Entrevista: Avícola Sofía, hace historia

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En Santa Cruz se ha construido uno de los centros industriales de alimentos más importantes del país. Un diálogo con el gerente general de la empresa Mario Ignacio Angarrill.

El imponente edificio de Avícola Sofía se levanta en uno de los anillos de circunvalación en Santa Cruz de la Sierra. El crecimiento exponencial de la firma responsable del suministro de productos alimenticios en Bolivia es producto del incansable trabajo de sus principales accionistas: la familia Angarill. Mario Ignacio nos recibe en uno de las oficinas con sentido sorprendentemente informal. A esta hora de la mañana antes de la entrevista pasa por uno de los pasillos de la planta ejecutiva saluda y se pierde en una de las puertas que conducen a la oficina del patriarca del grupo, el padre: Mario Angarrill. Después de 10 minutos nos invita a pasar a la oficina de frente a la puerta de la que acaba de salir. Luce una camisa azul de manga corta y un jean que le da ese perfil informal.

En la oficina que ocupa lucen algunos cuadros de secuencia granjera. A esta misma hora de la mañana cientos de camiones estarán distribuyendo los productos Sofía en miles de puestos de venta en los mercados de todo el país. Mario Ignacio calcula que hay unas 50.000 personas que de una u otra manera forman parte del circuito de comercialización de la marca de alimentos que ha desarrollado un concepto de alta ingeniería de producción. En total son 2.300 empleados que trabajan de manera directa en la compañía de origen cruceño, a los que se suman un número similar contando a los trabajadores indirectos en las granjas integradas.

El pasado mes de septiembre de 2016 coincidiendo con sus 40 años de fundación Sofía estrenó un moderno edificio aspiración que hace de Santa Cruz de la Sierra un centro empresarial por excelencia. Mario Ignacio es el gerente general de Avícola Sofía. Mientras lo esperamos en un cuadro enmarcado se leen cuatro conceptos de la misión de la empresa: con las expectativas alcanzadas, responsabilidades compartidas; firmeza en los objetivos y trabajando por el bien común.

¿Nos puede explicar cada uno de estos conceptos?

Son 40 años de mis padres en el negocio avícola; ha sido un proceso histórico de ir cumpliendo sueños. Todos los años hacemos una revisión de nuestro plan estratégico y es ahí donde definimos si estamos cumpliendo nuestras metas y objetivos, razón por la que nos vamos midiendo. En Sofía trabajamos en equipo, eso hace que todos estemos inmiscuidos en la estrategia de la empresa y pensando qué haría el que está sentado en la otra silla para poder ayudar. Todo lo que hacemos está pensado en los demás, en el bien común.

¿Puede resumirnos la historia de Sofía?

Mis padres comienzan su trabajo en el taller de mi abuelo por entonces dedicado a la herrería y a la madera; en la construcción de carretones, carretas y posteriormente carrocerías, pero dentro de su inquietud por hacer algo propio se le ocurre hacer una granja y ante la falta de capital y de recursos propios invita a un amigo para ser socio de una granja ponedora llamada Paraíso. Después vende su participación en la granja y decide invertir en la reproducción pollos con huevos fértiles con  un grupo de extranjeros.

Esa es la breve historia de la familia Angarrill en la avicultura. Recuerda momentos difíciles como el periodo de la hiperinflación. Los Angarrill se dedican entonces al negocio de gallinas reproductoras con una pequeña incubadora y se ponen a vender pollitos bebe al matadero de unos chinos. Después  de muchos años invierten en un matadero y salen al mercado con la marca Pollo Criollo. Luego compran las marca de pollos Pechugón, Nutribol y más adelante Pollos Caseros. “Fuimos creciendo  comprando competencia. Muchos años después entramos en la industria de embutidos lo que hoy es Sofía”.

¿En todos esos años cual considera que ha sido el hito?

El construir el matadero fue el momento más importante porque a partir de entonces vinieron las compras de algunas empresas que consolidaron el negocio.

¿Cómo adquiere interés en seguir con el legado familiar?

Gracias a Dios los cinco hermanos trabajamos en la empresa y no de manera obligada sino que ha sido un sueño cumplido el llegar a trabajar en la empresa familiar que la vi crecer desde que era muy chico.

¿Qué  ha estudiado?

Mi título de bachiller aquí en el internado de Muyurina de Montero dice Bachiller en Humanidades Técnico en Ganadería. Crecí  cultivando, cosechando, dedicado a las labores del campo; criando vacas, arriando ganado, dando de comer a los pollos. Luego me fui a estudiar Ingeniería Agrónoma Zootecnista a México, que estudia el cuidado y la producción de los animales.

Aclara: “no la parte veterinaria, nosotros no curamos animales; nosotros nos encargamos de hacerlos producir a los animales de una manera eficiente”.

¿Se puede calcular ese proceso en términos de cantidad?

Las granjas de pollos tienen la cantidad de pollitos que tienen menos la mortalidad.

¿Cuántas granjas tiene el grupo Sofía?

Son varias en los alrededores de Santa Cruz pero no en todas reproducimos pollos, tenemos integrados que producen para nosotros otras especies.

¿Qué tecnología han desarrollado para ofrecer un alimento de calidad a la población?

Producimos un pollito bebe de primerísima calidad que cuando llega a las granjas expresa su potencial, se lo vacuna, se tiene buenas instalaciones con suficiente humedad para mantener su frescura, una nutrición de primer nivel basada en maíz, sorgo, soya, vitaminas, minerales en proporciones adecuadas.

“No puede existir una empresa perdurable en el tiempo si no piensa en el bien común”

 

¿Quiere decir que para su familia esto ha sido como un ciclo de vida natural?

Si porque siempre estuvimos relacionados el campo. Creo que ahora esto es difícil, la gente en Santa Cruz ahora tiene menos oportunidades o no sabe que todo lo que tiene cerca viene del campo. En mi tiempo todos teníamos algún nivel de relación con el campo. Los cruceños de hoy se olvidan que la principal fuerza de producción está en el campo.

¿De dónde viene el nombre Sofía?

La empresa se llamaba Granja Avícola Sofía Limitada y nuestro producto Pollo Criollo, pero para diferenciar que éramos una empresa moderna e innovadora; decidimos salir como Pollos Sofía con el logo de la abuelita; la empresa se llama Sofía por mi abuela.

Quiere decir que las mujeres de la familia han jugado un papel importante en el impulso de la empresa.

Mis padres Mario y Maida trabajan junto durante muchos años, mientras mi padre trabajaba en el banco y al final del día se iba a ver la granja, mi madre durante el día atendía con alimento al ganado a los pollos, ella estuvo a su lado apoyándolo en todo.

Al ver este imponente edificio muchos opinan que Sofía es el centro del capitalismo cruceño, ¿considera que es cierto?

Estamos lejos de eso, yo diría que somos una empresa familiar de mucho años de trabajo que sí hemos crecido bastante pero en base a mucho trabajo y esfuerzo y eso lo pueden certificar todos los que nos conocen. Si bien tenemos este edificio muy lindo que ha sido un anhelo muy grande porque hasta hace poco teníamos varias casas en alquiler y eso se transformó en ineficiencia; el hecho de estar todos juntos nos ha ayudado mucho a sentirnos bien, aquí podemos aplicar la política de apagar las luces y computadoras a las siete de la tarde.

 

La receta de Mario Ignacio Angarill:

“El lomo de cerdo relleno al vino contiene ciruelas y pasas lista para el horno comprende una cocción de alrededor 45 minutos se lo acompaña con arroz”