El papel aguanta todo

Por Carlos Rodriguez San Martín
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Milei, campaña electoral Argentina ballotage
Foto: Natacha Pisarenko | AP

Los argentinos influyentes, mimetizados en los medios de comunicación, han hecho una campaña despiadada, unos más otros menos, contra la posible presidencia del candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei. La propaganda se ha diversificado con tan prolijidad y prontitud que han tocado el maquillaje de la segunda de la fórmula presidencialista Victoria Villarruel con eso de que no todas las “abuelas de la plaza de Mayo” protestaban contra la dictadura militar de los 70´.

Lo han calificado al libertario de “negacionista” para comenzar los ataques, pero no contentos han olvidado un tema de impacto como la descomunal corrupción de los autoritarios esposos Kirchner a quienes sí se debía apuntar por el desastre, sino que han preferido e insinuado tocar el término “dictadura” para calificar a Milei volviendo el trompo a los cuarteles, donde aterrizó la estrategia de repudio al candidato. Se lo ha comparado con el general Masera –uno de los generales de la despiadada dictadura militar- que por el apellido más tendría que ser asociado a Massa que a Milei. Y se han extraído del fango algunos recuerdos funestos para poner en raya a los “militares formados en democracia”; acude la prensa desde la comodidad presa en un escritorio.

Como si esto fuera poco, en la misma línea, se han disparado unos cuantos cartuchos de dinamita, que lo ponen a Milei entre la Torá e Israel. Quizá en este punto quede cierto tipo de determinismo al considerar los extremos que se están jugando en una nueva reconfiguración mundial, en particular con la guerra en Gaza. Los medios atacan a Milei y le muestra a la gente su cara demencialmente judía o pronorteamericana en un momento donde ponerse al lado de la primera es apoyar el “holocausto”.

Finalmente, analistas han puesto el mazo sobre la cabeza del libertario, deduciendo que este domingo los argentinos eligen entre un “trapecista” –que en el sentido superlativo es un espacio excelente de ocupar en este momento- y un “ilusionista” –que también en este momento es un insulto para quien asista a una segunda vuelta electoral.