Las relaciones entre Bolivia y Brasil atraviesan un mal momento, aunque la coordinación de muchos temas de cooperación y asistencia bilateral sigue sin interrupción. El asilo del senador Roger Pinto se ha convertido en un punto de incordio aunque comparada su situación con la de australiano Julian Assange, refugiado en la sede diplomática de la República del Ecuador en Londres, ha bajado el nivel de tensión que se ha estado respirando al interior de la sede diplomática brasileña en La Paz. El Gobierno del presidente Morales ha decidido no otorgar a Pinto el salvoconducto para que abandone el país por considerar que sería un reconocimiento implícito de sus denuncias y porque sustenta su actuación en los procesos judiciales que el senador debe responder en Bolivia.
Fuentes diplomáticas citadas en La Paz indicaron que uno de los grandes temas de la relación bilateral sigue siendo el compromiso de combatir a las bandas de crimen organizado que operan en el tráfico de cocaína a lo largo de la extensa frontera que poseen ambos países. “El tráfico de drogas no es de por sí un motivo superior de indisposición y malestar, seguimos trabajando en acuerdos para perfeccionar los mecanismos de control del espacio fronterizo”, señaló una fuente diplomática de la legación brasileña. Por su parte, autoridades bolivianas refirieron que se está trabajando con Brasil en el combate contra los grupos delincuenciales del narcotráfico”.
A fines del mes de julio el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres sobrevoló la zona fronteriza con autoridades del Gobierno brasileño y dijo que se han identificado puntos donde se instalarán radares de última generación que servirán para detectar movimientos irregulares. “Un punto importante de la cooperación militar antidroga son las acciones coordinadas que incorporarán adelantos tecnológicos en la seguridad y el control de nuestra frontera”, precisaron fuentes diplomáticas.
“La agenda es amplia, dinámica y no puede empañarse por incidentes políticos”. Sin embargo hay temas de preocupación en lo cotidiano. El asesinato de dos ciudadanos brasileños en la población de San Matías. “Nos tranquiliza que el Gobierno del presidente Morales se ha comprometido a investigar las causas del crimen en San Matías”. Conocido el hecho el Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil emitió un comunicado en el que pidió rigor y rapidez a las autoridades bolivianas para esclarecer los móviles del crimen.
El hecho provocó alarma en el cuerpo diplomático acreditado en La Paz aduciendo falta de protección y garantías de seguridad en Bolivia. “La justicia por mano propia se está utilizando con demasiada frecuencia en Bolivia y eso nos preocupa enormemente”, graficó una fuente diplomática.