Más denuncias caldean el tramo final de la campaña
Más denuncias de supuesta corrupción en el Gobierno del presidente Evo Morales en contratos de obras públicas firmados con empresas chinas presentadas por la periodista Amalia Pando y una férrea defensa de la gestión del MAS en los últimos 10 años, de parte de representantes del oficialismo, crisparon ayer el último tramo de la campaña electoral antes del referéndum constitucional del domingo 21 de febrero.
Durante una hora y media, representantes de las mesas del Sí y del No protagonizaron un fuerte debate en el programa El Abogado del Diablo, de la red Unitel, bajo la conducción de Jorge Tejerina y de Gabriela Oviedo.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño; el ministro de Gobierno, Carlos Romero; y el jefe de campaña del MAS, Hugo Moldiz, defendieron a capa y espada al oficialismo; mientras que la periodista Amalia Pando; el alcalde de La Paz, Luis Revilla; y el dirigente José Antonio Quiroga defendieron el No.
Tras una revisión de las últimas encuestas que señalan un avance del No tras las denuncias de supuesto tráfico de influencias a favor de Gabriela Zapata Montaño, expareja del presidente Morales, en la empresa CAMC, el alcalde paceño disparó primero al señalar que este caso se ha transformado en un hecho político que está marcando el final de la campaña debido a que ha instalado la duda sobre la conducta que pudo haber tenido el primer mandatario respecto de las multimillonarias licitaciones de obras públicas.
Frente a la arremetida de los opositores, Gabriela Montaño, secundada por Moldiz y Romero, intentó centrar el debate en las implicancias políticas del referéndum al señalar que está en juego la continuidad del proceso de cambio, la estabilidad y la agenda de desarrollo del país hasta 2025.
Pero fue Amalia Pando la que sacudió la discusión al plantear que el Gobierno pretende perpetuarse en el poder para defender los intereses económicos de una “burguesía azul” que está directamente ligada a “millonarios negocios” con empresas chinas a través de contratos sin licitación. En base a un documento del Sicoes (Sistema de Contrataciones Estatales) Amalia Pando denunció que recién el viernes el Gobierno pidió a la empresa CAMC la resolución del contrato, ocho días después de las revelaciones realizadas por el periodista Carlos Valverde.
Además, reveló que CAMC dejó en manos de la subsidiaria Sinorail la construcción de la vía férrea Montero – Bulo Bulo. A su vez, esta empresa dejó el trabajo en manos de la Sinosteel, pese a que tenía diversas denuncias por incumplimientos y conflictos laborales en China.
Esta empresa, según Pando, abandonó la obra y se retiró del país con fondos otorgados. Además, señaló que hubo irregularidades en la contratación para la construcción del ingenio de San Buenaventura, cuyos ejecutivos fueron enviados a China, y el destino de tres perforadoras que estaban en manos de CAMC.
En respuesta, Gabriela Montaño y Carlos Romero señalaron que dichas denuncias forman parte de la “campaña de mentiras de una oposición sin propuestas y, como prueba de la buena fe del Gobierno, remarcaron que fue el Ejecutivo el que denunció a CAMC por las irregularidades detectadas.
En este sentido, los oficialistas dieron garantías de que la Contraloría y una comisión interpartidaria de la Asamblea Legislativa Plurinacional indagarán dichas denuncias, por lo que no es justo sacar conclusiones anticipadas de carácter político como las que, según los representantes de la mesa del Sí, realizó Pando.
Tanto Revilla como Quiroga recordaron que la falta de independencia del contralor, Gabriel Herbas, por haber sido candidato a diputado del oficialismo ni el control absoluto que tiene el MAS en la Asamblea puede dar garantías para una investigación independiente.
Por ello, Revilla y Quiroga destacaron que el referéndum impulsado por el MAS tiene como fin reformar la Constitución para satisfacer la demanda de dos personas, Morales y García Linera, de mantenerse en el poder más allá de 2019.
En respuesta, Hugo Móldiz dijo que estamos frente a una oposición sin alternativas, con nuevas caras, pero con las viejas ideas que apuntan al regreso de los gobiernos neoliberales