Silk Road y la economía oculta en la Deep Web

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Foto: United Explanations

Por United Explicanations

Tendemos a pensar que fuera de Google o Bing no existe nada más en Internet, que lo que no puedan alcanzar estos potentes buscadores carece de interés o directamente ni nos planteamos que exista. Pero no es así. De hecho, probablemente alguna vez habremos escuchado que la mayor parte de la información que existe en Internet está oculta.

En realidad, existe un inmenso mundo virtual que los buscadores no pueden indexar y que funciona a nivel global gracias a multitud de usuarios que interaccionan en él.

Usando la analogía de un artículo de Michael K. Bergman, buscar en Internet puede ser comparable a arrastrar una red de pesca sobre la superficie del océano. A través los buscadores tradicionales encontraremos un montón de información, pero existe mucha más (se calcula un 96% de todo Internet) enterrada en capas inferiores que no son accesibles a los buscadores tradicionales. Esta parte oculta es lo que se conoce como Web Profunda o Deep Web.

The Onion Router

Esta exclusión de Internet “visible” es, en muchos casos voluntaria y asegurada por el anonimato de sus usuarios. Uno de los programas responsables de proporcionar este anonimato, el más popular y probablemente el más efectivo es Tor (The Onion Router). Un proyecto financiado por el  Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos (Onion Routing) dio como resultado la creación en 2003 de este sistema ideado para ocultar la identidad online de quien lo use.

Resumiendo su funcionamiento, Tor hace pasar la señal de conexión que envía el usuario a través de varios nodos antes de llegar a su destino a la vez que cifra la información de nuevo en cada uno de ellos. De esta manera se evita que alguien pueda hacer seguimiento de la información que envías o recibes hasta localizar tu IP. Este sistema, junto con un cifrado “extra” de la información usando otros programas como PGP, hace extremadamente difícil poder interceptar y desvelar el mensaje, incluso para muchas agencias gubernamentales.

Actualmente esta tecnología está siendo desarrollada por “Tor Project”, una organización sin ánimo de lucro que busca ayudar a los usuarios a evitar la vigilancia online, con el fin de mantener la privacidad y el anonimato. También es muy útil en países restrictivos con el acceso y difusión de información o en lugares de conflictos políticos, y en general en cualquier contexto en el que el usuario tenga motivaciones para mantener su identidad en privado. Ojo, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones básicas para conseguir un buen nivel de privacidad.

Pero Tor no solo puede ocultar la identidad de usuarios individuales, también es capaz de hacer imperceptibles páginas web enteras.

Silk Road

Llegados a este punto, el tema se pone más interesante. Buena parte del contenido de la web profunda pertenece a servicios de almacenamiento online, bases de datos de empresas, sitios donde los gobiernos cifran su información, bancos y webs que necesitan proteger sus datos… pero también alberga un negocio multimillonario donde se comercia abiertamente con armas, drogas y prácticamente cualquier objeto o servicio dentro o fuera de la ley.

Este mercado negro, cuya cabeza más visible quizá sea la famosa Silk Road mueve grandes cantidades de dinero de manera anónima entre individuos de todas partes del mundo. Se habla de un tráfico de unos 22 millones de dólares anuales en 2011 con una tendencia de crecimiento importante.

Estas páginas están diseñadas precisamente para despistar a los crawlers de los buscadores, que se dedican a recorrer la red para indexar nuevo contenido. Muchas mueven su dirección periódicamente y de esta manera permanecen ocultas. A la mayoría de estos sitios sólo se puede acceder a través del navegador de Tor o algún programa similar.

Entonces, ¿es posible comprar cualquier producto ilegal en Internet y que sea completamente seguro? En principio sí porque estas páginas están en funcionamiento, pero el que sea seguro depende de que el usuario sepa manejar las herramientas de privacidad que hacen esto posible.

Existe una discusión sobre hasta qué punto este sistema es seguro, o tiene fisuras que puedan aprovechar los gobiernos para perseguir este mercado. Y parece que tiene fisuras. Precisamente hace unos días hemos leído que un hacker ha programado un crawler que indexa páginas web dentro de la red Tor. Pero lo cierto es que a día de hoy, tanto en Silk Road como en multitud de webs se comercia con todo tipo de productos ilegales y las autoridades poco han podido hacer.

