¿Quién controla la IA?
El desafío de regular la inteligencia artificial generativa ha sido un tema de feroz debate desde que la tecnología captó la atención del mundo a fines del año pasado. Pero cuando se trata de garantizar que la IA generativa promueva el bien común, el quién es tan importante como el cómo.
Para Daron Acemoglu , Simon Johnson y Austin Lentsch del MIT (Massachusetts Institute of Technology, por sus siglas en inglés), los propios trabajadores deben desempeñar un papel central para obligar a sus empleadores a no buscar una automatización sin sentido, sino a utilizar la IA para aumentar la creatividad humana, impulsar la productividad y, en última instancia, impulsar una prosperidad ampliamente compartida. La huelga en curso del Writers Guild of America será una importante prueba de fuego: si los guionistas de Hollywood en huelga fracasan, “otros trabajadores del conocimiento tendrán aún menos posibilidades de dar forma al futuro del trabajo y la tecnología”.
Maria Eitel , vicepresidenta fundadora de Responsabilidad Corporativa de Nike, atribuye la responsabilidad de limitar los peligros de la IA directamente a las empresas que desarrollan y aplican la tecnología. “Después de todo”, señala, “los reguladores y los gobiernos no entienden completamente cómo funcionan los productos basados en IA o los riesgos que crean; solo las empresas lo hacen”. Pero se debe exigir a las empresas que diseñen y se comprometan con “planes de acción creíbles” para guiar la innovación responsable.
Anne-Marie Slaughter de la Universidad de Princeton y Fadi Chehadé de Ethos Capital, por su parte, hacen un llamado a los principales “científicos, tecnólogos, filósofos, especialistas en ética y humanitarios de todos los continentes” para “unirse para asegurar un amplio acuerdo sobre un marco para gobernar la IA que pueda ganar apoyo a nivel local, nacional y mundial”. Las instituciones serán vitales, pero el tipo de institución necesaria dependerá de la función específica en cuestión, desde garantizar el desarrollo y uso seguro de la IA hasta la difusión de tecnologías beneficiosas.
Sin embargo, según Harold James de Princeton, no podemos controlar mucho. La tecnología “nunca se ha detenido simplemente porque algunas personas así lo quisieran”. A medida que cambia “cómo se conceptualiza la actividad colectiva”, particularmente a través de la “automatización de la guerra”, la IA también hará que el poder “se aleje de la gente” y remodele “nuestra comprensión de la autoridad legítima”. Hagamos lo que hagamos, “la IA lo cambia todo”.