Este martes se inició el proceso judicial para establecer la responsabilidad del hombre más rico del mundo tras declinar la compra de Twitter por 44 000 millones de dólares.
Lo que el multibillonario no quería ha ocurrido. El principal accionista de Tesla y Space X buscaba junto a sus abogados el diferimiento del juicio hasta 2023 y de ser posible aún más lejos. Pero, la implacable jueza Jude McCormick dispuso que sin mucha bulla el juicio debe iniciarse el próximo octubre. Es así que los especialistas en este tipo de lides han indicado que Twitter ha ganado la primera batalla contra Elon Musk en los tribunales.
Jude McCormick ha escuchado los argumentos de ambas partes y ha decidido que el juicio para resolver la disputa sobre la compra por 44.000 millones de dólares de la tecnológica se lleve a cabo en cinco días de octubre. La red social había solicitado al tribunal de Equidad de Delaware un proceso expedito y eso es lo que ha obtenido la compañía, alegando que cada día de incertidumbre es un golpe a las acciones y rendimiento de la compañía.
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Los abogados del magnate, en cambio, pedían que el proceso se aplazara hasta febrero de 2023 o incluso más allá anclando una estrategia de desarme y retraso para que se llevaran a cabo los análisis necesarios para determinar el número de cuentas falsas y de spam de la plataforma. Se sabe que uno de los argumentos del hombre más rico del mundo era que el número de clientes activos de la plataforma no coincidía con los datos manejados para la venta.
La primera sesión preparatoria del juicio se llevó a cabo de forma telemática porque la jueza McCormick adquirió coronavirus. Los abogados de Twitter han asegurado ante la togada que los esfuerzos dilatorios de Elon Musk son un “intento de sabotaje”. “Está haciendo todo lo posible por tumbar a Twitter”, señaló Bill Savitt, abogado del despacho Watchell, Lipton, Rosen & Katz. “Está haciendo todo lo posible por crearle daños a la empresa y exponerla. Lo hace para poder escapar del contrato que prometió cerrar”, añadió Savitt, quien considera que la operación debe concluir antes de que se venzan los acuerdos de financiamiento que se tienen con los bancos, en abril del próximo año.
La red social solicitó la semana pasada que el proceso se llevara a cabo en septiembre para reducir el impacto del culebrón en el valor de las acciones. El precio de estas, sin embargo, se ha estabilizado y comienza a remontar ante la opinión casi unánime de que Twitter tiene buenas posibilidades de salir airoso en su batalla para que el empresario cumpla con su oferta de pagar 52,20 dólares por acción. Los letrados de la red social han afirmado que la falta de acuerdo daña a la empresa de San Francisco “cada hora, cada día”.
La jueza ha coincidido con este razonamiento. “Típicamente, mientras más tiempo permanece en el limbo una de estas fusiones, más se extiende la nube de incertidumbre sobre la empresa, aumentando un riesgo irreparable para el vendedor”, aseguró McCormick.
El abogado de Musk, Andrew Rossman, del despacho Quinn Emmanuel, ha acusado a Twitter de dar largas en la entrega de su información sobre cuentas falsas y spam. El empresario de Tesla y Space X cree que estas son más del 20% de la plataforma y había puesto como condición del acuerdo que se le comprobara que estas representaran menos del 5%. Este número es importante, según Musk, porque le ayuda a determinar la cantidad de usuarios monetizables.
El tema ha sido el tira y afloja entre las partes. Twitter afirma que ha hecho todo lo posible por compartir los datos con su comprador sin violar sus políticas de privacidad compartiendo información personal de los usuarios. El equipo de Musk había pedido aplazar el juicio para analizar “una masiva cantidad de información” y miles de millones de interacciones en Twitter.
Savitt, no obstante, ha intentado cambiar la narrativa del juicio. “Este caso no trata de eso. Ese es un asunto fabricado”, ha esgrimido el abogado. Savitt asegura que en el acuerdo original la compañía no hizo ninguna promesa sobre la métrica de cuentas falsas y que el acuerdo no dependía de esto. Dejó claro que la empresa había informado al regulador, la SEC, que la cantidad podría ser más alta que sus estimados. Rossman respondió que Twitter busca enterrar la verdad sobre esta polémica y dijo que su cliente tiene el derecho a saber el número exacto por ser el segundo mayor accionista de la empresa.