Elon Musk se proclama ‘tuitero jefe’, visita Twitter y se dispone a cerrar la compra de la red social.
El hombre más rico del planeta, que puede compararse un Estado en potencia por la cantidad de recursos que posee (212.000 millones de dólares) irrumpió en la compañía multimillonaria de Silicon Valey (San Francisco) cuyo eslogan es “es lo que está pasando” que se dedica exclusivamente a vender productos de microblogging, ha dicho que va tomar posesión de la compañía. Por ahora, apenas vemos cumplidos a medias sus deseos de quien ya había cerrado un acuerdo en abril pasado del que se corrió luego y volvió a anunciarlo, un verdadero especulador al que le va muy bien en los negocios.
Cierto o no su anuncio, Elon Musk ya pagó millonarias penalidades por sus arrebatos de inconsistencia; apareció en la compañía con un t-shirt simple y un jean, como se visten los milmillonarios cargando un lavabo de bastante peso y se apoderó del lugar como quien va al baño.
Elon Musk ha dejado de describirse en su perfil como “vendedor de perfumes”. Ahora ha pasado a ser Chief Twit, o sea, tuitero jefe. Con 110,1 millones de seguidores, ya tenía algo de eso, pero ahora va camino de convertirse en el dueño. El cambio en su cuenta de la red social es la última indicación de que se dispone a cerrar por unos 44.000 millones de dólares. El plazo para evitar ir a juicio se cierra este viernes.
El multimillonario fundador de PayPal, Tesla y SpaceX, entre otras empresas, ha estado dando vuelcos y cambiando de opinión continuamente desde que anunció su entrada en el capital de Twitter. Cuando le tocaba prestar declaración en las diligencias previas el juicio por incumplimiento de contrato, Musk sorprendió al anunciar que volvía a aceptar la operación. Aun así, ha tardado tres semanas en ir logrando la financiación y en negociar el acuerdo que ponga fin a la saga de la operación corporativa más controvertida de los últimos tiempos.
Empero esta vez las amenazas parecen correr serias. Este miércoles ha visitado las oficinas de la compañía en San Francisco y ha subido a la red un vídeo cargando un lavabo. “Entrando en la sede de Twitter”, ha escrito, y ha hecho un juego de palabras con el lavabo. “Hoy he conocido a un montón de gente genial en Twitter”, completó en su mensaje.
“Elon está en la oficina reuniéndose con la gente, caminando por los pasillos y continuando con la inmersión en el importante trabajo que todos hacen”, ha escrito Leslie Berland, jefa de marketing. La llegada de Musk es motivo de inquietud entre los trabajadores después que dijo que piensa recortar el 75% de la plantilla, que ahora es de unos 7.500 empleados. Musk también quiere multiplicar los ingresos y explorar vías de suscripción. Entre las potenciales víctimas están los que trabajan en moderación de contenidos. El rico man quiere ser mucho más laxo porque se proclama “un absolutista de la libertad de expresión”. Lo que supone que podrían proliferar la desinformación, las noticias falsas y los mensajes de odio.
Los planes de Musk apuntan a convertir Twitter en una especie de aplicación integral. “La compra de Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación para todo”, fue el primer tuit del magnate tras volver al plan de comprar la red social por 44.000 millones de dólares. En el pasado, el empresario ha mostrado su admiración por la aplicación china WeChat, que evolucionó desde un servicio de mensajería a una plataforma multinacional con medios de pago, comercio electrónico, salud, gestión de suscripciones y todo tipo de servicios, casi imprescindible para la vida diaria en China.
Esta semana ha trascendido que Musk y su equipo se estaban reuniendo con los bancos para financiar la operación y que en esas reuniones habían transmitido que la compra iba adelante y que su previsión era cerrarla dentro de la fecha límite. Algunos de los inversores que se aliaron con Musk para la adquisición también están preparando los fondos que les toca desembolsar. Las transferencias ya se han puesto en marcha para liquidar la operación, según ha avanzado The Wal Street Journal. La cotización de Twitter se ha acercado a los 54,20 dólares por título que recibirán los accionistas.