Brasil acusa a Bolivia por agresión en la frontera

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Colonos brasileños instalados en territorio boliviano denunciaron que militares invadieron e incendiaron sus casas, en las cercanías de la frontera con Acre.

La ley boliviana prohíbe que extranjeros tengan propiedades en las fronteras. Itamaraty investiga las denuncias.

El gobierno brasileño investiga la acción de militares bolivianos que habrían expulsado a los brasileños de sus propiedades en la región de la frontera con el Estado del Acre, los habrían agredido y posteriormente destruido e incendiado sus casas.

Itamaraty envió a la ciudad de Capixaba (AC) al responsable de negocios en la Embajada de Brasil en La Paz, Eduardo Sabóia, para conversar con los cerca de 30 brasileños que presentaron la denuncia al gobierno del Acre.

El Ministerio de Defensa del Brasil afirmó también haber enviado a un capitán del Ejército con la finalidad de averiguar las informaciones de que unos militares bolivianos habrían ingresado armados a Brasil a buscar alimentos. De confirmarse la denuncia contradice la norma internacional que prevé una solicitación previa para circulación de fuerzas armadas en otro país.

Un batallón de Brasileia con alrededor de 35 militares también fue movilizado a Capixaba, en una “acción de carácter preventiva”. El colono José Carlos Caldas, que vive en las plantaciones de caucho Fortaleza, del lado boliviano, dijo haber sido sorprendido por militares al volver de Brasil.

“Salimos de Bolivia para venir a Capixaba, cuando regresamos, encontramos al Ejército boliviano. Fuimos recibidos por militares que nos apuntaban con fusiles. Invadieron nuestras casas, detuvieron los caballos, mataron cerdos y ganado”, dijo el colono al corresponsal del diario Folha de Sao Paulo.

De acuerdo con la ley boliviana, los extranjeros no pueden tener tierras en una franja de 50 kilómetros de la frontera. La presencia de brasileños en la región es motivo de tensión entre los dos países desde la toma de posesión del presidente de Bolivia, Evo Morales, en 2006.

Itamaraty estima que cerca de 300 familias de brasileños viven actualmente del lado boliviano de la frontera. Cerca de otras 160 se habrían asentado los últimos años por un acuerdo firmado entre los dos países y la OIM (Organización Internacional para Migraciones).

La colaboración prevé fondos brasileños para que el organismo compre inmuebles lejos de la franja de la frontera. “Vamos a investigar las denuncias. Una vez aclaradas, vamos a transmitir a las autoridades bolivianas nuestra insatisfacción. Después queremos avanzar en el reasentamiento de los brasileños para que puedan rápidamente salir”, dijo Sabóia, que se reunió con representantes del gobierno del Acre y de Capixaba, del Ejército y de la Policía Federal.

Por su parte, el Ministerio de Gobierno, Carlos Romero, no aclaró si la acción de expulsión había sido ordenada por el gobierno.