Los que odian, por qué odian

Por Carlos Rodriguez San Martín
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discursos de odio

El odio es peor que el rencor porque este es pasajero, en cambio el odio es la deshumanización hacía el resto, llámese grupo, persona, organización (política, religiosa), asociación; toca en las entrañas porque incorpora una equivalencia de perjuicios y maldad que refuerzan el concepto. La reflexión viene al caso de una concentración realizada la pasada semana en la plaza Villarroel de Miraflores, un lugar alejado en el que es más comprensible convocar adherentes que hacerlo en lugares históricos como la Plaza San Francisco, donde además de los afiliados de la organización discurren ciudadanos de distinta formación, ideología y credos políticos.

El presidente Arce fue el encargado de distribuir ataques cargados de odio y resentimiento a lo que él llama el enemigo de la “derecha” a poco de tres meses de la realización de las elecciones generales, es deber del mandatario humanizar sus reacciones, aunque el deber no refiera en este caso, el derecho que tiene de odiar a sus adversarios.

Se trata en principio de una señal contradictoria en el rol que cumple un mandatario: de gobernar sin odios y en armonía para acumular en el espíritu la capacidad de conciliar a los votantes, en momentos en los que el país atraviesa una crisis profunda de desconfianza, los discursos de odio no hacen sino acelerar el hundimiento, por el estado de emoción violenta del instigador.

Samuel con los empresarios paceños

Mientras la nave oficialista se reunía en la plaza Villarroel para oficializar la postulación de Luis Arce a la presidencia, el candidato de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina participaba de un conversatorio organizado por la Federación de Empresarios de La Paz en el que dejó constancia de que de llegar a la presidencia derogará la reelección y prohibirá que parientes cercanos sean nombrados en cargos públicos. El candidato reiteró que necesita 100 días para sacar a Bolivia de la crisis. Doria Medina ha puesto como ejemplo al gobierno de Víctor Paz Estenssoro que sacó a Bolivia de la crisis del periodo de la hiperinflación en 26 días. Los 100 que él se plantea, son suficientes para cambiar el rumbo de la economía que exigirá sacrificios, adelantó.

El desconsuelo (del odio que nos ocupa) el hostigamiento, discriminación y violencia; cosa que no se puede decir de Siles Zuazo, que entregó el gobierno a su sucesor Víctor Paz Estenssoro que dio curso a la nueva política económica con el D.S. 21060, ejerció el humanismo, expurgando la ideología extrema y dogmática en la que emerge el odio, que es el sentimiento más antidemocrático, que destruye cualquier posibilidad de consenso al normalizar la violencia como forma de resolver el disenso, es el escenario complejo del líder de UN de llegar al palacio quemado, para sacar al país en 100 días de la crisis que precede.

"Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia"

Sócrates
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