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La Colina de San Sebastián es un lugar de alto valor histórico y simbólico para la ciudad de Cochabamba, esto ha impulsado a las autoridades ediles ya en los albores del siglo XX a llevar adelante una polÃtica de conservación de este espacio y evitar que en sus laderas se produjeran asentamientos, inclusive adquiriendo en su momento algunas propiedades. De esa manera dotaron a la ciudad de un área pública importante donde se erigieron dos monumentos en homenaje a las HeroÃnas de la Coronilla. El primero, en 1910, un monumento de armas y, el segundo, en 1926, que tiene seguramente una de las esculturas más hermosas de Bolivia. Esta colina fue un lugar de solaz y de paseo durante muchÃsimos años. Sin embargo, con el pasar de los años, por falta de cuidado y por el abandono gradual de las autoridades municipales y policiales, el cerro se fue convirtiendo en un refugio de grupos de drogadictos y delincuentes, perdiendo gradualmente su carácter de "paseo" o atracción turÃstica, en proporción a la inseguridad que se instalaba y crecÃa en este espacio ante el silencio y la indiferencia. La inseguridad también permitió el primero de los monumentos fuera prácticamente saqueado, sin que a la fecha tenga ninguna de las armas ni plaquetas que adornaban sus columnas. El segundo también fue objeto de robos y pillerÃa, al extremo que partes del propio monumento a las heroÃnas fueran destrozadas. Actualmente, los grandes murales de cobre han sido reemplazados por réplicas y los destrozos no han sido reparados. En el amplio ingreso a la colina también existÃan una decena de bustos de héroes de las luchas independentistas en Bolivia, rostros que fueron simplemente robados o destrozados a combo, dando una impresión de desidia e ignorancia, lo cierto es que las autoridades no asumen ninguna responsabilidad sobre su incuria y se limitan a realizar algunos trabajos cosméticos antes del 27 de mayo, a fin de evitar la reprobación pública y mostrar en ocasión en que se celebra un acto cÃvico una imagen pasable de estos monumentos, vÃctimas del tiempo, del olvido y de la barbarie. 1910 Se erigió un Monumento a las Armas en el mismo lugar donde se produjeron los combates. Un monumento muy hermoso con pérgolas clásicas que conforman una especie de anfiteatro greco romano. Sobre la columna del obelisco central habÃa un cañón, un hacha, una lanza, un fusil y un garrote. Todos estos elementos, que simbolizan las armas utilizadas en combate, han sido robados. Únicamente se ha rescatado el cañón, que se encuentra en el JardÃn Botánico, aunque se dice que esta pieza de artillerÃa corresponde más bien a la Guerra del PacÃfico y no a la batalla librada en La Coronilla. Todo el conjunto arquitectónico está virtualmente abandonado, las plaquetas en bronce de las columnas han sido sustraÃdas y las plaquetas en mármol están totalmente descoloridas, raspadas y erosionadas por acción del tiempo y de los malhechores, que comercian con estas reliquias históricas. Este monumento está abandonado desde hace largos años y no recibe la más mÃnima atención de conservación, incluso en ocasión del bicentenario de la gesta de las HeroÃnas de la Coronilla. 1926 Para el Centenario de la fundación de la República de Bolivia, celebrado en 1925, la prominente dama Doña Sara de Ugarte, esposa de D. Daniel Salamanca, que posteriormente llegarÃa a la Presidencia de Bolivia, impulsó un movimiento cÃvico para recaudar fondos, siendo ella misma una de las principales financiadoras, para la construcción de un monumento en memoria a las HeroÃnas de La Coronilla, obra que fue encargada a Roma al Maestro Pietro Piraino, quien trabajó con su discÃpulo el escultor cochabambino Alejandro Guardia. Este magnÃfico monumento fue inaugurado el 6 de agosto de 1926. Un año después, en 1927, un Decreto Supremo del Presidente Hernando Siles instituyó el 27 de Mayo como "DÃa de la Madre" en Bolivia en homenaje y reconocimiento perenne a estas heroicas luchadoras.
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