Bolivia, con más internautas, pero rezagada en la región
Bolivia solo consume tecnología digital y no desarrolla esta herramienta que puede generar empleos. Este punto se observó en el foro promovido por la Cámara de Industria, Comercio y Turismo denominado Desafíos en la era digital. Es decir, el país, si bien registra un alto consumo de internet, está rezagado como otros en el continente por el poco uso en el campo de la producción.
En el foro participaron el economista senior del Banco Mundial, Marc Tobías, con el tema Avance digital en el mundo, Edwin Fernando Rojas, de la Cepal (Del internet de consumo al de la producción); Enrique Iglesias del BID (La importancia de la banda ancha) y Eduardo Trigo, de la Cámara de Telecomunicaciones de Bolivia, con El avance digital en Bolivia.
En Bolivia, se informó en el foro, que el uso de internet creció un 90% de 2013 al primer semestre de 2016 en acceso fijo, inalámbrico, móvil y otros.
Este porcentaje representa el crecimiento de 3,56 millones de conexiones en 2013 a 6,77 millones hasta mediados de 2016.
Las conexiones que más crecieron fueron las del sistema móvil de 3,39 millones en 2013 a 6,51 millones en 2016.
Poco dividendo
Marc Tobías señaló que las tecnologías digitales están en gran parte del mundo, pero los beneficios o dividendos derivados de su uso no avanzan a la misma velocidad. “Permiten efectos transformadores gracias al fomento de la inclusión y la innovación, pero también entraña riesgos de exclusión de quienes no las pueden tener”, expresó.
Brecha
No obstante los saltos tecnológicos que está transformando la vida social, cultural, política y económica en el mundo, el Banco Mundial sostiene que es amplia la brecha digital.
Hay 6.000 millones de personas sin ingreso a la banda ancha, de los cuales casi 4.000 millones carecen de acceso a cualquier tipo de conexión de internet y casi 2.000 millones no tienen un teléfono móvil. “La conectividad para todos es un objetivo y un desafío. Para producir los mayores beneficios los países deben crear las condiciones para la tecnología. Pero si no hay las regulaciones que permitan competir, el impacto en el desarrollo será decepcionante. Si se sientan bases analógicas sólidas, los países obtendrán dividendos digitales en términos de mayor crecimiento, más empleo y mejores servicios”, afirmó Tobías