Adenovirus y adenoides en la era espacial. Las variantes del virus en la era tecnológica

Hace más de 60 años, la carrera espacial había puesto en disputa la supremacía mundial. Qué se sabía ya entonces y qué ha cambiado con la pandemia del coronavirus en la era de la revolución tecnológica.  Por: Redacción dat0s y Agencias
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La vacuna contra el coronavirus ha vuelto a acentuar las diferencias, no solo el carácter de algunos mandatarios, sino la polarización a nivel mundial. Algo que no se había visto desde hace 32 años cuando cayó el muro de Berlín. Entonces el presidente de los Estados Unidos, el actor de Hollywood Ronald Reagan proclamaba la derrota del comunismo. Fue el fin del Pacto de Varsovia y el acariciado unilateralismo que proclamaba la primera potencia mundial. Por estas razones había que festejar. Reagan se inquietaba solo con el efecto retardado de las protestas que se consumían en Moscú. El Muro cayó y entonces se comenzó a escribir la otra historia. Mucho antes, en plena Guerra Fría, soviéticos y norteamericanos peleaban por acumular poder en el espacio. Los soviéticos pusieron antes que los norteamericanos una nave tripulada en el espacio. El programa Sputnik 1 fue un golpe mortal para los Estados Unidos que había establecido una importante supremacía en la industria espacial. A los Douglas DC3 le siguieron las robustecidas naves de la Boeing, un símbolo desenfrenado de la capacidad de los fabricantes estadounidenses. China, permanecía de cola en esta atmosférica y atosigante ola de competencia. Mao Tse Tung, adormecía a la población con sus bicicletas en las calles abstraído del vertiginoso crecimiento de la industria aéreo espacial.

El 4 de octubre de 1957, un cohete lanzado desde Kazajstán salió de la Tierra llevando el primer satélite artificial del planeta, llamado Sputnik 1. Era una pequeña esfera con antenas proyectadas que transportaba un transmisor de señales y circulaba por todo el mundo. El hecho generó admiración y sospecha, porque, al mismo tiempo que era una revolución científica y aceleraba la carrera espacial, parecía despertar el miedo en las personas por los usos bélicos de la tecnología.

Cuatro años antes, se encontró en las células de las amígdalas faríngeas -un tejido similar al de está glándula que se ubica detrás de la nariz-, un nuevo virus, llamado adenovirus, cuyo nombre provenía de otro nombre de las amígdalas: adenoides. Un adenovirus es una pequeña esfera con antenas proyectadas que transporta ADN al núcleo de las células infectadas que producía proteínas para que el virus replique su genoma en una etapa temprana y, en un segundo momento, para ensamblar las piezas de las nuevas partículas virales. El genoma del adenovirus, se puede editar mediante biotecnología para eliminar genes e insertar otros fragmentos de ADN que no tienen nada que ver con el virus original. Por lo tanto, podemos cambiar lo que es capaz de llevar a nuestras células.

Esto generó admiración y desconfianza, porque, al mismo tiempo que permitió el desarrollo de las terapias génicas y las vacunas, parecía despertar el temor de que la infección con el adenovirus manipulado pudiera ser agresiva para quienes lo recibían o usaban como arma biológica. En los humanos, los adenovirus naturales causan resfriados, conjuntivitis y diarreas, pero en pacientes con inmunidad comprometida, lo que era una infección leve puede convertir se en algo más profundo y letal. Las vías de transmisión son las mismas que las del coronavirus. A diferencia del agente Covid-19, los adenovirus no tienen una envoltura, lo que les permite resistir más tiempo en el medio ambiente. Con la Covid-19 circulando por todo el mundo, la tecnología de manipulación de adenovirus se puso rápidamente a prueba y luego se puso en uso. Los científicos utilizaron la siguiente receta:

1 Inactivaron los genes de adenovirus que hacen que el virus se replique; 2 El gen de la proteína de pico de coronavirus se inserta en él, lo que hace que las personas produzcan anticuerpos neutralizantes contra la enfermedad. Actualmente hay dos vacunas que funcionan con esta tecnología: Vaxzevria (AstraZeneca/ Oxford) y Sputnik V (Gamaleya). El primero se basa en el adenovirus del chimpancé como vector del gen de la espiga y el segundo utiliza dos adenovirus humanos diferentes. Estos virus manipulados no pueden multiplicarse cuando se liberan en nuestro cuerpo, pero hay una laguna en el sistema: los adenovirus utilizados como satélites para transportar el gen pueden recuperar su capacidad de replicarse mediante la recombinación. Si eso sucede, el adenovirus podría volver a ser patógeno.

