¿Qué significa la desaparición de la policía de la moralidad en Irán?

Por Cora Engelbrecht y Farnaz Fassihi | The New York Times
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Foto: EPA vía Shutterstock

La unidad responsable de la aplicación del estricto código de vestimenta islámico del país para las mujeres fue abolida, una concesión a los manifestantes. Pero la ley del hiyab sigue vigente.

Un funcionario involucrado en la aplicación del estricto código de vestimenta islámico para mujeres de Irán confirmó el lunes que la fuerza policial de moralidad del país había sido desintegrada, la primera concesión del gobierno en casi tres meses de protestas ocasionadas por la muerte de una mujer detenida por la unidad.

Sin embargo, los funcionarios han dejado en claro que las leyes que exigen que las mujeres se cubran el cabello en público con un velo en la cabeza o hiyab y vistan ropa larga y holgada, siguen vigentes, lo que deja dudas abiertas sobre si esas leyes pueden hacerse cumplir y de qué forma de ahora en adelante.

El alto funcionario, Ali Khan Mohammadi, portavoz del comité que supervisa la aplicación de los valores morales, dijo el lunes que la policía de la moralidad había sido abolida. La primera noticia de que la unidad, encargada de hacer cumplir el código de vestimenta, había sido disuelta la dio el fin de semana el fiscal general del país, Mohammad Javad Montazeri.

Mohammadi indicó el lunes que altos funcionarios del gobierno ahora decidirán si la policía de la moralidad tomará otra forma, y agregó que había “métodos más nuevos, actualizados y detallados” para promover el hiyab y la moralidad.

La fuerza, que oficialmente se llama Patrulla de Orientación, ha sido uno de los detonantes de las protestas que comenzaron a mediados de septiembre, tras la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, quien al momento de su fallecimiento estaba en custodia de la policía de la moralidad, que la había arrestado por violaciones del código de vestimenta. Las protestas se transformaron con rapidez en manifestaciones que abarcaban una variedad amplia de descontentos por el sistema de gobierno teocrático autoritario que ha estado vigente durante los últimos 43 años.

Desde el inicio de las protestas, la policía de la moralidad había desaparecido en buena medida de las calles de Irán, lo que suscitó dudas sobre su paradero y la situación de la llamada ley hiyab, que esa fuerza era responsable de hacer cumplir.

Es improbable que la disolución de la policía de la moralidad logre apaciguar a los manifestantes, cuyas demandas han ido mucho más allá de simplemente eliminar el velo obligatorio, o hiyab, y que han mantenido enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en todo el país durante casi tres meses.

¿Quiénes son la policía de la moralidad y qué leyes hacen cumplir?

En los primeros años de la Revolución islámica de 1979, que llevó al poder a los líderes teocráticos, el gobierno fundó una rama especial de su fuerza policial con la tarea de regular la vestimenta de las mujeres y el comportamiento sexual. A lo largo de los años, esta unidad operó bajo diversas ramas de las fuerzas armadas y, en 2006, pasó a llamarse policía de la moralidad.

Durante la última década, la policía de la moralidad y la ley del hiyab se han convertido en símbolos sofocantes del control de la República Islámica sobre la vida de las mujeres. Se han apostado agentes de moralidad en ciudades de todo el país, donde patrullan las calles en camionetas blancas y verdes.

Entre sus deberes están: desalentar muchas formas de entretenimiento o vestimenta colorida; penalizar a los dueños de autos que sean sorprendidos transportando a mujeres con el cabello descubierto, e intervenir y cerrar negocios y conciertos donde se considera que las personas se comportan de manera no islámica.

El enfoque de la policía de la moralidad era veleidoso y sus castigos variaban de una reprimenda verbal a multas y arrestos.

Desde su introducción, las mujeres iraníes han desafiado la ley del hiyab, vistiendo abrigos a la moda y pañuelos de un modo en el que dejaban parte de su pelo al descubierto. La resistencia de las mujeres para mantener autonomía sobre su pelo y su cuerpo convirtió a la ley y a la policía de la moralidad en un punto contencioso constante.

Tras la elección en 2013 de Hasán Rouhani como presidente, la observancia de los códigos de moralidad se relajó levemente.

Pero con la elección en junio pasado del presidente actual, Ebrahim Raisi, un líder de mano dura, la policía de la moralidad volvió a surgir como un elemento constante en las plazas y los centros comerciales, trasladando en camionetas a las comisarías a las mujeres que se consideraba iban “mal cubiertas”. A las supuestas infractoras se les obligaba a firmar declaraciones en las que se comprometían a no violar el código de vestimenta y debían acudir a un curso de reeducación.

Tras la muerte de Amini en septiembre, el gobierno de Estados Unidos impuso nuevas sanciones a la policía de la moralidad iraní por presuntamente abusar de las mujeres y los manifestantes.

