En las profundidades de la Amazonía Boliviana, un gigante nada río abajo. El paiche (Arapaima gigas), conocido por su imponente tamaño, es más que una simple criatura estigmatizada por su fortuita condición de invasor; hoy también es el protagonista de una historia de transformación y sostenibilidad. Esta especie ha encontrado en Bolivia un nuevo propósito, convirtiéndose en un emblema de la moda, el lujo sostenible y la economía circular.
La llegada accidental del paiche a Bolivia hace 25 años marcó un antes y un después en el ecosistema local. Este pez, originario de países como Brasil y Perú, se convirtió en una amenaza para la fauna y flora acuática endémica de nuestro territorio amazónico. Sin embargo, Bolivia ha sabido convertir este desafío en una oportunidad: la pesca controlada del paiche no solo contribuye a la protección de especies nativas, sino que también ha generado un nuevo nicho en la industria de la marroquinería y la moda.
La piel del paiche, con su textura única y durabilidad excepcional, ha capturado la atención de diseñadores y marcas de moda en todo el mundo. Empresas de curtido de pieles exóticas y marroquinería como D’addario, han sido líderes en Bolivia, y pioneras en el aprovechamiento de este cuero exótico. En una reciente entrevista, Giovana Gutierrez, describió cómo la empresa ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a las tendencias del mercado y promoviendo la sostenibilidad.
El cuero de paiche, obtenido de los programas de pesca para controlar esta especie depredadora, es un ejemplo perfecto de cómo la economía circular puede funcionar en armonía con la moda. Este enfoque no solo minimiza el desperdicio, sino que también genera ingresos adicionales para las comunidades pesqueras, impulsando así la economía local.
Desde la adhesión de Bolivia al Acuerdo Internacional de Comercio de Especies Amenazadas (CITES), se ha implementado prácticas para minimizar el impacto ambiental en el proceso de producción de cuero. Esto incluye el uso de menos agua en comparación con el curtido de cuero vacuno y un sistema para transportar el agua residual a plantas de procesamiento.
La innovación y la tecnología también juegan un papel crucial en la industria marroquinera. Aunque la fabricación de artículos sigue siendo principalmente artesanal, se ha optimizado los procesos de secado y ampliado su capacidad de secado natural, reduciendo así la huella de carbono. Además, se están creando colecciones inspiradas en este concepto de recuperación de residuos como “Fragmentos”, que utiliza retazos de cuero de caimán y paiche para fabricar carteras y accesorios únicos.
Recientemente, y como parte de la 9na edición de Diseño y Autores Bolivianos (DAB), El editor de la revista Vogue – México y Latam, visitó la Marroquinería D’Addario, sorprendiéndose por la calidad de sus piezas y la historia detrás de la materia prima utilizada. Este reconocimiento no solo resalta la calidad y el lujo de los productos de Daddario, sino que también pone en valor el potencial del cuero de paiche en la moda de alta gama.
El futuro de la industria del cuero en Bolivia parece prometedor, especialmente con la creciente conciencia sobre la sostenibilidad y el impacto en cada etapa de la cadena de suministros. La historia del paiche es un claro ejemplo de cómo la moda, el lujo y la sostenibilidad pueden coexistir, beneficiando tanto al medio ambiente como a las comunidades locales. Bolivia está demostrando al mundo que es posible transformar un desafío ecológico en una oportunidad de desarrollo sostenible, hoy que tanta falta nos hace.