Si bien, ya ha habido alguna detención importante relacionada con este tipo de mercado. En 2011, la operación “Adam Bomb” se saldó con el arresto del creador y algunos usuarios de uno de los sitios precursores de Silk Road, “The Farmer’s Market”. Esta operación, que fue la primera de este estilo en llevar a cabo la DEA (Drug Enforcement Administration) y el Departamento de Justicia de EEUU, acabó con esta web pero no con el inmenso mercado oculto que por entonces ya existía. A pesar de los esfuerzos de esta operación, el volumen de transacciones en el mercado negro se ha multiplicado desde entonces. Para los usuarios de la web profunda, “The Farmer’s Market” cometió errores flagrantes que permitió a las fuerzas de seguridad rastrear correos electrónicos y datos de pagos.

En Silk Road podemos encontrar desde drogas, falsificaciones de marcas, servicios de anonimato de todo tipo, productos químicos de difícil acceso, pasaportes y todo tipo de documentación falsa, fármacos, métodos de hacking… entre otros muchos tipos de productos ilegales. ¿Y armas? Antes se vendían, llegando a ser una gran parte de las transacciones de esta web. El volumen creció tanto que se llegó a crear una página exclusivamente para la compra-venta de armas y munición, The Armory, pero en agosto del 2012 el administrador de Silk Road cerró voluntariamente la página porque aparentemente no cubría gastos y por el uso fraudulento que hacían de ella sus usuarios (la mayoría del comercio se basaba en armamento ilegal en EEUU). El comercio de armas actualmente está bastante desperdigado en la web profunda, aunque hay sitios bastante populares como Black Market Reloaded.

Pero esto no es lo más turbio que podrás encontrar. Asesinatos o palizas a sueldo, “experimentos humanos” que cruzan por mucho los límites del buen gusto son algunos de los intercambios más enfermos que te podrás encontrar si pasas tiempo navegando en alguna de estas páginas. No tengo duda de que se pueden encontrar servicios aún más censurables si se indaga el tiempo suficiente.

Lo que más llama la atención de las principales webs de este tipo de mercado es su parecido con cualquier sitio de compra-venta como Ebay, tanto a nivel estético como funcional. Tienen sistemas de reputación similares, tipos de envíos, plataformas de pago Bitcoin, foros de usuarios. El diseño y el funcionamiento de alguna de estas webs no te dan la sensación de estar visitando un sitio ilegal.

El mercado negro de drogas ya no surge en Sudamérica, o el de armas en Rusia. Ahora todo está online, y es difícil echar el guante a este fenómeno que no para de crecer. Pero el lector se preguntará, ¿cómo es posible el anonimato completo? Al fin y al cabo, ¿no hay que enviar y recibir pagos, direcciones de envío, etc.? No pretendo que esto sirva como guía para moverse por Silk Road, pero creo que hay un par de lagunas que merecen ser explicadas.

Sin duda el tema más difícil de cubrir era el de los pagos, ya que desde hace tiempo existen canales de comunicación cifrados que permiten enviar datos de dirección, recogida o entrega de la mercancía. Pero, ¿cómo enviar y recibir dinero de manera totalmente anónima? La respuesta a este problema nos la da un sistema del que ya hemos hablado en United Explanations, el Bitcoin.

Sin la privacidad que proporciona esta moneda sería imposible la existencia de todo este mercado, ya que las transacciones de dinero a través de medios normales (tarjetas de crédito, Paypal, transferencia…) son fácilmente localizables. Aun así, usar Bitcoin (o algún otro servicio de Banca Anónima Online) no te excluye de poder ser localizado. El usuario experto de estos mercados toma muchas precauciones para ocultar su IP y conservar su anonimato a la hora de cambiar otras monedas por bitcoins o viceversa.

El papel de los gobiernos

Como era previsible, la reacción de los estados ante la existencia de este mercado ha sido la de perseguirlo. Cuando salió a la luz la existencia de Silk Road, dos senadores de EEUU pidieron su cierre, describiéndolo como “el intento más descarado que hayamos visto de vender droga en Internet”. Dos años después de estas declaraciones, la web tiene más visitas que nunca y ha multiplicado su número de transacciones.

