Los antibióticos y su uso extendido
La ciencia ha desarrollado importantes avances para combatir enfermedades de transmisión viral. Empero, la resistencia de ciertas variables o cepas y los tratamientos estándares para las infecciones bacterianas son menos eficaces y en muchos casos ni siquiera funcionan.
La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas de salud pública más preocupantes a nivel global. El uso excesivo o indiscriminado, así como su mal uso, son los factores fundamentales que contribuyen la resistencia. El público en general, los médicos y los hospitales tiene la función de garantizar su uso adecuado y minimizar la aparición de resistencia. La resistencia está en aumento y se están agotando muy deprisa las opciones terapéuticas, lo que quedaría a merced de las fuerzas del mercado exclusivamente; los nuevos antibióticos que con mayor urgencia necesitamos no estarán listos a tiempo. En febrero de 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su primera lista de “patógenos prioritarios resistentes a los antibióticos”, en la que se incluyen las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana, que servirá para guiar y promover la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos, con el objetivo de colaborar al creciente problema mundial de la resistencia a los mismos.
El grupo de prioridad 1 (Crítica) Incluye las bacterias multirresistentes que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores y catéteres intravenosos. Entre tales bacterias se incluyen las siguientes: Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacteriáceas como Klebsiella, E.coli, Serratia, y Proteus. Son bacterias que pueden provocar infecciones graves y a menudo letales, como la sepsis en la corriente sanguínea y neumonías. Estas bacterias han adquirido resistencia a un elevado número de antibióticos, como los carbapenémicos y las cefalosporinas de tercera generación.
Los de nivel 2 (Elevada) y 3 (Media)
Son bacterias que exhiben una farmacorresistencia creciente y provocan enfermedades comunes como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias por salmonela.
Las consecuencias de las infecciones resistentes a los medicamentos pueden causar enfermedades más graves, recuperación más prolongada, hospitalizaciones más frecuentes o más prolongadas, más consultas con el médico y tratamientos más caros.
La vulnerabilidad por grupos
La vulnerabilidad denota riesgo, fragilidad, indefensión o daño. Está presente en todas las personas, debido a los cambios constantes de la sociedad postmoderna que nos enfrentan permanentemente a riesgos sociales. Sin embargo, hay determinados grupos como los niños/niñas de la calle, adolescentes y ancianos de ambos sexos, sumada a la pobreza o indigencia o factores socioculturales diversos, más vulnerables.
La edad avanzada disminuye la respuesta del sistema inmunitario. La respuesta de una persona anciana no es la misma que la de una persona joven adulta. Investigadores del Hospital General de Massachusetts, de la Universidad de Yale y el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, han identificado alteraciones cromosómicas como marca molecular en las células de la sangre que aumenta la predisposición a tener una infección respiratoria y sepsis, así como infecciones respiratorias, urinarias o digestivas. Estos resultados se observaron en personas con Covid-19, donde se detectó un mayor número de hospitalizaciones. La detección de las alteraciones cromosómicas podría ayudar a tomar decisiones sobre tratamientos profilácticos para los pacientes.
Para facilitar este análisis, en la actualidad los investigadores están trabajando con diversas empresas para evaluar si es posible detectarlas en la saliva. Estas investigaciones podrían ayudar a los futuros esfuerzos de salud pública global a la hora de definir cuarentenas, distanciamiento y medicinas profilácticas.
Por último, como los factores predisponentes y características demográficas son diversas, diferentes y variables, en las diferentes regiones, inciden directa o indirectamente en la diseminación de la enfermedad, así como en su manejo.
El componente geográfico es fundamental para el desarrollo de políticas cuyo objetivo será reducir el nivel de contagios y la muerte, además de costos.
Los indicadores para conocer el impacto de las acciones a nivel local, regional o global deben incluir esas características generales y locales de cada comunidad, su tipo de población, aspectos geográficos inherentes, nivel de educación, diferencia entre grupos etáreos, edad, sexo y otras variables independientes o dependientes.
Las comunidades a nivel global tienen riesgo de propagación diferentes, y dependen de otras variables como la situación de sus servicios de salud, la capacidad de respuesta frente a las diferentes enfermedades, que deben ser tomadas en cuenta al momento de evaluar el riesgo de diseminación y contagio, así como las futuras acciones de control.
Lista OMS de patógenos prioritarios para la I+D de nuevos antibióticos:
Prioridad 1: CRÍTICA
-
-
-
- Acinetobacter baumannii, resistente a los carbapenémicos
- Pseudomonas aeruginosa, resistente a los carbapenémicos
- Enterobacteriaceae, resistente a los carbapenémicos, productoras de ESBL
-
-
Prioridad 2: ELEVADA
-
-
-
- Enterococcus faecium, resistente a la vancomicina
- Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina, con sensibilidad intermedia y resistencia a la vancomicina
- Helicobacter pylori, resistente a la claritromicina
- Campylobacter spp., resistente a las fluoroquinolonas
- Salmonellae, resistentes a las fluoroquinolonas
- Neisseria gonorrhoeae, resistente a la cefalosporina y las fluoroquinolonas
-
-
Prioridad 3: MEDIA
-
-
-
- Streptococcus pneumoniae, sin sensibilidad a la penicilina
- Haemophilus influenzae, resistente a la ampicilina
- Shigella spp., resistente a las fluoroquinolonas
-
-
Apreciado lector, suscríbete a la Revista dat0s digital para obtener la edición completa aquí