Pablo Picasso (1881-1973)

Por Tomás Fernández y Elena Tamaro “Pablo Picasso Biografía”
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Pablo Picasso

Uno de los pintores más influyentes cuyas obras se exhibe en los principales museos del mundo. El mural Guernica que pintó en París en 1937 alude al bombardeo de Guernica, durante la guerra civil española, es una de las más representativas del artista que diariamente la visitan cientos de personas en el Museo Reina Sofía de Madrid, España.

Pablo Diego José Ruiz Picasso, conocido luego por su segundo apellido, nació el 25 de octubre de 1881, en Málaga, como primogénito del matrimonio del pintor vasco José Ruiz Blasco y la andaluza María Picasso López. El padre era profesor de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela San Telmo. La infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos cultivaban con devoción. El niño era un escolar discreto, bastante perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don José estimulaba.

En 1891 la familia se trasladó a La Coruña, en cuyo Instituto son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de su hijo. En 1895, Ruiz Blasco obtiene un puesto docente en la Escola d’Arts i Oficis de la Llotja de Barcelona. Pablo resuelve en un día los ejercicios de examen previstos para un mes, y es admitido en la escuela. En 1896, con sólo quince años, instala su primer taller.

Dos años más tarde obtuvo una mención honorífica en la gran exposición de Madrid por su obra de un realismo académico, en la que el padre ha servido de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus trabajos, influidos por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas medallas en Madrid y Málaga.

Picasso en 1908

En 1898 realiza su primera muestra individual en Els Quatre Gats de Barcelona. Y en el otoño de 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal. Allí vende tres dibujos al marchante Petrus Mañach, quien le ofrece 150 francos mensuales por toda su obra de un año. Pablo es ya un artista profesional, y decide firmar sólo con el apellido materno. En 1901 coeditó en Madrid la efímera revista Arte Joven y en marzo viajó nuevamente a París, donde conoció a Max Jacob y comenzó lo que luego se llamará su “período azul”. Al año siguiente expone su primera muestra parisiense en la galería de Berthe Weill, y en 1904 decidió trasladarse definitivamente a la capital francesa.

Picasso se instaló en el célebre Bateau-Lavoir, alojamiento variadamente compartido por artistas. Allí trabó amistad con Braque y Apollinaire, y se enamoró de Fernanda Olivier. Durante tres años Picasso pintó y dibujó sin cesar, rendido a la influencia de Cézanne, mientras elaboró con Braque las líneas maestras del cubismo analítico, cuya gran obra experimental, Las Señoritas de Aviñón, pintó en 1907.

Pronto sobrevinó el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones que ganó nuevos adeptos, al tiempo que su audaz inventor expone en Munich (1909) y en Nueva York (1911). Pablo ha encontrado una nueva compañera en Marcelle Humbert, y siempre seguido por Braque, se lanza a crear el cubismo sintético, que los acerca al borde de la abstracción (en su extensa y tan variada obra, Picasso jamás llegaría a abandonar la figuración). Poco después se muda de Montmartre a Montparnasse, y se abren exposiciones suyas en Londres y Barcelona.

En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, llegan las tragedias: Braque y Apollinaire son movilizados, y Marcelle muere súbitamente ese otoño. Pablo abandonó prácticamente el cubismo, y buscó otros caminos artísticos. Los encuentra en 1917, cuando por medio de Jean Cocteau conoció a Serguéi Diáguilev, que le encarga los decorados del ballet Parade de Erik Satie. El fin de la guerra le trae un nuevo amor, la bailarina Olga Clochlova, y también un nuevo dolor: la muerte de Apollinaire a consecuencia de una grave herida en la cabeza. Se casó con Olga en 1918, y hasta 1925 trabajó en diversos ballets que dan cauce a su evolución pictórica.

Un viejo retrato de su madre, pintado en 1918, le valdrá el millonario premio Carnegie de 1930, que le permite adquirir una suntuosa villa campestre en Boisgelup, y pasarse más de un año viajando por España. Por entonces vuelve a la escultura y mantiene un romance con Teresa Walter, del que nace su primera hija, Maya. La Clochlova inicia un escandaloso juicio para conseguir el divorcio, que el juez se niega a conceder. Despechado, Picasso se enamora de Dora Maar.

Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado, mientras en 1937 pinta el Guernica en París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.

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En 1944 se afilió al Partido Comunista Francés y dio a conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño. Después se entusiasma por la litografía y por la joven y hermosa pintora Françoise Guillot, con la que convive hasta 1946. Se inicia así su etapa de Vallauris, en la que trabajó en sus magníficas cerámicas. Con Françoise tendrá dos hijos: Claude, nacido en 1947, y Paloma en 1949.

En 1954, el infatigable Picasso se fascinó por una misteriosa adolescente de delicado perfil y largos cabellos rubios llamada Sylvette David, que aceptó posar para él a cambio de uno de los retratos, a su elección. El trato se cumple y su resultado produce algunas de las obras más conocidas y reproducidas del pintor, como el famoso perfil de Sylvette en la butaca verde.

Si la fascinación por la etérea Sylvette había sido platónica, no tuvo el mismo cariz su atracción por Jacqueline Roqué, joven de extraordinaria belleza a la que tomó como compañera en 1957, un año antes de pintar el gigantesco mural para la Unesco. Fértil milagro del arte y de la vida, Picasso seguiría creando, amando, trabajando y viviendo intensamente hasta morir en 1973. Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó agrias disputas hasta recaer en su hija Paloma.