¿Irán ha cambiado las estrictas leyes islámicas que rigen la vestimenta de las mujeres?

La abolición de la policía de la moralidad ha planteado la cuestión de si el gobierno iraní podría ahora decidir flexibilizar el código de vestimenta islámico para las mujeres, o al menos suavizar la aplicación por algún otro medio al margen de la policía de la moralidad.

Desde la muerte de Amini, casi no se ven agentes de la policía de la moralidad. Pero, en su lugar, otras fuerzas de seguridad, entre ellas las milicias Basij, conocidas por su brutalidad, han estado golpeando y arrestando en las calles a las mujeres que desafían la ley del hiyab, según muestran videos publicados en las redes sociales.

En sus declaraciones del lunes, Mohammadi confirmó que “el trabajo de la policía de la moralidad y seguridad social, que operaba bajo las órdenes de las fuerzas de seguridad y por orden del poder judicial y la fiscalía, ha sido finalizado por ahora”. Hizo hincapié en que las autoridades estaban considerando “métodos más nuevos, actualizados y detallados” para hacer cumplir las leyes de moralidad.

Cuando, el fin de semana, Montazeri, el fiscal general, dijo que la policía de moralidad había sido cerrada, agregó que el poder judicial continuaría monitoreando la conducta social, dejando abierta la posibilidad de que la ley del hiyab obligatorio continuara aplicándose.

Un día antes, Montazeri dijo que el poder judicial estaba trabajando con otras autoridades para redactar un proyecto de ley “relacionado con la castidad y el hiyab”, y se esperaba llegar a un acuerdo en 15 días.

Raisi, el presidente, dijo en una entrevista televisada que “existen métodos y mecanismos para la implementación de la ley que deben revisarse”, según IRNA, la agencia de noticias estatal de Irán.

En un mitin a favor del hiyab el lunes, en la ciudad santa de Qom, Hussein Jalali, miembro del Parlamento, dijo que el gobierno no se estaba retractando de la ley del hiyab.

“No nos retiraremos de la política de hiyab y castidad, de otro modo la retirada sería equivalente a darse por vencido en toda la República Islámica”, dijo. “El hiyab es nuestra bandera y no la dejaremos caer”, añadió.

El tono distinto de estas declaraciones sugiere un desacuerdo dentro de la clase gobernante sobre cómo hacer cumplir la ley del hiyab, o si mantenerla.

¿Cómo impactará a las protestas y al pueblo iraní la desintegración de la policía de la moralidad?

Hasta ahora, la respuesta del gobierno a las manifestaciones ha sido denunciarlas y emplear la violencia para disuadirlas. La abolición de la policía de la moralidad es la primera gran concesión del gobierno desde que el movimiento social comenzó.

Pero no está claro que el cambio tendrá un efecto relevante: la eliminación de la fuerza podría verse como una medida de la desesperación del gobierno frente a las protestas masivas.

Muchos iraníes insisten en que una medida así solo sería un esfuerzo gubernamental para desviar la atención de una crisis que ha dejado al menos 400 personas muertas, entre ellas 50 menores, según los grupos de derechos. Naciones Unidas ha indicado que unas 14.000 personas han sido arrestadas.

“Para los iraníes de a pie, la policía de la moralidad ahora es irrelevante”, dijo Hadi Ghaemi, director del Centro de Derechos Humanos en Irán, una organización independiente con sede en Nueva York. La ola reciente de descontento había desmantelado de facto a la unidad, dijo, debido a que probablemente tuvo que ser armada y reubicada para combatir la violencia en las calles.

Los activistas han advertido en las redes sociales que la medida es demasiado pequeña y llegó demasiado tarde.

“Sus reclamos ahora son mucho más profundos que solo la policía de la moralidad o la ley del hiyab, estas no son las razones por las que cientos siguen poniendo su vida en riesgo”, dijo Ghaemi de los manifestantes. “Esto se ha convertido en algo mucho más grande que está cuestionando todo el sistema político”.

Eliminar la policía de la moralidad habría sido efectivo de haber sucedido inmediatamente después de la muerte de Amini, dijo. Pero en este momento solo era un intento desesperado de quitarle valor a las exigencias más profundas de los manifestantes que piden poner fin al gobierno teocrático autoritario.

En todo caso, dijo, las medidas del gobierno pueden servir para envalentonar a más manifestantes, que han convocado una huelga de tres días y protestas nocturnas hasta el miércoles de esta semana.

Cora Engelbrecht es reportera y editora de artículos en la sección de Internacional, con sede en Londres. Se unió al Times en 2016. @CoraEngelbrecht

Farnaz Fassihi es reportera de The New York Times con sede en Nueva York. Anteriormente fue escritora sénior y corresponsal de guerra del Wall Street Journal durante 17 años en el Medio Oriente. @farnazfassihi