La cumbre de Vilnius no son buenas noticias para la paz

Por Redaccion dat0s
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cumbre Vilnius. OTAN, Ucrania
Foto: Getty Images

Los esfuerzos para terminar con la guerra no parece el espíritu de los aliados de la OTAN y mucho menos para el empeño ruso de actuar hasta las últimas consecuencias.

Cada cierto tiempo, cuando los socios del Tratado, se juntan para hacer alarde de su poderío militar, la reacción al otro lado desde el frente de guerra, suenan con tambores apocalípticos de una Tercera Guerra Mundial.

Ayer los socios del Tratado se reunieron en la capital de Lituania, Vilnius, a 300 kilómetros de Rusia y, el espíritu de sus voceros tras el encuentro, ha superado cualquier expectativa para lograr la paz o al menos equilibrios.

Un ejemplo es la luz verde de Turquía al ingreso de Suecia, y la consolidación de la posición de Ucrania como futuro socio de la alianza, aunque en ningún caso antes de que acabe la guerra, que suena con un tono de menosprecio.

Mientras tanto, el grupo más temible del mundo -militarmente hablando- sale reforzada por un paquete de ayudas a largo plazo, junto a compromisos de seguridad rubricados por el G-7. Pese a la decepción que esa oferta parece haber provocado en el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el acuerdo estrecha sustancialmente el vínculo de la Alianza con Kiev, con la creación, además, de un Consejo OTAN-Ucrania que sentará periódicamente en una misma mesa a todos los aliados con Kiev.

La OTAN está creciendo a marchas forzadas en número de socios y en la consistencia de su edificio institucional. Con los planes de defensa que están en marcha Europa contará con una fuerza aliada de reacción de 40.000 soldados, ampliable hasta 300.000, desplegados o preparados para movilizarse en un mes.

Deberá también acrecentar sus esfuerzos para cumplir con el mínimo del 2% del PIB dedicado a defensa, que ahora solo cumplen 11 países. La cumbre ha concluido, además, que ese nivel de gasto sea en adelante un suelo, no un techo.
No se puede olvidar que todos esos motivos provocaron la reacción del presidente ruso al haber declarado la guerra a Ucrania. El rompimiento formal de los compromisos de no agresión y la restricción de sumar nuevos socios al Tratado que impone condiciones de confrontación mundial están más cerca que nunca.