Este es el impasse en el que se encuentra el Sputnik V. El instituto ruso Gamaleya, que desarrolló y produce la vacuna, necesita explicar que su vector de adenovirus inactivado no puede recuperar la capacidad patógena. Cuantas menos vacunas tengamos, más personas se enfermarán y morirán. Cuantas menos vacunas, más variantes de coronavirus surgirán. Cuantas más variantes, mayor es el riesgo de que las vacunas en el futuro no funcionen. Tan simple como eso: no es una “ciencia espacial”. En La muerte de Ivan Ilitch, el escritor ruso Liev Tolstoi describe cómo una persona que tenía seguridad en su futuro termina muriendo después de enfermarse repentinamente. Es una historia profundamente inquietante sobre la vida y la muerte. Una historia que no debe repetirse con las víctimas del Covid-19, muchas de ellas por falta de vacunas.

En plena revolución tecnológica, más de 60 años después, las extrapolaciones parecen configurar un nuevo escenario mundial. Los viajes tripulados al espacio son anunciados desde la antesala de Amazon y las vacunas para salvar a la humanidad de los virus y bacterias redomadas se anuncian en grandes carteles de los fabricantes estadounidenses, soviéticos y chinos. Cómo ha cambiado la configuración mundial, no es una respuesta que acepte apenas una interpretación. A simple vista todos tienen algo que ofrecer y mucho que perder. Amazon ha subastado los boletos del viaje privado que ofrece 18 plazas a una fiereza de billonarios capaces de adquirir un lugar en la nave de Bezos por 24 millones de dólares. Ansiosos de salir del planeta terrícola, indagar las apariencias de nuevos mundos y dejar atrás la ola de muertes que predicen el inició de una era de control y seguridad.

Vacunas y barbijos

El mortecino acento del presidente de Brasil hace tanto daño como la enfermedad mortal. Bolsonaro, basta ver, apuntado por fascista consumado saca el rostro desfigurado sin la mascarilla y arrecía el caldo de un nuevo cultivo. El presidente se ha puesto a tónica con las mayorías empobrecidas y le ha pedido a su ministro de salud que dejé de creer en las maniobras distraccionistas de los poderes facticos del planeta sobre el uso del barbijo. Anuncia que vetará un proyecto aprobado en el Congreso -72 votos a favor y 0 en contra- del llamado “pasaporte de la vacuna”, un certificado que convertirá a estas y a las futuras generaciones en testaferros de la obligatoriedad de la vacuna. Como él, cientos de millones de brasileños y ciudadanos de otros países del mundo que no podrán ingresar a ningún territorio sobrepoblado de no contar con el certificado sanitario.

-72 votos a favor y 0 en contra- del llamado “pasaporte de la vacuna”, un certificado que convertirá a estas y a las futuras generaciones en testaferros de la obligatoriedad de la vacuna. Como él, cientos de millones de brasileños y ciudadanos de otros países del mundo que no podrán ingresar a ningún territorio sobrepoblado de no contar con el certificado sanitario.

“¿La vacuna va a ser obligatoria en Brasil?”, se preguntó Bolsonaro cuando los periodistas salieron a preguntarle por el proyecto de Ley que anticipa rechazará en su fase de aprobación cuando llegue a sus manos. Y acuñó la felicidad de los defensores de las teorías conspirativas -los antivacuna- indicando que es un acto que no tiene cabida. “Sin comentarios”, dijo. Bolsonaro es el más grade enemigo del uso de la mascarilla. El negacionismo en persona. La oposición a su Gobierno ha presentado una demanda ante el Supremo Tribunal Federal (STF), el balcón donde se dirigen todas las barbaridades bolsonaristas, para exigir al presidente que use mascarilla, mientras las cepas se reproducen en nuevas variedades (Alfa, Beta, Gama y Delta). A saber: variantes de preocupación (VOGs para definir el término en ingles variants of concern), así clasificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque se sabe que son transmisibles, pueden escapar de la inmunidad adquirida (vía vacuna o infección natural) y/o provocar versiones más graves de la Covid-19. Veamos (recuadro plomo que acompaña esta nota) un perfil de las variantes de preocupación ya que toda vez que un virus hace sus copias en las células humanas está sujeto a errores que provocan mutaciones en el código genético, lo que la ciencia ya había descubierto cuando el Sputnik 1 se puso a explorar el espacio.

Revista dat0s | Edición 239

Las variantes de la preocupación

Variante Alfa (antiguamente b.1.1.7)

Quién es: La primera variante de preocupación

Mutaciones: Hay 22 en total, entre las que cambian o no la estructura del virus. Los principales están en la punta de la proteína que recubre el virus. Una de las más famosas es la mutación N501Y, que intensifica la relación entre el virus y las células humanas.

Comportamiento: Transmisibilidad entre un 30 y un 50% superior a las cepas anteriores. Algunos estudios apuntan a un posible aumento del riesgo de hospitalización y mayor mortalidad, pero esto aún no está confirmado.

Respuesta a las vacunas: Las vacunas normalmente actúan en su contra. Esto se evidencia en los estudios de neutralización de anticuerpos y, principalmente, a través de la observación de lo sucedido en los países donde se volvió predominante. Los casos continúan cayendo con el avance de la inmunización a pesar de su presencia.

Situación epidemiológica: Fue la responsable de la segunda ola de la pandemia que afectó al Reino Unido y gran parte de Europa a principios de año, hasta que cruzó el Atlántico y se convirtió en la mayor respuesta de nuevos casos en Estados Unidos.

