Advierten desempleo y menor ingreso por el bajo crecimiento

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El bajo nivel de crecimiento registrado en el primer semestre -de 3,58%- incide en el desempleo, incremento de la informalidad  y en menores ingresos por exportación, principalmente de gas natural,  advirtieron expertos del área.
El Gobierno confía que  hasta fin de año se alcanzará una tasa de  4%, aunque la previsión inicial era de  4,7%. Entre julio 2016 y junio 2017, la expansión fue de 3,94, insuficiente para el pago del doble aguinaldo.
El nivel que se aguarda (4%) es el más bajo desde 2010 cuando se registró 4,1%;  luego hubo una recuperación hasta alcanzar un pico de 6,7% en 2013 y un descenso gradual en años posteriores.
El Gobierno justificó que la menor expansión se debió principalmente a que en enero de este año los volúmenes de gas demandados por  Brasil llegaron a 14,5 millones de metros cúbicos día (MMmcd). En febrero se enviaron 17,6 MMmcd y  en junio  16,1 MMmc. En promedio, el resto de los meses fueron transportados  26,6 MMmcd. El contrato es por un volumen máximo de 30,08 MMmcd.
La directora ejecutiva de la  Fundación Inesad,  Beatriz Muriel, explicó que la causa principal para el decrecimiento es la caída de los ingresos de exportación de hidrocarburos y minerales. “Hay una caída de nuestros principales bienes de exportación, lo que genera una menor entrada de ingresos. Un segundo aspecto es el menor crecimiento de los países vecinos que, junto a la apreciación de nuestra moneda, ha incidido negativamente sobre las exportaciones no tradicionales”, explicó.
En criterio de Muriel, el último dato del crecimiento del PIB al segundo trimestre de 2017 implica una “desaceleración”, ya que es menor que el observado en años anteriores.
“El menor crecimiento económico se refleja directamente en el mercado laboral, con un mayor desempleo o informalidad y menor incremento de los ingresos laborales reales.  Además habrá una menor demanda”, advirtió.
Sugirió que el Gobierno puede aminorar el ciclo recesivo con inversiones productivas.
El presidente de la Cámara de Exportadores de Bolivia, Wilfredo Rojo, afirmó que pese a que los empresarios se reunieron con las autoridades, no se toman en cuenta  sus demandas  ni sugerencias.
“El Gobierno tiene que otorgar leyes que beneficien en el incremento de la producción e inversión privada, para que podamos desarrollar nuestro rol y seamos el carro de la economía, pero no lo hemos logrado hasta ahora debido a que no hay seguridad jurídica ni el clima de negocios favorables y la consecuencia es un mayor desempleo”, manifestó Rojo.
El economista Carlos Schlink coincidió en que existe una desaceleración de la economía, porque  el país depende de las exportaciones de gas y minerales y hasta el momento ya se perdieron más de 5.000 millones de dólares, que difícilmente se recuperarán.
“Hay una desaceleración que tiene un efecto directo dentro de la economía, principalmente en el incremento de la tasa de desempleo y que en el  país es del 4,4%. Se da esta desaceleración  porque nuestra economía es pequeña y vive de las exportaciones de hidrocarburos y minerales”, explicó Schlink.
En su criterio, Bolivia debe  apuntalar el sector exportador que no sea el tradicional para diversificar sus ventas al exterior,  prestar atención al sector de manufactura y  abrir  nuevos mercados. Además, impulsar  políticas monetarias, con el fin de fomentar la competitividad de las empresas privadas que en los últimos años están reduciendo en el número y eso repercute en los impuestos y el incremento del desempleo.
Los tres analistas coincidieron en concluir que Bolivia alcanzará un crecimiento menor al 4% que esperan las autoridades, pero   descartaron  que el país atraviese  una crisis, ya que esto implica una caída súbita del PIB  o registro de cifras negativas.

El Ejecutivo asegura  que hay  aceleración

El Gobierno aseguró  que con la mejora del crecimiento de 3,34%, en el primer trimestre, en  este año, a 3,58%, en el segundo trimestre, se evidencia una aceleración de la economía.
“Hay que entender conceptualmente el tema de la desaceleración porque hemos escuchado comentarios en este sentido. Nosotros hemos traído cuadros en el que se ve que al primer trimestre nuestra tasa de crecimiento es de 3,34%, en el segundo trimestre nuestra tasa llega a 3,58%; utilizando los argumentos de nuestros críticos más bien lo que se está viendo es un proceso de aceleración. Consideramos que nuestra lectura debe ser completa”, indicó ayer el viceministro de Presupuesto, Jaime Durán,  en una entrevista con Unitel.
Incluso dijo que en el caso de Bolivia hay que comparar la demanda interna y cuál es el comportamiento trimestral de la economía.
Por su parte, el viceministro del Tesoro, Sergio Cusicanqui, en una entrevista con red ATB,  calculó que este año la expansión boliviana cerrará con 4%.
Los recientes informes de proyección del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional  (FMI)  y la CEPAL  coincidieron en que  Bolivia  logrará el mejor índice de crecimiento económico para este año y será el cuarto año consecutivo en liderar el desarrollo en Sudamérica.
Según las previsiones, para el Banco Mundial Bolivia crecerá 3,9%; para la CEPAL, 4%;  y el FMI proyectó un 4,2%. Mientras que el Ministerio de Economía fijó una expansión del 4,7% para  2017.
Punto de vista
Juan Antonio Morales  Expresidente del BCB
¿Será que la inversión pública pierde eficacia?
La causa principal del bajo crecimiento está en la caída de las exportaciones, en alrededor de 5.000 millones de dólares desde  2013.
A esto se deben añadir  respuestas poco idóneas de política económica.
Llama la atención que a pesar del gigantesco programa de inversión pública, la tasa de crecimiento de la economía siga cayendo. ¿Será que la inversión pública está perdiendo eficacia?
Es obvio que no se tiene una crisis, pero sí hay una desaceleración. Desde 2014 se crece cada año a una tasa más baja que la del año precedente. Desaceleración quiere decir crecimiento más lento, no quiere decir retroceso.
Sobre los efectos negativos, no creo que se tenga mayores a los que ya se tienen. El desempleo es en gran parte estructural, explicable por la rápida urbanización, por el insuficiente crecimiento de  largo plazo del PIB, por una legislación que penaliza   la creación de empleos y por una preparación inadecuada en colegios y universidades, para asumir  retos de competitividad y  globalización.
Sobre la perspectiva, es siempre muy difícil hacer pronósticos. Me atrevería a decir que la tasa de crecimiento estará entre 3,5% y 4%.
Con el fin de que la expansión sea mayor, hay tres cosas prioritarias que el Gobierno tiene que hacer, reducir el déficit fiscal, que afecta negativamente a las expectativas; reducir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos;  y crear un mejor clima de negocios para el sector privado, sin amenazas.