¿Cuánta inmunidad de rebaño es necesaria?

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Foto: Doug Mills/The New York Times

Según los estimados de los científicos, para acabar con el coronavirus se necesita que entre 60 y 70 por ciento de la población adquiera resistencia. Ahora, Anthony Fauci y otros expertos creen que ese número puede ser mayor.

¿En qué momento logra un país la inmunidad grupal o de rebaño? ¿Qué porcentaje de la población debe volverse resistente al coronavirus, ya sea mediante la infección o la vacunación, para que la enfermedad desaparezca y la vida vuelva a la normalidad?

Desde el comienzo de la pandemia, la cifra que mencionaron muchos epidemiólogos fue del 60 al 70 por ciento. La Organización Mundial de la Salud sigue citando ese rango, que suele escucharse durante los debates sobre el curso futuro de la enfermedad.

Aunque es imposible saber con certeza cuál será el límite hasta que lo alcancemos y se detenga la propagación, es importante hacer un buen cálculo, puesto que nos da una idea de cuándo es posible esperar volver a respirar libremente.

Hace poco, un personaje al que millones de estadounidenses acuden en busca de orientación, Anthony Fauci, asesor tanto del gobierno de Trump como del entrante de Biden, comenzó a aumentar paulatinamente su estimación de la inmunidad de rebaño.

Christopher J.L. Murray, director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington afirmó que hay un estudio que confirma esta idea

realizado por el ejército francés sobre la tripulación del portaaviones Charles de Gaulle, que tuvo un brote a finales de marzo.

El estudio encontró que 1064 de los 1568 marineros a bordo, o cerca del 68 por ciento, habían salido positivos en la prueba del virus.

Sin embargo, el navío regresó al puerto cuando el brote estaba en curso y la tripulación entró en cuarentena, por lo que no se sabía con claridad si el virus había terminado de infectar a los nuevos marineros incluso después de que el 68 por ciento lo hubiera contraído.

Además, los brotes a bordo de los barcos son modelos deficientes para los que están en tierra porque las infecciones se mueven mucho más rápido en los espacios cerrados de un barco que entre la población civil que se mueve libremente, explicó Natalie E. Dean, bioestadística de la Universidad de Florida.

Más importante aún, las primeras estimaciones de Wuhan e Italia se revisaron posteriormente y aumentaron, señaló Lipsitch, una vez que los científicos chinos se dieron cuenta de que habían subestimado el número de víctimas de la primera ola. Se necesitaron unos dos meses para saber con certeza que había muchas personas asintomáticas que también habían transmitido el virus.

También quedó más claro posteriormente que los “eventos de superpropagación”, en los que un individuo infecta a decenas o incluso cientos de personas, desempeñaron un papel importante en la propagación de la COVID-19. Tales eventos, en poblaciones “normales”, en las que nadie usa máscaras y todos asisten a eventos como fiestas, torneos de baloncesto o espectáculos de Broadway, pueden elevar el número de reproducción a 4, 5 o incluso 6, dijeron los expertos. En consecuencia, esos escenarios exigen una mayor inmunidad colectiva; por ejemplo, con un R0 de 5, más de cuatro de cada cinco personas, o el 80 por ciento, deben ser inmunes para ralentizar el virus.

Por si eso fuera poco, hay un consenso creciente entre los científicos de que el propio virus se está volviendo más transmisible. Una variante de la “cepa italiana” con la mutación conocida como D614G se ha propagado mucho más rápido que la variante original de Wuhan. Hace poco, se identificó en el Reino Unido, Sudáfrica y en algunos otros países una mutación reciente, conocida como N501Y, que puede hacer que el virus sea aún más infeccioso.

Cuanto más transmisible es un patógeno, más personas deben hacerse inmunes para detenerlo.

Morens y Lipsitch coincidieron con Fauci en que el nivel de inmunidad grupal necesario para detener la COVID-19 podría ser del 85 por ciento o más.

“Pero es una suposición”, enfatizó Lipsitch.

“Tony está adivinando”, dijo Morens.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades no dan ningún estimado para la inmunidad de rebaño; en su sitio web solo dicen que: “los expertos no lo saben”.

“Estaríamos en aguas muy pantanosas si intentáramos decir qué nivel de cobertura de vacuna se necesitaría para alcanzarla”, dijo. “Deberíamos decir que simplemente no lo sabemos. Y no será un número mundial o incluso nacional. Dependerá de la comunidad en la que vivas “.

Dean señaló que para detener la transmisión en una ciudad muy densamente poblada como Nueva York, más personas tendrían que lograr la inmunidad de lo que se requeriría en un lugar menos concurrido, como Montana.

Incluso si Fauci tiene razón y se necesita un 85 o incluso un 90 por ciento de inmunidad para detener completamente la propagación del coronavirus, señaló Lipsitch, “todavía podemos desactivar el virus antes de eso”.

Añadió: “No es necesario que tengamos una transmisión cero para llegar a una sociedad adecuada. Tenemos muchas enfermedades, como la gripe, que se transmiten todo el tiempo, y no cerramos todo por eso. Si pudiéramos vacunar a casi todas las personas que corren mayor riesgo de padecer enfermedades graves, entonces esta se convertiría en una enfermedad menos grave”.

 

 

Donald G. McNeil Jr. es un reportero de ciencia que cubre las epidemias y enfermedades que aquejan a las personas en pobreza. Se unió a The New York Times en 1976 y ha reportado desde sesenta países.