Bolsonoro suma una nueva frase controvertida: La Constitución soy yo.

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Poco antes de llegar al poder, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro elogió a la caballería de EEUU por haber exterminado a los indios en su territorio. Frases como esa han hecho algo más que controvertido al mandatario brasileño que el pasado domingo 19 de abril -durante los festejos por el aniversario del Ejército- defendió una manifestación apostada al frente del Cuartel General de la institución militar que portaba letreros pidiendo la “intervención del Ejército” en la crisis política y social que ha hecho presa del país por defender el presidente el retorno a la normalidad; contrario al aislamiento horizontal propugnado casi sin excepción por los gobernadores del país y por innumerables sectores de la sociedad.

Esa postura desató reacciones en cadena de los principales medios brasileños que han recordado la desatinada posición del mandatario. Un día después (ayer lunes 20) Bolsonaro negó que haya puesto en duda la democracia defendiendo a los grupos que un día antes habían recibido su apoyo en la manifestación que el Supremo Tribunal Federal (STF) calificó de antidemocrática. Descalificó insinuando que en la manifestación había grupos de infiltrados a lo que la prensa saltó que los servicios de inteligencia del Planalto (casa de Gobierno) conocen claramente información detallada de los asistentes en este tipo de actos en masa para preservar la integridad presidencial.

Bolsonaro dijo que jamás ha puesto en duda los poderes del Estado y que por el contrario defiende su transparencia. Proclamó su respeto a los poderes constituidos y en un arranque de desborde dijo “yo soy la constitución”. El presidente de Brasil se encuentra en fuego cruzado. Cuatro días después de despedir a su ministro de salud en plena pandemia, volvió a declarar ayer que quiere que esta semana se ponga fin a las políticas de aislamiento social a nivel nacional, aunque muchos estados brasileños señalan que están comprometidos con ellas.

Las FFAA negaron cualquier indicio de interrumpir el proceso democrático en curso desde los años 80, mientras la Fiscalía inició a pedido del STF una consulta para investigar la procedencia de los letreros que pedían la intervención militar en medio de la emergencia sanitaria.