
Que a estas alturas estalle una nave espacial de Elon Musk debe provocar arrebatos entre quienes ven la onda expansiva por uno de los canales de streaming. El menos preocupado de este episodio es el dueño del cohete; que para él perder cientos de millones de dólares no representa absolutamente nada sino un ensayo de prueba dedicado a su encantador poder de trasladar a parte de la humanidad, la más feliz y excéntrica del mundo (el 01%) a otro planeta.
La Starship de SpaceX tiene a todos acostumbrados a lo que eufemísticamente se denomina “desmontaje rápido no programado”, es decir a explotar. Pero esos accidentes se suelen producir después del lanzamiento. A las 23.00 de la noche en Texas, la nave espacial de la empresa de Elon Musk ha explotado en tierra durante una prueba de fuego estático de la etapa superior del megacohete —la nave, denominada Ship—. Es el mismo elemento que ha saltado en pedazos en los tres últimos vuelos de prueba de la lanzadera espacial más grande jamás construida.
SpaceX publicó una hora y media después de la explosión un comunicado en la red X en el que explicó que el cohete “experimentó una anomalía importante” mientras se preparaba en la base para el décimo vuelo. “Durante toda la operación se mantuvo un área despejada de seguridad alrededor del sitio y todo el personal está sano y salvo”, afirma el tuit. Además, la compañía de Musk aseguró que su equipo “está trabajando activamente para proteger la zona de pruebas y el área circundante inmediata en colaboración con las autoridades locales”. Por último, añadió que “no hay peligro para los residentes de las comunidades circundantes”, e hizo un llamamiento al público para que no intente acercarse al área mientras continúan las operaciones de seguridad.
Estas escenas y los comunicados de X incluidos configuran las escenas futuristas encantadas a las que debemos comenzar a acostumbrarnos como tomar un vaso de agua o un jarabe para la fiebre. Según medio locales que citan a las autoridades, no se han reportado heridos, pero los equipos del Departamento de Bomberos de Brownsville han tenido que acudir a la base espacial para atajar el fuego.
Se trataba de una prueba rutinaria de abastecimiento de combustible e ignición, con vistas a preparar la décima prueba de vuelo de la nave espacial, cuya fecha aún no estaba anunciada. El objetivo de esas pruebas de fuego estático es comprobar el funcionamiento de todo el sistema. La prueba es estática porque el cohete permanece inmovilizado durante la combustión. Durante el ensayo se puede verificar el rendimiento de los motores, la capacidad de empuje y la funcionalidad de otros sistemas clave.
Según la retransmisión del ensayo que estaba llevando a cabo la web especializada NSF, la explosión se produjo a las 11:01:52 de Texas, casi las 6.02 minutos en la España peninsular. El accidente supone un serio contratiempo para SpaceX por los daños causados en la base. Tras la explosión inicial, se han sucedido otras menores y un enorme incendio continuaba una hora después del incidente.