La granja de los animales 5

Varias frases del presidente Morales, que tiene el defecto, llamémoslo así, de disparar antes de apuntar o hablar sin medir las consecuencias, han perjudicado la negociación con los marchistas del oriente: “No tengo tiempo para verlos”, (y su imagen aparece todos los días entregando obras en cualquier lugar del territorio por pequeñas que sean), “El camino se hará, les guste o no les guste”. “No era así en mis tiempos, cuando yo marchaba ahora parecen turistas acompañados de médicos y enfermeras”, no contribuyen de ninguna manera al diálogo. Ni tampoco la lluvia de acusaciones sobre presuntos negociados de los dirigentes con empresas ilegales que se han asentado en la zona.

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El ex capitán Quintana reapareció con una bullada conferencia de prensa, en el palacio de gobierno, afirmando que la CIDOB, había recibido 100 millones de dólares de USAID, y que por ese y otros pecados, la agencia norteamericana debía ser inmediatamente expulsada del país. Algo sucedió en pocas horas, pues los 100 millones no habían existido sino en la mente de Quintana y el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, declaró que no había la tal expulsión de USAID y que Quintana había hablado a título personal.

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Sin embargo, y en vísperas del acuerdo con los Estados Unidos, trabajosamente impulsado por Choquehuanca, quien aspira a ser embajador en Washington o por lo menos representante ante la OEA, el presidente Morales ha continuado despotricando contra los norteamericanos, aunque sin hablar de ninguna expulsión. En una concentración campesina, luciendo el humor que desacreditó tanto a Goni, contó la anécdota de que después de haber asistido a una fiesta en el Chapare “y hallándose medio mamadito” le vinieron en el autobús incontenibles “ganas de hacer pipí”, y que en la primera parada corrió a la parte posterior para desahogarse, momento en el cual aparecieron dos norteamericanos malvados que creyeron que iba a hacer una transacción de naturaleza dudosa y él, no teniendo otra arma en la mano “los regó de pipí”. Lo que don Evo llama pipí, es lo que hacen los bebés y las niñitas, los adultos como él simplemente orinan. No debieron ser tan malos los agentes del imperio.

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A la caída de Allende, la policía chilena buscaba afanosamente a un joven boliviano, llamado Carlos Núñez del Prado, acusado de haber asesinado a un carabinero. Nos preguntamos ingenuamente, si habrá dos personas en Bolivia con el mismo nombre y apellidos. O será el mismo que le dio 34.000 dólares a Ignacio Villa Vargas, “El Viejo”, para comprar su silencio en el lío del grupo Rozsa y que ahora se ha hecho humo otra vez, pues nunca se ha presentado al juicio que se ventila sobre el supuesto caso de separatismo y terrorismo que mantuvo en vilo a varios dirigentes opositores y destacadas personalidades de Santa Cruz.

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Volviendo al TIPNIS, la Asociación de Ingenieros de Bolivia, aclaró cuál es la madre del cordero en la carretera y por qué el Gobierno se empeña tanto en ella. La Asociación sostiene que hay un sobreprecio de nada menos que de 170 millones de dólares, y que su costo por kilómetro (1,35 millones de dólares), la sitúa como la más cara de la historia de Bolivia. Cosas parecidas ha dicho el ex Viceministro de Tierras de éste régimen, señor Almaraz, a quien la Administración Boliviana de Carreteras, está siguiendo juicio por calumnia. Todo el mundo se pregunta sin embargo, si es tan inmaculada la actividad por qué no se publican los términos del contrato que se ha firmado con la empresa brasileña, sin licitación alguna, cuando todo el mundo sabe que hay tres fuentes clásicas de hacer fortuna en Bolivia, el contrabando, el narcotráfico y las comisiones de las carreteras.

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Para no amargarnos más, riámonos un poco con la decisión de Air France, que trasladará al señor Straus Kahn, declarado, increíblemente libre de culpa, (la justicia puede ser tan corrupta en Estados Unidos, como lo es en Bolivia), pese a las abundantes pruebas de que había obligado a una mucama negra, de un hotel lujoso de Nueva York, a practicarle un fellatio y luego proceder a violarla. El hombre que se ganaba medio millón de dólares al año, como presidente del FMI, se irá a Francia en un avión, donde sólo habrá azafatos, en previsión de que Kahn, pudiese levantarse en medio vuelo, y acosar a una aeromoza. La segunda versión, es que colectivamente las aeromozas se han negado a atenderlo.