiento de la región que poco a poco, se atreve nuevamente a adoptar posiciones políticas de toda índole, incluyendo la votación a favor del oficialismo en las próximas elecciones”.

 

Hoy

La ciudadanía votó mayoritariamente por la candidatura oficialista en Santa Cruz y si bien es cierto que el número exacto de votos con relación al resto de los aspirantes a la primera magistratura, será por mucho tiempo motivo de controversia debido a la indisimulada funcionalidad del Tribunal Supremo Electoral (TSE), además de su pobrísimo cuanto deficiente e ineficaz desempeño en los procesos del respectivo cómputo, (atrasado, lento, controvertido e incierto), nadie objeta  el cierto triunfo del MAS, constituyéndose el Beni en la decorosa excepción donde la mayoría opositora, limpia y cómodamente, superó una vez más al MAS-IPSP.

 

Mañana

El tri-re-elegido presidente Morales, asevera que la ya rancia “Media Luna” opositora, se ha convertido ahora, en la “Luna Llena” masista. Frases hechas más o menos, lo cierto es que entre el desorden generado por el TSE, (que la oposición afirma tratarse de “un desorden pre-ordenado”), el oficialismo anhela los dos tercios en el Parlamento, que le permitiría obtener el virtual control absoluto del poder para entre otras cosas, modificar la actual Constitución Política del Estado, en el afán -se afirma- de consolidar el Proceso de Cambio hasta el año 2025″.