China, cuándo no

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China, economía, estancamiento económico

La potencia asiática pisa fuerte en sus relaciones por el mundo. En América Latina su influencia es cada vez mayor. La UE quiere volver al ruedo y prepara una agenda de interés comunes que requieren financiación.

China se ha convertido, con excepción de México en el primer socio comercial de América Latina. Es difícil explicarlo con cifras definitivas porque la asistencia llega también a través de terceros, pero es innegable reconocer que el país ha aumentado enormemente su presencia en AL.

“De repente China se ha hecho fuerte en la región”, señala Andrés Allamand quien fuera ministro de Relaciones Exteriores de Chile, a pocos días de la 28ava Cumbre Iberoamericana que se celebrará este año en Santo Domingo con sesión inaugural marcada para el próximo viernes.

El conclave aglutina un entramado de 22 países de los que 16 acudirán a la reunión representados por sus jefes de Estado.

El encuentro será una buena ocasión para hablar de lo que ocurre con la asistencia China en América Latina y ejercitar un nuevo rumbo en las relaciones de la región con Europa que al igual que los Estados Unidos han ido perdiendo sistemáticamente gravitación en el comercio latinoamericano.

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Allamand explica que la perdida de vigor en la mirada a Latinoamericana se ha dado por varias razones. Afirma que “ha habido urgencias que han desviado la atención: la crisis de 2008, la situación en el Este europeo, las migraciones procedentes de Africa… Las urgencias explican esa falta de atención. Hay otros factores para que eso ocurra, no solo razones geopolíticas referidas a China. Vamos a discutir sobre nuestros intereses y el futuro. Estoy por ejemplo pensando en el litio, un mineral estratégico”.

China ha tomado la delantera en los negocios, aunque como dice Allamand hay temas comunes de gran impacto global como el cambio climático, las migraciones o el crimen organizado, que no condicionan la agenda de compromisos empresariales de la potencia asiática ni en la región ni en el mundo.

“Europa tiene claro que América Latina necesita financiación”, dice Allamand. Europa piensa construir una nueva arquitectura financiera internacional que este atenta a las necesidades de los países de ingresos medios. El dirigente, se refiere, por supuesto, a medir de mejor manera el impacto de las relaciones de Europa con AL.