“Guerra Sucia” en la segunda vuelta electoral

Por Carlos Rodriguez San Martín
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Se sabe, no es un misterio, que la campaña negra o llamada “guerra sucia” tiene sus formas veladas de alterar la verdad y generar a partir de ciertas reglas, sus propios resultados. Un estratega en marketing político sabe los puntos negros del adversario y se lanza al ataque. Es lo que sucedió en la primera vuelta en las elecciones del pasado domingo 17. La agrupación Libre de Tuto Quiroga llevó adelante una “guerra sucia” para atenuar el resultado adverso de los resultados de 11 encuestas en las que el candidato de Unidad, Samuel Doria Medina, ganaba en 9. ¿Quién decidió la guerra sucia? ¿cómo se la concibió? ¿le interesa realmente a la gente la “guerra sucia” que la aleja de sus preocupaciones habituales, el temor a que la inflación siga creciendo? ¿Si es verdad que las redes coadyuvan viralizar la “guerra sucia”? ¿son estas recientes o se las conocía hace siglos?

Para responder todas estas preguntas hay que leer al estratega de marketing político que asesora la campaña de Libre, Jaime Durán Barba, ecuatoriano de nacionalidad, autor de varios libros, cátedras universitarias y asesor de campañas electorales. En un artículo publicado este domingo en Perfil el estratega asegura que la sociedad actual se aburre con determinadas modalidades y establece un “new power”, que podría definirse como la fuerza de la gente común. Allí, la idea de verdad adquiere una dinámica distinta. En ese contexto, intervenir “ensuciando” a partir de la acción en la búsqueda de apoyos pierde importancia, un fenómeno que estudiaron los fundadores de la consultoría política.

Habrá census en las afirmaciones del estratega si pensara seriamente que se abstuvo de impartir consejos en la “guerra sucia” que aplicó la campaña de Libre en la recta final de la campaña electoral.

Refutar al experto

JDB debe estar muy preocupado en el meollo de su estrategia definitoria de la segunda vuelta electoral porque se conoce la ascendencia de Tuto en bolsones de las manchas urbanas y hasta en ciertos sectores de las periferias, pero no de lo que el mismo estratega denomina un “new power” que podría definirse como la fuerza del voto de la gente común, esa que en Bolivia vive en las afueras de las ciudades en los municipios y provincias. Durán Barba ignora esa realidad porque radica en Buenos Aires, y es allí donde ha realizado campañas con éxito en las elecciones del fin del ciclo kircherista en las que ganó Macri. El “new power” al que se refiere el autor, lo llamado nacional popular que decidió votar por la fórmula Paz – Lara no porque fueran masistas (como se pretender posesionar), sino porque ese “new power” que cita el estratega necesitaba que su voto atenuara la caída sobre el extremo que ataca. Rodrigo Paz Pereira ganó en 228 municipios de los 340 que tiene Bolivia. El dato no es menor ya que parafrasendo al autor el “new power” busca un reflejo menos vertiginoso en lo que ya conoce, la idea de lo viejo, de lo que ya sabe qué puede dar como resultado.

JP Velasco y Eman Lara (los vices)

Las RRSS refuerzan el pavimento duro o atenúan el algodón suave, manipula los estados de percepción de la conciencia del usuario de la red porque litiga y redefine, imparte y establece reglas. En esta manipulación de las narrativas a partir de las RRSS, el debate que se anuncia entre JP Velasco de Libre y Edman Lara de PDC, considerados “estúpidos” por no saber responder el primero qué es AGETIC, o por confundir La Paz por Cochabamba o mencionar cohete en lugar de satélite, lo que de hecho no lo hace “estúpido”; o al capitán Lara por llamar “cobarde” y “maricón” al candidato de Libre por jugar a la “guerra sucia”, cobra inusitado interés de atención. En este espacio líquido que puede ser transitorio o permanente y refundacional, se volcará la composición de la atención del elector donde Velasco es creador y Lara actor central y creador de contenidos.

Vivimos en una era de manipulación sutil en la que el poder no se manifiesta a través de la fuerza, sino de la seducción. La narrativa no dicta reglas, susurra posibilidades. La repetición es su arma más poderosa; no porque coaccione, sino porque atrapa.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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