Policías de UTOP se repliegan en La Paz
Efectivos de bajo rango denunciaron que fueron víctimas de maltrato, discriminación y de trabajos de albañilería por parte del capitán Javier Morales Luján.
Policías de bajo rango de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) se amotinaron ayer por los abusos que sufrían de su comandante, Javier Morales Luján. Más tarde, el jefe policial fue destituido por orden del presidente Evo Morales.
La situación de emergencia generada por los efectivos de base desde las 6:45 de ayer motivó a que las autoridades de Gobierno lleguen hasta la UTOP por la tarde para entablar un diálogo.
Luego del encuentro, el viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, informó que el capitán Morales fue destituido. “Una vez que conoció de esos abusos, el señor Presidente instruyó que de forma inmediata se repliegue al oficial de esa unidad y se inicien las acciones disciplinarias que corresponde”, dijo.
Antecedentes de Morales
El capitán Morales fue ayudante del excomandante policial Víctor Maldonado. “En el Comando él decidía los destinos y botaba a quien quería y cuando quería”, denunció un policía.
La autoridad de Gobierno persuadió a los uniformados de baja graduación para que levanten la medida de presión. “No vamos a tolerar actos de abuso, de prepotencia. No vamos a tolerar ningún acto de ultraje para con los hermanos policías”, advirtió.
El detonante del amotinamiento fue el golpe que recibió un efectivo de base del capitán Morales. Esto provocó la reacción de sus camaradas, quienes se encerraron en el tercer piso de la UTOP y comenzaron a lanzar gases lacrimógenos hacia el patio y a la calle Junín.
Los efectivos utilizaron pasamontañas y chamarras con capucha para no ser reconocidos. El gas que cubrió buena parte del patio hizo que los oficiales de la UTOP salgan a la calle. Los efectivos de base cerraron la puerta y no les dejaron ingresar más.
Cerca de las 8:00 la situación se tornó más tensa. Los uniformados bajaron del tercer piso. Un grupo hizo una fogata en medio del patio de la unidad y el otro subió a la primera losa de una infraestructura nueva, construcción que fueron obligados a realizar por el capitán Morales en horarios extraordinarios.
En lapsos de tiempo, los gases lacrimógenos llegaban a la calle, lo que hizo que se obstruya la circulación vehicular y la transitabilidad de peatones. Los efectivos lanzaron a la calle un turril y uno que otro palo de madera.
Asimismo, sacaron carteles denunciando abusos y cobros irregulares por cambio de destino. La tensión bajó cuando personal del Ministerio de Gobierno llegó para anunciarles que Morales sería destituido.
Los efectivos trabajaban de albañiles como castigo
Desde hace al menos tres meses se levanta una nueva infraestructura en instalaciones de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP). Esta construcción era realizada por los mismos efectivos de base que eran obligados por su comandante, Javier Morales, cuando eran castigados.
“Por la subordinación que existe en la Policía Boliviana, los camaradas no podían decir nada, pero estos abusos no son recientes. Se han callado mucho tiempo y esta vez ya no pudieron soportar más y reaccionaron”, dijo el dirigente de la Asociación Nacional de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol), Javier Quispe.
De acuerdo con la denuncia de los uniformados de bajo rango, cada vez que uno de ellos incurría en una falta, aunque sea leve, era obligado a trasladar áridos o a levantar muros.
“Lo que colmó la paciencia de los policías fue que el capitán Morales nos obligó a trabajar hasta las 24 horas del martes para descargar arena destinada a algunas pequeñas obras que se llevan a cabo en la unidad”, reveló uno de los efectivos.
La construcción se levantó en poco tiempo. Diferentes testimonios de personas que circulan por el lugar cotidianamente sostienen que veían a civiles que realizaban las labores de albañilería.
No obstante, los uniformados aseguraron que quienes estaban en plena obra eran ellos, con el apoyo de albañiles que realizaban las mediciones y hacían otras labores técnicas. “No podemos tolerar que abusen como si fuéramos animales sin derechos”, dijo un uniformado.