SELFIE

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Gracias a una fuente segura (que como todas las fuentes seguras debe ser y es anónima) me enteré que  en los años noventa cuando todavía no existían los teléfonos Smart, una joven mujer británica empleada de una Empresa prestigiosa del Reino Unido decidió hacer algo que años después se convertiría en un hábito digital de muchos. Extrañando de gran manera la presencia de su novio; soldado (tal vez en aquellos tiempos estacionado en Bosnia) ella tuvo una idea brillante: enviar la foto de sus partes íntimas a su amado.  Es decir, después de escribir cartas de amor durante varios meses, la joven se prepara para enviar a su amado su propio selfie.

Tomando en cuenta que el novio ya llevaba la foto de su novia en su billetera, ahora había que hacer algo más atractivo que una sonrisa Colgate. Terminado el día laboral, todos los empleados se fueron a sus casas y la joven se acomodó sobre la fría y brillante tabla de la maquina copiadora y comenzó a fotografiar su polo sur. Una y otra vez hasta que logró una foto nítida y muy sugestiva. La mejor de todas las copias con la imagen del centro de su gracia, como alguna vez describió la parte íntima de la mujer otro también británico Shakespeare, de inmediato fue despachada y las copias menos atractivas terminaron en el basurero.

Al día siguiente una mujer poco discreta, empleada de limpieza de la prestigiosa empresa en cuestión, revisó los basureros y la joven enamorada terminó sin empleo. Es decir, todo nos es permitido pero el prestigio de una empresa muy importante británica debe ser respetada y sobre todo se debe pensar en la palabra seguridad que últimamente está más de moda que nunca.

El primer selfie (autorretrato fotográfico) lo realizó Roberto Cornelius, pionero americano de la fotografía y en forma de daguerrotipia, imagen fotográfica que no se podía reproducir en serie. Esta forma de hacer retratos muy pronto se ha vuelto de moda y hasta las princesas rusas de principio de siglo XX  acompañaban sus cartas escritas a mano con sus selfies.

Medvedev, el expresidente de Rusia se sacó su selfie parado en un ascensor que el día siguiente tuvo medio millón de likes en las redes sociales.

El autorretrato digital reina en el cyber espacio y los redactores del Diccionario Oxford de la lengua inglesa en el año 2013, declara la palabra selfie como la palabra del año tomando en cuenta que su uso creció  17.000 veces en doce meses.

En el momento que usted envía su selfie (o cualquier otro contenido) al cyber espacio, usted pierde el control sobre el mismo. Eso sabemos todos, al menos los que estamos acostumbrados a hacer clic a menudo. Lo que pienso al meditar sobre las palabras: ciberespacio, seguridad, clic, teléfonos Smart, tecnología etc. en realidad pienso en: dónde está el avión de Malasia y por qué nadie escribe sobre el destino del mismo y de sus tripulantes y pasajeros.

Eso pienso mientras reviso el pie de mi madre que está lastimado y trato de explicarle que debe estar quieta para que pueda recuperar su movilidad. Poco o nada tiene que ver la tecnología en esta situación. Ya que un selfie de mi madre en este estado de seguro que no provocaría sensaciones extraordinarias a nadie.

 

 

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