¿Y si México comprara Twitter y lo cerrara?

Una extraña idea circula entre los operadores de divisas de México. Bueno, en realidad es más un chiste, pero tiene cierta lógica.

Dice así: en lugar de gastar sus preciosas reservas para defender al peso, México debería comprar Twitter -a un costo de alrededor de 12.000 millones de dólares- y cerrarlo de inmediato. La idea ha estado rondando las cabezas de los operadores de divisas mexicanos después de que el banco central revelara que había gastado 2.000 millones de dólares de reservas en un esfuerzo, en gran medida inútil, para proteger el peso de un río continuo de tuits de Donald Trump contra México.

Obviamente nadie cree que esto vaya a pasar. Y cuesta imaginar que fuera efectivo de todos modos. Pero el hecho de que la broma se plantee muestra el grado de disgusto que causa a los mexicanos que su economía y el valor de sus ahorros estén a merced de las cavilaciones aparentemente fortuitas que llegan en estallidos de 140 caracteres desde la cuenta de Twitter de Trump.

Este sentimiento probablemente lo compartan los inversores estadounidenses en compañías como General Motors y Lockheed Martin. Pero en México, el dolor, y la consiguiente desesperación, parecen tener una dimensión mucho mayor.