El gurú que anticipó la crisis de 2008 apuesta contra la IA

Por Redacción dat0s con Agencias
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Foto: Imagen generada por IA

Para Michael Burry, compañías como Meta y Google están extendiendo artificialmente la vida útil de sus servidores y equipos de inteligencia artificial, especialmente aquellos basados en chips de Nvidia, que en la práctica quedan obsoletos en ciclos de dos o tres años.

Michael Burry, famoso por anticipar la crisis inmobiliaria de 2008 y por ser interpretado por Christian Bale en “La gran apuesta”, es un inversor estadounidense que abandonó la medicina para fundar Scion Capital y luego Scion Asset Management. Su reputación se consolidó cuando, entre 2005 y 2008, tomó una gigantesca posición corta contra el mercado hipotecario estadounidense: llegó a apostar alrededor de 1.300 millones de dólares mediante credit default swaps sobre hipotecas subprime, una estrategia que le generó ganancias personales de unos 100 millones de dólares y aproximadamente 700 millones para sus inversores. Su capacidad para ver riesgos sistémicos antes que nadie es lo que hoy vuelve a poner sus advertencias bajo la lupa.

En sus publicaciones recientes, Burry alertó sobre el inminente estallido de la burbuja de las inteligencias artificiales. Y no solamente eso, sino que respaldó sus advertencias con posiciones concretas. Su última presentación regulatoria reveló que más del 79% de su cartera está compuesto por opciones de venta: un 66% contra Palantir y cerca del 13,5% contra Nvidia.

En un reciente posteo, se centró en un punto que, según él, está pasando desapercibido para el mercado: la subestimación sistemática de la depreciación en los balances de los gigantes tecnológicos. Afirma que compañías como Meta, Oracle, Google, Microsoft y Amazon están extendiendo artificialmente la vida útil de sus servidores y equipos de IA, especialmente aquellos basados en chips de Nvidia, que en la práctica quedan obsoletos en ciclos de dos o tres años.

Esto implica que, en lugar de reconocer el gasto de esos activos en un período breve, están amortizándolo en plazos mucho más largos. Al hacerlo, reducen el impacto contable del gasto anual y muestran ganancias notablemente más elevadas. Para Burry, esto equivale a un maquillaje financiero que distorsiona la rentabilidad real del sector.

Según sus cálculos, entre 2026 y 2028 la subestimación total de depreciación alcanzará unos 176.000 millones de dólares. Proyecta que, para 2028, Oracle reportará cerca de un 26,9% más de ganancias de las que realmente genera, mientras que Meta mostraría aproximadamente un 20,8% adicional gracias a esta práctica.

Qué puede adelantar el estallido de la burbuja de las puntocom sobre el futuro de la IA

Para comprender el paralelismo entre las puntocom y la IA, es necesario recordar lo que ocurrió a fines de los 90′ e inicios del 2000, cuando el entusiasmo por internet disparó las valuaciones a niveles insostenibles. Las acciones de empresas tecnológicas se multiplicaron más de un 200% en menos de dos años, y el Nasdaq alcanzó un pico histórico en marzo del 2000 para luego desplomarse casi un 80% en los dos años siguientes. La euforia también se sintió en Argentina, con casos emblemáticos como ElSitio.com y Patagon, que lograron valuaciones récord antes de desaparecer o ser absorbidas por otras compañías.

Las similitudes con el presente son evidentes: concentraciones de capital extremo en un puñado de empresas, inversiones multimillonarias en infraestructura aún no rentabilizada y un mercado dispuesto a pagar precios muy elevados impulsado por expectativas optimistas. Las llamadas “Siete Magníficas” (Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) han dominado el crecimiento bursátil reciente, pero también han exhibido volatilidad ante cualquier señal de corrección.

Otros siguieron sus pasos. Peter Thiel, cofundador de Paypal y Palantir, vendió aproximadamente 537.742 acciones de Nvidia (NASDAQ:NVDA) durante el período de julio a septiembre, mientras que SoftBank, un conglomerado japonés de tecnología e inversiones, vendió toda su participación en Nvidia por 5.800 millones de dólares para financiar su agresiva apuesta por Open AI. Aunque sigue dentro del rubro, los movimientos levantan sospechas.

Jeff Bezos reconoció que podríamos estar en una burbuja. En la Italian Tech Week 2025, el fundador de Amazon analizó la ola de inversión en inteligencia artificial y aseguró que, aunque exista una “burbuja”, se trata de una fase industrial que dejará un legado tecnológico profundo porque la IA generará un impacto en el aumento de la productividad.

No existe consenso total entre los analistas. Algunos sostienen que las grandes tecnológicas tienen modelos de negocio sólidos, ingresos crecientes y ecosistemas consolidados que las diferencian de las puntocom. Otros creen que el ritmo del gasto, la competencia feroz y la falta de retornos claros en muchos proyectos de IA podrían generar un ajuste brusco cuando los inversores revisen las cifras con más rigor.

Lo cierto es que la advertencia de Burry, alguien que ya vio venir un derrumbe histórico cuando la mayoría miraba para otro lado, invita a mirar el boom de la inteligencia artificial con más cautela.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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