Somos nosotros los que elegimos…

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Foto: Revista dat0s 234

Denis Gaillard, embajador de Francia en Bolivia aceptó la invitación de dat0s para escribir su experiencia sobre los efectos de la pandemia del coronavirus lastrada por más de 190 países del mundo.

Nuestro planeta vive actualmente una doble experiencia sin precedentes: con el Covid-19, es la primera vez que una epidemia azota de manera simultánea a todos los países del mundo; pero es también la primera vez que todas las autoridades nacionales, frente a la gravedad de la situación sanitaria, deciden congelar sus economías optando por el confinamiento estricto de su población, como ha sido el caso tanto de Francia como de Bolivia.

Esta situación conduce a nuestras autoridades a trabajar de manera simultánea en dos frentes:

Primero, enfrentar la urgencia sanitaria: prevención (barbijos, alcohol en gel antibacterial, limitación del contacto físico y las reuniones), diagnóstico precoz para aislar a los enfermos contaminantes, re-equipamiento de hospitales para que puedan acoger los casos más graves en condiciones satisfactorias; Pero asimismo, de manera cada vez más apremiante, enfrentar la crisis económica y social generada por el confinamiento: en Bolivia, por ejemplo, los efectos desastrosos son cada vez más visibles en sectores tan importantes en materia de empleo como en el área de la gastronomía, el turismo y la cultura que no podrán retomar sus actividades normales muy pronto.

Es la razón que nos impulsa a lanzar un llamado a la solidaridad entre sectores económicos, entre clases sociales y entre generaciones.

Pero también entre países. En el marco de los lazos de amistad con Bolivia, Francia ha querido contribuir con un apoyo doble: una donación de 1 millón de euros para proceder a la adquisición inmediata de material biomédico; un préstamo de 100 millones de euros para ayudar a implementar la otorgación de “bonos” destinados a las familias bolivianas más vulnerables. Pero todo deja pensar, a pesar de los esfuerzos considerables que se realizan a nivel internacional en materia de investigación científica para dar con la mejor vacuna, que estamos destinados a vivir de manera sostenible con el Covid-19. Es además probable que otros virus vayan surgiendo en los próximos años, cuya letalidad podría ser aún mayor.

A partir de ahora, debemos entonces aprender a vivir en este mundo globalizado que es el nuestro, del cual sólo pudimos percibir hasta aquí las ventajas, pero que conlleva igualmente riesgos. El año 2020 marcará, sin duda alguna, un antes y un después en la vida de nuestras sociedades, con nuevas costumbres de trabajo, consumo, comunicación, transporte, el famoso “mundo de después” que algunos nos prometen no sin inquietud, y otros con entusiasmo…

Sin embargo, y para preservar algo del encanto del “mundo de antes”, debemos combatir de manera decidida el Covid-19 para mantenerlo a raya y para que no nos obligue a encerrarnos dentro de nuestras fronteras y a mantenernos detrás de nuestras pantallas: más allá de los esfuerzos necesarios desplegados por los Estados y la indispensable coordinación internacional, es responsabilidad de cada uno de nosotros protegerse y proteger a los demás.

Somos nosotros los que elegimos, desde ahora, nuestro “mundo de después”…