La economía, una causa perdida

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Foto: El Deber

El ministro de Economía y Finanzas Públicas José Luis Parada contraataca. “Por fin alguien sale al frente” dicen los cibernautas en las redes. El exministro y candidato por el MAS, Luis Arce ha mandado señalas estremecedoras. Según él los bonos que paga el Gobierno son de poca monta. Arce los doblaría y en algunos casos hasta los triplicaría. Parada -molesto- ha salido a retrucar al ex de economía y le advierte que no es ético plantear imposibles. Los internautas siguen apreciando la garra del actual titular de economía. Lo alientan. Pero le recuerdan que “ética” es una palabra muy decente para calificar a alguien que no la tiene. El tema es que la economía se perfila como el tema central del debate político que se instalará después de la cuarentena.

Hay quienes afirman que, si bien los bonos son la causa ganada para el Gobierno de Añez, otros en cambio opinan que “la economía es una causa perdida”, cuya única esperanza reside en “abrazarse a la causa del coronavirus”.

El periodista Carlos Valverde coincide con su entrevistado el candidato por Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa que el Gobierno de Añez tendrá dificultades en aplicar medidas de largo plazo para el “día después” y que en ese clima las elecciones deberían ser convocadas cuanto antes.

El periodista no se muestra muy optimista a la hora de analizar el futuro económico en medio de una pandemia global que ya infectó a 2 millones de personas y paralizó las economías de 190 países. Cierran el diálogo con un par de reflexiones. Prefieren no comentar las intrépidas declaraciones de Arce que, además, ha sugerido un ‘impuesto a la riqueza’.

Quizá el ex de economía sabe más que nadie las ganancias millonarias de ciertos sectores durante los 14 años del Gobierno masista. No lo dicen ni Valverde ni Mesa. Pero sugieren que el Gobierno está abocado en el combate de COVID-19 sin un plan a futuro. Hoy la única estrategia es salvar vidas, lo que parece bastante loable. El tema de la economía por el momento está en segundo plano con un ministro que hace esfuerzos por convencer que son mejores, al menos entregando bonos. Mientras el mundo va hacia una recesión atroz.