
Ironías del destino de los presidenciales.
Con casi un 40 por ciento de indecisos, ninguno de los dos candidatos a la presidencia que marchan primeros parece tener asegurado un primer lugar estable al cierre de la quinta encuesta que se difundió el pasado domingo por la noche en la red Unitel. En todas, el favorito, aunque por márgenes estrechos, entre unas a otras, es Samuel Doria Medina. Pero hay expertos con los que habló dat0s que afirman que es posible que el líder que dice que no es político (apenas por minutos y es más un empresario), podría haber alcanzado su techo de crecimiento y que de ahora en más le costará tanto a él como al segundo favorecido en las mismas encuestas, esto es, su inmediato contendor, Tuto Quiroga, quien va por el mismo camino.
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Doria Medina está cifrando sus esperanzas en un estrecho margen de crecimiento a la publicidad tradicional por la televisión que se comenzará a difundir desde este jueves 17 cuando apenas reste un mes para el día marcado para que los bolivianos acudan a las urnas, en una elección presidencial inédita, marcada por la violencia verbal y que no ha mostrado consistentemente un verdadero líder como factor de cambio, como esperaba el elector; apenas maquillajes superficiales que no han tocado el fondo en la magnitud esperada.
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El del Frente Popular (Andrónico) es el único que viene amarrado a una sarta de gatillos y cohetes que le ha impedido avanzar con solvencia su campaña. La guerra con el oficialismo y con el cacique Evo Morales lo han dejado en una especie de solitario a la indefensión. Falta saber si el aporte a su candidatura se valoriza con cuadros intelectuales que alguna vez se inscribieron al “proceso de cambio”, precisamente porque veían en Evo eso que resultó desfigurado, que lo ha vuelto antipopular y (¿rechazado?). Si éste cifra sus esperanzas en esa interrogante, está liquidado.
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Andrónico parece más en las antípodas, pero falta saber si, sin demostrar dotes de un verdadero conductor, una especie de suerte sin blanca, la gente de los extractos más populares opta por él en lugar de asegurar su voto a los políticos tradicionales a los que se los siguen viendo como “más de lo mismo”, lo que puede resultar muy agotador para el clásico televidente.
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Como antes (los viejos postulantes a la presidencia) hay algunos que vienen trabajando en las redes sociales desde mediados del año pasado cuando el gobierno de Arce estaba ya a la deriva y se necesitan voces nuevas para reemplazarlo e interpretar la crisis que no solo es económica, sino de valores. ¿Será qué la propaganda logrará ese cambio? Según expertos en marketing político, no será un factor definitivo ni fiable. Se afirma que ninguno, haga lo que haga, romperá la barrera que ha alcanzado con la propaganda convencional.