Si algo podría haber servido como lección en el ocaso de la diplomacia boliviana pos La Haya es continuar esta materia con criterio de que las declaraciones no sigan siendo desafiantes para lograr una buena relación con el vecindario sudamericano, ahora más que nunca con la gravitante elección de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil, que cambia en términos geopolíticos la configuración de fuerzas en la región.
Por si este detalle no fuera poco; además, el clima de relaciones con la vecina Argentina no parece ser de las mejores. Allí, ya hace tres años gobierna Mauricio Macri que acaba en mejores relaciones complementarias en diversos planos con la derecha brasileña más que con lo que queda de la izquierda boliviana.
Un detalle curioso del último viaje de Evo a la Argentina el pasado 20 de octubre ha sido la forma de hacerlo. El mandatario boliviano se fue sin anunció y ningún protocolo previo en su calidad de candidato en campaña para reunirse con la comunidad boliviana que vive en el país. No se trata de un detalle menor si se pone en la balanza el peso del voto en la Argentina donde viven más de un medio millón de bolivianos, de los cuales unos 300 mil están habilitados para sufragar. De por medio, existe un intercambio duro de declaraciones sobre el pago de algunas facturas incumplidas por la venta de gas a la Argentina. No hace poco un ministro del Gobierno de Mauricio Macri dijo que dejarán de comprar gas a Bolivia por los recientes hallazgos del energético en su país. Este hecho estuvo acompañado de un ruidoso movimiento de tropas militares argentinas cerca de la frontera con Bolivia. Sin ningún rubor el mandatario boliviano rechazó el intento de “militarizar” la frontera con Bolivia. Además, guiado por comentarios en las redes sociales, el presidente se hizo eco de que Argentina estaría por instalar una base militar allí, por lo que acusó a este país de buscar “amedrentar” a Bolivia. “No estoy de acuerdo con lo que hizo estos últimos días Argentina, militarizar la frontera con Bolivia, en La Quiaca, al frente de Villazón”, señaló Morales en un discurso, según La Razón.
Evo utilizó un término que se ha hecho muy común en su comunicación. “Amedrentar”, uso el mandatario boliviano. “Lo que hacen (los argentinos) es amedrentar. Intentarán asustarnos, no nos vamos a asustar, somos un pueblo unido, son fuerzas sociales. Intentarán como sea amedrentarnos, no van a poder”. Este hecho tiene una doble connotación considerando situación similar cuando el 1ro de Octubre, día del falló de la C.I.J. que liquidó de alguna manera las aspiraciones de una salida al mar para Bolivia, el presidente Piñera, presenció ejercicios militares del Ejército chileno en Antofagasta, territorio que es reclamado por Bolivia.
Léase que en el caso argentino la información es manejada en menor rango. El subsecretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa de la República Argentina, José Luis Vila, negó de manera terminante que haya cualquier tipo de base militar construyéndose o planes de construirse, algo similar a lo señalado por Evo. “Se desmiente categóricamente que se esté construyendo alguna base en esa frontera, ni la que se menciona en fuentes periodísticas ni en otras”, señaló la autoridad argentina. Lo que no se puede desmentir es que el propio presidente Macri con sus ministros de Defensa y Seguridad, estuvieron en Yavi, a pocos kilómetros de La Quiaca, para hacer el lanzamiento del primer operativo de frontera en el que actuarán en principio unos 500 militares del Ejército.
Un escueto comunicado precisó que los ejercicios militares en la zona “son parte de la reciente reforma de la Defensa, que de ahora en más tendrá actuación creciente en los operativos de Seguridad, mayormente fronterizos y de algunos puntos estratégicos”.
El caso viene seguido de anuncios de la época de campaña. Aún antes de ser elegido, Macri se refirió al problema social por el consumo y tráfrico de drogas en su país y dijo varias veces que se reforzará el control en la frontera con Bolivia de donde procede la droga que se consume en su país.
En este clima adverso, Evo estuvo en Buenos Aires, donde la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) lo distinguieron con un Honoris Causa. Fuentes de la Casa Rosada en declaraciones a medios argentinos indicaron que “no hubo espacio en la agenda del presidente Macri para recibir a su colega boliviano”. Un hecho que marca la frialdad que impera las relaciones entre los dos mandatarios, salpicada por varios desentendidos diplomáticos. En la cancillería boliviana se ha dicho que “no se trataba de una visita oficial”.
El embajador en La Paz
Y como si todos estos detalles fueran poca cosa el propio embajador argentino en Bolivia, Normando Alvarez García, transmitió el malestar de su Gobierno con los twits de Evo sobre la situación judicial de Cristina Kirchner. Morales no ha tenido ningún problema en denunciar la persecución política de la que es víctima la expresidenta Cristina Fernández. “Rechazamos el procesamiento judicial a la hermana Cristina Kirchner contra quien se ha dictado prisión preventiva. La oligarquía quiere encarcelarla y acallarla, pero no logrará disminuir el amor que le tienen millones de argentinos que la ven como su esperanza. ¡Fuerza Cristina!”. Ese twiter del presidente boliviano mereció una dura respuesta del canciller argentino. “Presidente Evo Morales, en Argentina rige el pleno Estado de Derecho y todos somos iguales ante la ley. Existe división republicana de poderes y un Estado y un sistema democrático basado en instituciones sólidas”.
Ya para el embajador argentino en La Paz las declaraciones de Evo fueron calificadas como una “intromisión en los asuntos de política interna argentina”.
Macri y Morales tuvieron una pragmática relación en los inicios del Gobierno de Cambiemos. Incluso llegaron a jugar al fútbol en Buenos Aires pero con el tiempo se fue enfriando esa relación. Luego tiene enormes diferencias con Macri por la situación en Venezuela y se quedó sin apoyos en la Unasur cuando Bolivia asumió la presidencia, ya que varios países como Argentina se retiraron hasta nuevo aviso. Desde hace al menos dos años se preparan encuentros entre los presidente Morales y Macri, que se frustran consecutivamente.
La crisis populista
Para internacionalistas que conversaron con dat0s “esta situación se explica porque el populismo latinoamericano está pasando por una situación estructural de complejidad porque los factores que le dieron su posibilidad de emerger, que tenía que ver con un precio muy alto de las commodities, dejó de ser un dínamo ya hace cuatro o cinco años”, indicaron. “Uno observa que en toda América Latina se están produciendo cambios en dirección contraria al que sería de Cristina Kirchner. Las elecciones de Jair Bolsonaro en Brasil de alguna manera demuestran que finalmente hay un rechazo marcado a los populismo que gobernaron en varios países en promedio los últimos 10 años”.