El crimen organizado sale muy rentable en América Latina

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Foto: El País

La educación y la tecnología serán los temas centrales de la próxima Cumbre Iberoamericana que abordarán los cancilleres de ambos lados del Atlántico el próximo octubre en Cartagena de Indias (Colombia). Al frente de la Secretaría General Iberoamericana, Rebeca Grynspan (San José, 1955) considera que esas dos patas son esenciales para sacar a la región del atolladero económico en que sigue sumida, por segundo año consecutivo, y estabilizar los cambios de ciclo político en algunos de los mayores países latinoamericanos.

Pregunta. ¿Qué desafíos afronta la región?

Respuesta. Lo más importante es proteger los logros sociales que se alcanzaron durante los últimos años. Se ha logrado revertir los niveles de pobreza extrema, aunque el reto es aún la pobreza moderada. Lo segundo es encontrar nuevas fuentes de crecimiento, y esto no es posible a menos que se abra un diálogo más productivo con el sector privado.

P. ¿Qué papel juega la educación?

R. Es la gran apuesta. América Latina no puede volver a competir por salarios bajos. Tiene que competir por talento, tecnología, productividad y eso está ligado con el sistema educativo, que requiere una adaptación a la nueva realidad laboral.

P. ¿Qué valor tiene en este escenario el hecho de compartir idioma?

R. Un estudio sobre el valor económico del español sugiere que la homogeneidad lingüística, el compartir un mismo idioma, aumenta entre tres y cinco veces los flujos comerciales y de inversión. Esta plataforma tan común de la lengua, la cultura, es crucial. España se siente cómoda en América Latina y lo mismo pasa a la hora de hacer negocios.

P. ¿Cuánto pesa el lastre de la inseguridad y la violencia?

R. La inseguridad ciudadana sigue siendo un tema importantísimo en toda la región. Comienza a ser el primer rubro de preocupación en las encuestas, tanto en el norte como en el sur de la región. Los niveles de violencia en Venezuela o en Brasil son dramáticos. Yo creo que tenemos grupos de población excluidos de la corriente principal de desarrollo y la combinación de eso con lo rentable que sale el crimen organizado es una mala ecuación en la región. Parte del problema es que en muchos países el Estado es débil, discontinuo. Hay que reforzarlo.

P. ¿Qué riesgo hay en Venezuela de un conflicto violento?

R. Yo espero que se mantenga todo el esfuerzo por seguir discurriendo por los canales institucionales y que ese esfuerzo dé frutos. Mucha gente pensaba, antes de las elecciones que ganó la oposición, que iba a haber mucha violencia y no fue así. Hay un camino de diálogo institucional para que los venezolanos resuelvan sus diferencias.

P. ¿Cree que Brasil será capaz de salir pronto de la recesión?

R. Yo estoy convencida que los resultados económicos de Brasil son un reflejo de su situación política y que la economía brasileña tiene todas las fortalezas para recuperarse rápidamente si la incertidumbre política baja. En los próximos dos meses estaremos presenciando una resolución con respecto al impeachment de Rousseff y sabremos el rumbo que toma el país. Me parece en todo caso que hay que hacer una reflexión sobre los acontecimientos en Brasil y la figura del impeachment en un régimen presidencialista.

P. ¿Cree que no es una fórmula adecuada?

R. Me parece que tiene que haber una reflexión de si es una figura correcta en un sistema presidencialista. En un sistema parlamentario, al jefe de Gobierno lo eligen los diputados, pero en un sistema presidencialista es voto directo. El impeachment pone todo el énfasis del proceso en el sistema parlamentario y no tiene ninguna salida de votación y de elección. Hay que reflexionar si es la mejor figura para salir de una crisis política como la brasileña.