“Estoy muy contenta. Ahora se sabrá la verdad de cuál es mi ADN y quizás callaré muchas bocas, por mi familia y por mi madre”. Así se ha manifestado Pilar Abel, la vecina de Girona que hace dos años presentó una demanda para ser reconocida como hija de Salvador Dalí, una vez se ha conocido hoy que un juzgado de Madrid ha ordenado la exhumación del cadáver del artista. Abel, que tiene 61 años y cuatro hijas, asegura desde 2007 que es la hija del pintor surrealista ampurdanés, fallecido el 23 de enero de 1989, sin dejar descendencia directa.
El estudio del ADN del cadáver del pintor es necesario ante la falta de otros restos biológicos o personales con los que practicar la comparativa con la demandante, según explica en su auto la magistrada, María del Mar Crespo, titular del Juzgado de Primera Instancia número 11.
Según los documentos entregados a la juez, María Pilar Abel Martínez nació en Figueres el 1 de febrero de 1956 fruto “de una relación de amistad que se convirtió en amor en la clandestinidad” entre el genio ampurdanés y su madre, que vive en Figueres y tiene 87 años. Se conocieron en Port-Lligat (Cadaqués), donde trabajaba como empleada de una familia que pasaba temporadas en la localidad. La demanda argumenta que la madre de Pilar le dijo en varias ocasiones que su padre era el pintor catalán, igual que también se lo dijo a su cuidadora y a terceras personas. La primera vez que lo escuchó Pilar Abel, sin embargo, fue en boca de su abuela paterna, quien le repetía: “Sé que no eres hija de mi hijo, que lo eres de un gran pintor, pero te quiero igual”. También la regañaba, en otras ocasiones: “Eres rara como tu padre”. Pilar defiende su parecido físico con el pintor.
“Me siento muy bien porque finalmente se me ha escuchado. No tengo palabras para agradecer a mi abogado y a la juez. No tuve suerte con mis anteriores abogados pero gracias a Dios ahora se me da la razón y se sabrá la verdad sobre mi ADN”, sostiene la demandante, que trabajó ocho años echando las cartas como pitonisa en la Televisió de Girona.
La Fundación Dalí, heredera legal del genio, “está preparando un recurso para oponerse a exhumación que será presentado en los próximos días”, dice el escueto comunicado de la entidad emitido este lunes. “Nuestro equipo jurídico interno junto con el despacho Roca Junyent, S.L.P. trabajan en este recurso en coordinación con el Abogado del Estado”, añade la nota. La demanda se presentó en 2015 contra la Fundación y contra el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
El abogado de la demandante, Enrique Blánquez, ha explicado que no hay fecha para proceder a la exhumación del cadáver, pero teniendo en cuenta que el juicio está marcado para el 18 de septiembre, “podría llevarse a cabo el próximo julio”. Mantiene que, aunque la Fundación Gala-Dalí presente un recurso, éste no tendrá efectos de suspensión sobre la prueba, “por lo tanto la exhumación seguiría adelante”. Otras fuentes jurídicas, no obstante, estiman que la Audiencia provincial de Madrid deberá decidir sobre el recurso y, mientras tanto, se paralizará la actuación.
Para la obtención de muestras de la demandante, se la cita en el Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses; respecto a Dalí, “para la obtención de restos óseos y/o piezas dentales sobre los que practicar la prueba se acuerda la exhumación del cadáver que se encuentra enterrado en la torre Galatea de Figueres”. De esta manera, ordena que se libre un exhorto al Juzgado de Figueres (Girona) para que, por el médico forense adscrito al mismo, se proceda a la extracción de muestras y que sean remitidas al Instituto de Toxicología y Ciencias forenses de Madrid encargado de la investigación.
En la demanda presentada por Pilar Abel se solicitan tres cosas. La primera de ellas, la petición a París de los resultados de las pruebas de paternidad hechas el 6 de diciembre de 2007 en el despacho de Robert Descharnes, colaborador y biógrafo de Dalí, de las que nunca se ha obtenido resultado. En segundo lugar, el cotejo el ADN de la demandante con restos de piel y cabellos que quedaron pegados en una máscara de yeso que se hizo del pintor poco después de morir, y que llegó a sus manos. Y finalmente la exhumación. El letrado ha detallado que han renunciado a las dos primeras pruebas “en primer lugar por agilizar el proceso y en segundo lugar por tener pruebas indubitadas, fiables al 100%”.
En caso de que finalmente sea reconocida como hija del genio surrealista, Pilar, que echó las cartas durante ocho años como pitonisa en un programa de Televisió de Girona, tendría derecho a más que la herencia legítima: su letrado entiende “que a dos terceras partes” de la herencia, a llevar su apellido, y a los derechos de autor, pero todo ello sería objeto de otra demanda.
A finales de 2005, Pilar Abel se querelló contra el escritor Javier Cercas porqué se sintió identificada con la pitonisa de la novela Soldados de Salamina y se vio lesionada en su dignidad por algunos comportamientos soeces del personaje. Dijo también que el vestuario de la Jasmine de ficción (minifaldas ajustadas y tacones de aguja) coincidía con el suyo, coincidencia que hacía extensible al “pelo oxigenado”. Abel reclamó 600.000 euros en concepto de indemnización, pero la juez del juzgado de instrucción número 4 de Girona resolvió que Conchi, la pitonisa de la novela no podía identificarse con la pitonisa de carne y hueso de Girona. El juez archivó la denuncia en enero de 2009.