Zelensky con un pie en el patíbulo

Se hace difícil creer que un mandatario poderoso como Donald Trump tenga recursos de engaño tan perversos; sentar al frente a un comediante para llevarlo a reacciones psicóticas y después entregarlo a la voracidad legendaria de la mass media estadounidense. (Lo ideal) habría sido ajustar al mandatario ucranio en la privacidad del Salón Oval y arrojarlo (luego) al fangoso pantano de la Tercera Guerra Mundial (sic). JD Vance –que se cuenta entre los más duros de la actual administración- encaró el ajuste de cuentas callando a Zelensky, claro, cuando este inició su acostumbrado parloteo de lo que el mundo le debe a Ucrania.

Entremeses, los arietes del periodismo “independiente”, despedazaron la sinceridad de Trump y montaron escenario para sostener al comediante ucranio. Se han extrapolado los sensores del límite que mide el ranking de quienes dominan el planeta. Y para evitar la humillación, los presidentes europeos, montaron un plan de paz con plazo de 30 días, en el que, como vienen las cosas, morirán otros 50.000 soldados ucranios. Las noticias en el frente de guerra no son alentadoras.

El comediante ucranio vestido con traje de campaña (un jersey de cuello cerrado con escudo militar) con el que se ha movido estos tres años de guerra recolectado cientos de miles de millones de dólares salió de Washington a Londres para llorar en los brazos del Keir Starmer a quien le ha pedido firmemente que no deje de materializar la ayuda económica (otros 2.000 millones de dólares) que necesita para sostener la guerra en este periodo.

Poco antes de abrazar a Zelensky, Starmer había cerrado (una palara que no suena en los oídos de Donald Trump) acuerdos comerciales con Washington; mientras el jefe de Estado francés Emmanuel Macron y la empoderada presidenta de la Unión Europea UE Ursula von del Leyer se tomaron el ultraje contra el líder ucranio con un costoso plan de seguridad que fomenta el conflicto armado.

Han pedido el agreement de Trump (palabra que tampoco define la reglas en la agenda del presidente norteamericano), al empeñoso y tardío círculo. Alguien gráfico la escena con la imagen de un condenado por homicidio culposo extendiendo la mano a por armas, millones y equipamiento militar, con un pie en el patíbulo.