Las autoridades rastrean por defecto la web en busca de este tipo de sitios, pero es difícil localizar servidores o usuarios que hayan tomado las precauciones necesarias. Gobiernos como el australiano o el británico también anunciaron que iban a investigar estas páginas. Para ello utilizan sofisticados programas que analizan el flujo de transacciones con Bitcoin para emparejarlas con las de Silk Road, pero los éxitos de estas persecuciones son muy contados. Un usuario experimentado deja pocas o ninguna pista sobre su identidad.

Aún con todo, los usuarios de estas páginas están lejos de estar completamente seguros, sobre todo si el volumen de las transacciones es muy elevado. El principal problema para los vendedores es el de convertir sus bitcoins en moneda circulante fuera de Internet.

“Intentar hacer transacciones ilícitas con Bitcoin, dadas las técnicas de análisis estadístico implementadas por las fuerzas de seguridad, es bastante estúpido” Jeff Garzik, miembro del equipo de desarrollo de Bitcoin.

Esta semana pasada, la DEA ha conseguido “incautar” 11 bitcoins en una operación encubiertarelacionada con transacciones en Silk Road. Es la primera vez que las autoridades consiguen relacionar a un individuo con una transacción de bitcoins en el contexto de lucha contra estos mercados de droga. Aunque la administración de EEUU lo ha vendido como un éxito, podemos ver que la cantidad incautada (unos 800 dólares) es ridícula en comparación con el volumen de negocio de algunos de estos sitios.

Mientras tanto, Silk Road sigue funcionando a pleno rendimiento, y un competidor emergente como Atlantis Market, que se está haciendo también un hueco importante en el mercado de droga online, e incluso se anuncia de manera totalmente natural y profesional…¡en Youtube! No, no es broma, aquí está la prueba.

Por tanto, parece que a pesar de los esfuerzos de muchas autoridades, estos sitios no están pasando excesivas dificultades para seguir en funcionamiento.

Consideración sobre los usos del anonimato en Internet

Se puede decir que la premisa “sin privacidad no existe libertad” es más que popular entre una gran mayoría de usuarios de Internet. Con la reciente revelación por parte de Edward Snowden, ex-empleado de una subcontrata del Ministerio de Defensa de EEUU, de algo que ya se sospechaba, que la NSA (National Security Agency) puede espiar a cualquier individuo y que obtiene toda la información que solicita de gigantes como Google o Facebook, la discusión sobre la privacidad online ha regresado a la esfera pública.

Aunque siempre hay gente dispuesta a sacrificar su libertad en favor de una supuesta seguridad, para muchos esta vigilancia implica un importante retroceso en sus derechos y libertades. Como respuesta a la vigilancia de gobiernos y corporaciones, hay una gran comunidad en Internet que lucha por la privacidad y la libertad. Existe toda una filosofía impulsada por la cultura hacker a favor de la criptografía como forma de defender la privacidad y la libertad en Internet. Esta estrategia ha recibido el nombre de Criptoanarquismo o Criptoanarquía, y fue resumida en 1994 por Timothy C. May en el documento Cyphernomicon.

“Lo que emerge de todo esto no es claro, pero creo que será un forma de sistema de mercado anarcocapitalista que yo llamo criptoanarquía”. Cyphernomicon.

Muchas de las críticas que reciben estas ideas apuntan precisamente a la facilidad con la que se pueden quebrantar las leyes. Estas herramientas correctamente utilizadas pueden ser de ayuda en casos de gobiernos con legislaciones o actuaciones claramente abusivas, pero también puede albergar actividades delictivas como pueden ser la pedofilia o el terrorismo organizado.

Sin quedarse en los extremos, el uso de estos sistemas de privacidad parece cada vez menos descabellado teniendo en cuenta la vigilancia que ejercen muchos estados y la facilidad con que tienen acceso a toda nuestra información. No es un caso exclusivo de estados especialmente restrictivos o EEUU, las legislaciones de muchos países permiten niveles de investigación que nos parecerían abusivos.

Sin ir más lejos, al igual que la NSA usa PRISM, en España existe desde 2001 SITEL, un sistema que permite escuchas telefónicas y espionaje online, famoso en los últimos tiempos por haber hecho posible la detención de la supuesta “cúpula” de Anonymous en España (una organización horizontal sin cúpula).

Haciendo uso de las palabras del creador de Silk Road, que opera su web bajo el seudónimo Pirata Dread Roberts, “la libertad conlleva responsabilidad, sólo porque puedas no significa que debas”.