
Nadie aceptaría tomar la decisión de bajarse de la segunda vuelta a sabiendas de lo que costó llegar hasta ahí. Cuando Rodrigo Paz sugirió esa posibilidad, la respuesta de Tuto fue que no se bajaba ni muerto. Lo más alarmante no es la respuesta al pedido de bajarse para comenzar a trabajar en un plan de emergencia por Bolivia, sino la instrumentalización de los líderes políticos, figuras mediáticas y estrategas de campañas negras para ahondar una grieta política, manifestada en la polarización y los discursos de odio. Desde ese día, la muerte ha sido un peligroso ingrediente de la campaña. Cómo se llegó a este punto en el que la muerte, los insultos, la campaña negra ocupan orden de primer plano frente a la crisis económica que azota a los hogares de la mayoría de los bolivianos. En lugar de eso, las herramientas de ataque y descalificación abundan a una velocidad vertiginosa. La realidad ha pasado a segundo plano. El virtuosismo cambiado por la virtualidad de una realidad paralela que ha desencadenado hastío.
Esta guerra ha fragmentado el país y así se ve Bolivia en la mente de algunos periodistas que sin contemplación le piden a Rodrigo Paz explique en su cabeza el Caballo de Troya atormentado (el periodista) por su especial gusto a la inquisición masista. Los equipos de campaña hacen de todo para aparecer en cualquier escenario incluso a costa de la cancelación.
Mao Tse Tung tenía una forma de explicar los procesos políticos que puede ayudar a entender lo que sucede. Para Mao había contradicciones principales y contradicciones secundarias. ¿Cuál es la contradicción principal del momento? Hay una contradicción entre las necesidades de la mayoría de la sociedad y la de los mercados y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Tuto, habla de ajustes, de un cambio radical que no es otra cosa que volver al endeudamiento, lo que quieren los mercados y el FMI, que busca garantizar sus ganancias. En su demencia por llegar a la presidencia pidió el voto del MAS al que combate ofreciendo incluso espacio para su militancia. Cómo, si fue el MAS precisamente que se negó a seguir las recetas del FMI y expulsó a la DEA. Fernando del Rincón fue directo de mala leche a preguntar si volvería la agencia antinarcóticos de los EEUU y el entrevistado no tuvo otra salida que decir que la DEA nunca se ha ido. Esas contradicciones que podrían ser secundarias llegan al paroxismo de mostrar un paquetito de café (encima de regalo al periodista de CNN) para insinuar una especie de desarrollo alternativo que no se compara con los ingresos de la hoja de coca, que tampoco se compensa con las necesidades de las mayorías que sienten el encarecimiento del costo de vida. Es eso que se debe discutir no la DEA o el Caballo de Troya ni quien lo arría a puertas del palacio de gobierno, que se fije Del Rincón, idolatrado por las élites, es desconocer la realidad de Bolivia. Acaso este señor no hizo lo mismo con Jeanine Añez y con Arturo Murillo (?)
Alguien ya predijo que las dos últimas semanas de campaña serán de terror por la profusión de ensayos descalificatorios para hacer daño al rival. Lo más seguro es que a un ataque se responda con otro, lo que los hace a ambos especialmente similares. Más allá de los sapos que se deberán tragar, ganará aquel que tenga un vínculo más estrecho con la población que más sufre con la crisis, el que sepa de sus miserias y esté obligado a sacar unos clinchs de derecha e izquierda para no caer en KO que defina la pelea.