Variante beta (anteriormente b.1.351)

Quién es: La variante identificada en diciembre de 2020 en Sudáfrica.

Mutaciones: Tiene cambios en común con Alfa, con énfasis en N501Y. Todavía lleva otras dos púas en la punta, que llaman la atención: K417N, que tiene el mismo efecto de estimular la unión en células humanas, y E484K, que podría provocar que el virus escape de los anticuerpos.

Comportamiento: Más transmisible, pero no tanto como Alfa. Es investigada por el aumento de mortalidad en individuos ya hospitalizados, hecho aún no confirmado. La principal preocupación de esta variante es la respuesta inmune que puede aumentar la posibilidad de una reinfección y dañar la acción de las vacunas.

Respuesta a las vacunas: Las vacunas Ad26.COV 2.5 de Janssen y Comirnaty de Pfizer mantienen su protección, especialmente para los casos graves y moderados de Covid-19 causados por esta variante. Pero hay indicios de que Covishield de AstraZeneca no funciona contra Beta, lo que hizo que Sudáfrica suspendiera su uso.

Situación epidemiológica: Llegó a Estados Unidos, Canadá y otros 58 países.

Variante gama (el famoso p.1)

Quién es: Esta es la variante descubierta a fines del año pasado entre japoneses que regresaban de Amazonas.

Mutaciones: Es muy similar a Beta, y tiene las mismas mutaciones principalmente en la punta del virus.

Comportamiento: Más transmisible, tanto que devastó Brasil entre marzo y abril y sigue haciendo daño. Los estudios muestran una tasa de contagio (a cuántas personas infecta un individuo enfermo) similar al de la variante Alfa, entre 1.6 y 1.4, frente al 0.8 del Sars-CoV-2 “original”. Puede escapar de los anticuerpos adquiridos por contactos previos con otras cepas del virus. La reducción de su acción se considera moderada, pero facilita el camino para la reinfección. La cuestión de su gravedad es un misterio. Los datos incluso muestran que puede, eso sí, ser más letal y aumentar el riesgo de hospitalización, pero no se sabe si es culpa de la variante o de otros factores.

Respuesta a las vacunas: Las investigaciones indican que Coronavac, mantuvo su capacidad de protección en lugares donde la variante Gama ya estaba muy extendida. También se anunció que AstraZeneca se enfrenta al mutante. Los ensayos de neutralización (cuando los anticuerpos se prueban in vitro), aún arrojan resultados positivos de Comirnaty (Pfizer) que deben confirmarse en tiempo real.

Situación epidemiológica: Se estima que es responsable de nueve de cada diez casos de Covid-19.

Variante delta (anteriormente b.1.617.2)

Quién es: Detectado en octubre de 2020 en India, se etiquetó como una variante preocupante en mayo.

Mutaciones: Más de una docena, pero dos son el centro de atención. E484Q, similar al cambio observado en las variantes Beta y Gama, que podría ayudar al virus a liberarse de los anticuerpos; y L452R, también ligados a la respuesta inmune.

Comportamiento: Parece ser el más contagioso hasta ahora. Se estima que es entre un 40 y un 60% más transmisible que Alfa, tanto que acabó provocando brotes donde cobraba fuerza la version de la extinción de contagios como el Reino Unido, lo que provocó advertencias por parte del Gobierno británico. Se está investigando un posible aumento del riesgo de hospitalización, pero aún no se ha confirmado.

Respuesta a las vacunas: Los estudios muestran una reducción significativa en la acción de los anticuerpos neutralizantes con una sola dosis de las vacunas Pfizer y AstraZeneca. Sin embargo, con dos dosis se mantiene la protección.

Una encuesta, realizada por el Gobierno del Reino Unido demostró que los dos inmunizantes son muy eficaces para reducir las hospitalizaciones incluso frente a este nuevo ciclo: 96% de protección para Pfizer y 92% para AstraZeneca.

Situación epidemiológica: Se convirtió en el más frecuente en la India, ya que el país experimentó una segunda ola devastadora. Se asocia a un aumento de casos en Reino Unido, que ya se encontraba en plena reapertura de negocios y servicios.

¿Qué nos dicen las variantes?

Las mutaciones son relativamente pocas, considerando el tamaño del código genético del virus.

Las variantes, a pesar de aparecer en varios rincones del mundo, tienen un comportamiento similar, lo que sugiere una tendencia de convergencia evolutiva.  

Las mutaciones más importantes ocurren en las mismas regiones y, en la práctica, parecen tener los mismos efectos.

Una comparación con los pájaros: Es como si todo el mundo se estuviera adaptando para mantener el pico cada vez más parecido y resistente, aunque puede haber pequeños cambios en el plumaje o el tamaño de los animales.

Una comparación con los pájaros: Es como si todo el mundo se estuviera adaptando para mantener el pico cada vez más parecido y resistente, aunque puede haber pequeños cambios en el plumaje o el tamaño de los animales.